Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión

Sánchez y Feijóo se reúnen hoy, por fin, cara a cara. La cita es en el Congreso en lugar de en Moncloa por exigencia de un presidente del PP empeñado en desvalorizar al líder socialista, a quien ganó en las urnas. En el orden del ... día casi todos los asuntos que ocupan, preocupan y siguen elevando el clima de crispación. Las posibilidades de acuerdo, casi nulas. Y eso incluye la moción de censura que el jueves 28 tumbará a la alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, de UPN, y devolverá el bastón de mando de la ciudad a Joseba Asiron, de EH Bildu -que ya ocupó el cargo de 2015 a 2019-, gracias al apoyo socialista en pago al respaldo de los de Otegi a Sánchez.

Publicidad

El presidente fuerza así a su partido a saltarse otra línea roja, la de no apoyar a EH Bildu para que gobierne una institución. No mientras los de Otegi insistan en homenajear a asesinos y, sobre todo, se nieguen a condenar los crímenes de ETA. Los socialistas no cogobernarán la vieja Iruña. EH Bildu, Geroa bai -la coalición en la que se integra el PNV foral- y Contigo Zurekin -la versión navarra de la izquierda de la izquierda- rubricaron ayer el pacto para compartir el equipo de gobierno. El control de la izquierda abertzale será casi absoluto.

La entrega de Pamplona a Otegi rompe definitivamente el frente UPN-PSOE que, con diferentes formas de colaboración, mantuvieron ambas formaciones para frenar al nacionalismo vasco en la comunidad foral de 1982 a 2015. Ese año, la horrenda gestión de la regionalista Yolanda Barcina en la Diputación llevó al resto de formaciones a unir su voz por el cambio. Lo lograron. Así llegaron primero el Gobierno de la abertzale Uxue Barkos, y hace cuatro años y medio el de la socialista María Chivite, apoyado desde fuera por EH Bildu.

Queda un tabú que nadie ha intentado romper: activar el mecanismo legal previsto en la Transitoria Cuarta de la Constitución para que Navarra se integre en Euskadi. La disposición -cuya derogación ha exigido UPN al PP muchas veces, sin éxito- establece que es el Parlamento de Pamplona quien debe dar su plácet a la integración en primer lugar. La decisión tiene que ser ratificada luego por los navarros en referéndum.

Publicidad

El mecanismo sólo se activó en 1979. Lo planteó una coalición de la izquierda radical llamada Unai (Unión Navarra de Izquierdas), ya desaparecida. El Parlamento foral tumbó la moción por amplia mayoría con los votos de la extinta UCD y de UPN. El nacionalismo la respaldó. Socialistas y carlistas… se abstuvieron.

El porqué nadie se ha animado a intentarlo otra vez parece obvio: el nacionalismo es minoritario en el Legislativo foral y en la sociedad navarra. En las últimas elecciones al Parlamento foral, EH Bildu y GB obtuvieron un 30% de los sufragios. En las generales de julio se quedaron en el 20%. Según encuestas, los votantes de todos los partidos, excepto los de la izquierda abertzale, están en contra.

Publicidad

Cuando soberanistas e 'indepes' insisten en exigir a Sánchez un referéndum de autodeterminación que la Constitución no contempla, el de Navarra, que sí se prevé en la Carta Magna, permanece 'olvidado'. Y es que a nadie le gusta perder. Así que Otegi y los suyos se conforman con comparecer y mitinear con la ikurriña y las cadenas del viejo reyno. Al menos mientras Sánchez no dé otra sorpresa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad