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X. Garmendia / D. Guadilla
Domingo, 29 de septiembre 2024, 07:07
Como cada último domingo de septiembre, las campas de Foronda acogen hoy un Alderdi Eguna que, en esta ocasión, será «especial» porque servirá para activar una cuenta atrás de seis meses hacia la Asamblea General de primavera. En su cita anual por antonomasia, el PNV busca una demostración de «fuerza» para encarar el proceso interno y es por eso que el EBB no ha ahorrado en llamamientos a las bases para que acudan al acto, incluso haciendo referencia a las «cero probabilidades» de lluvia que indica la previsión meteorológica.
La formación nacionalista aspira a volver a reunir a miles de afiliados y simpatizantes en un recinto de cerca de 400.000 metros cuadrados que durante los últimos días se ha puesto a punto para la ocasión. Con 22 txosnas y 140 comedores, los organizadores calculan que se servirán unas «20.000 comidas».
Este Alderdi Eguna –que se desarrollará bajo el lema Alderdia gara– será el primero para Imanol Pradales como lehendakari, ya que a estas alturas del año pasado ni siquiera se había decidido que sería el candidato del PNV en las elecciones autonómicas de abril. La escenificación de ese debut se produjo ayer, cuando el jefe del Ejecutivo autonómico acudió a Foronda junto a Andoni Ortuzar y varios de los principales dirigentes del partido. En el caso de Iñigo Urkullu, por su parte, será la primera vez que no intervenga en el acto desde 2008, cuando accedió a la dirección del EBB antes de convertirse en el jefe del Ejecutivo autonómico.
La cita llega en un momento trascendental para el partido. Casi como una continuación de la del año pasado, cuando también hubo una llamada generalizada a la participación y Ortuzar se esforzó en trasladar un mensaje de unidad y de cierra de filas. El desgaste evidenciado en las elecciones forales de mayo y las generales de julio transformó el Alderdi de 2023 en un toque a rebato.
Un año después, y superado el susto de las autonómicas, el partido mira hacia su interior. En los próximo meses afronta un debate vital para su devenir a corto plazo. Las miradas están puestas en Ortuzar. La incógnita sobre si se presentará a la reelección sigue abierta. Llegó al cargo en enero de 2008 y el partido ahora tiene que decidir si deja vía libre a la llegada de una nueva hornada de dirigentes o apuesta sobre seguro. Se trata de una cuestión compleja porque no solo afecta a la cabeza del EBB, sino a las organizaciones territoriales. Y eso, a su vez, genera toda una suerte de equilibrios internos.
Pero no solo eso. El PNV afronta el reto de frenar el auge de EH Bildu. Las dos formaciones abertzales están en una batalla por la hegemonía nacionalista, con el debate sobre cómo reformar el autogobierno encima de la mesa. El portavoz en el Parlamento vasco, Joseba Díez Antxustegi, dejó ayer claro que su partido intentará incluir «el reconocimiento nacional» en el nuevo acuerdo estatutario.
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