Alonsotegi recuerda a las víctimas del atentado contra el bar Aldana 44 años después

Fue el 20 de enero de 1980 y aquella bomba pudo provocar una matanza aún mayor. El local estaba menos concurrido que de costumbre porque otro grupo numeroso de los parroquianos habituales, los que participaban en la cabalgata de Reyes, celebraban su cena anual en un restaurante cercano. La explosión, provocada por una bomba de más de cinco kilos de goma-2, fue brutal. Abierto a todos, el bar era un punto de reunión habitual de gentes próximas al nacionalismo moderado, la mayoría de ellos del PNV. «Nunca habíamos recibido amenazas», declararon los propietarios.

Los Grupos Armados Españoles (GAE) -unas siglas de las muchas con las que operaban los grupos parapoliciales y de extrema derecha-, reivindicaron el atentado y enviaron un comunicado a los medios donde amenazaban con matar «a cuatro componentes de la izquierda abertzale» por cada militar o guardia civil que fuera asesinado. Como sucedería después con el GAL y otros grupos terroristas, sus conocimientos sobre el terreno eran muy escasos. Aquel bar ni siquiera era un punto de reunión de la izquierda abertzale.

Desde entonces, cada año, vecinos, familiares y amigos acuden a recordar a las víctimas ante un mural levantado en su memoria en Alonsotegi, no muy lejos de donde estaba el bar Aldana.