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El debate político en España sigue centrado en la inédita decisión del Supremo de investigar si el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, filtró ... o no el correo que remitió al ministerio público el abogado de Alberto García Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, imputado por fraude fiscal. La presidenta madrileña, que negó la acusación, ni ha rectificado ni ha pedido perdón.
Ayer, la Junta de Fiscales respaldó la decisión de no dimitir de García Ortiz, que niega haber filtrado nada. En el Consejo Fiscal, de mayoría conservadora, los pronunciamientos fueron en sentido contrario.
La posición del fiscal general tiene lógica mientras el Supremo -que no ve ningún problema en la nota informativa que remitió a los medios aclarando que fue el abogado de García Amador quien propuso un acuerdo para evitar el juicio- no decida. Y es que de irse ahora no tendría garantizada su vuelta.
El escándalo ha dejado en un segundo plano la denuncia que interpuso el PP el lunes contra el PSOE por financiación ilegal en base al supuesto testimonio de un empresario a un digital en el que aseguraba haber llevado bolsas de dinero a Ferraz. Anticorrupción pidió ayer el archivo de una demanda que, por su premura y falta de consistencia, sonó a un precipitado intento del PP por zanjar la tormenta sobre las rebajas de condena a algunos etarras al computarles lo cumplido en Francia y el bochornoso espectáculo protagonizado por el jefe de la bancada popular en el Congreso, Miguel Tellado.
La política española sigue supurando por donde siempre. Por el escándalo que supone que sea el Gobierno quien nombre a dedo al fiscal general, en vez de una mayoría cualificada. O porque nada menos que un ex director general de Policía y exportavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó. presumiera ante los suyos de que iban a controlar «desde atrás» la Sala Segunda del Supremo, la misma que enjuició a los acusados del 'procés'.
Tellado no pudo ser ayer más sincero al proclamar que el objetivo del PP no es otro, como es lógico, que «echar a Sánchez con todos los medios a nuestro alcance. Y si los medios son judiciales -agregó-, también». Feijóo prefirió, una vez más, volver sobre sus pasos para reprochar a PNV y Junts que sigan sin romper con el presidente, lo que hace inviable una moción de censura.
Jeltzales y neoconvergentes son los verdaderos 'granos' de Feijóo. Y es que ninguno de los dos está por firmar nada con Vox. Y los de Ortuzar gobiernan Euskadi, las diputaciones y muchos ayuntamientos por su entente con el PSE, que no aguantaría si dejan caer a Sánchez. Con Puigdemont todo es menos previsible, pero el expresident no tendría fácil explicar a los suyos una eventual alianza con el partido que suspendió, y con razón, la autonomía catalana tras el 1-0.
A la espera de que se esclarezca un 'caso Ábalos' que cada día huele peor -Sánchez ya ha pedido perdón por primera vez esta semana por el escándalo-, no duden que seguirá la guerra sin cuartel. Haya o no unos Presupuestos que el PP, en privado, sí ve posibles.
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