Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La política no es el mejor lugar del mundo ni para hacer amigos ni para andarse con lisonjas desinteresadas. Ya lo dijo el viscoso ex primer ministro italiano, el democristiano, ya fallecido, Giulio Andreotti: «En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de ... partido». Han pasado siete días desde la gran noticia política vasca del año que nos regaló EL CORREO: el PNV no presentará a Iñigo Urkullu como candidato a la reelección. Y no lo hará pese al deseo expreso del lehendakari de intentar seguir una legislatura más en Ajuria Enea. Su sustituto será quien parece un aspirante a clon del actual presidente: el diputado foral vizcaíno Imanol Pradales.
Entiendo que el Euzkadi buru batzar haya querido cambiar de caballo para la próxima carrera. Lo que no entiendo son las explicaciones de Andoni Ortuzar y la extraordinaria frialdad mostrada estos días con Urkullu, una excelente persona y, en general, un buen lehendakari. Con sus fallos. Tan evidentes como crecientes.
El presidente del EBB decía hace un par de días en la radio pública que ellos no se han cargado al todavía lehendakari. Que se trata de una simple sustitución. Llamativo eufemismo. Explicaba que meses atrás hicieron un 'retrato robot', curiosa expresión, de cómo debía ser el próximo aspirante jeltzale a Ajuria Enea. Y que de esa reflexión ha salido la patada a Urkullu y la selección de Pradales.
Ciertamente los números están ahí. Los peneuvistas han perdido el último trienio 75.000 votos. Han pasado de aventajar a su gran adversario, a EH Bildu, en 100.000 papeletas en los comicios al Parlamento vasco de 2020 a ganar por sólo 1.100 en las generales de julio de este año. Y a quedar claramente por detrás si sumamos Navarra.
Coincido con Ortuzar en que esta caída continuada de apoyos es fruto del desgaste de la marca, del PNV. ¿Qué parte es atribuible a la gestión del Gabinete Urkullu? Cabe suponer que una porción respetable.
Sobra recordar que el Gobierno autónomo fue en su día incapaz de organizar una OPE de Sanidad limpia y que el lehendakari se resistió a cesar al responsable, el exconsejero Darpón, hasta que no pudo aguantar más. Que ha dejado envejecer la plantilla de Osakidetza sabiendo las fechas en que se iban a ir jubilando sus profesionales. Que se ha limpiado las manos cuando dos operarios perdieron la vida en un vertedero, como si el Gobierno vasco tuviera competencias para nada. Por no hablar de los problemas en la Ertzaintza o de su veto a dialogar con ELA, por más que repudie su evidente propósito de influir en la política.
Urkullu tiene estos y otros problemas. Pero su moderación le hacía captar el apoyo de muchos votantes del PP y también del PSE. Si es o no capaz de mantenerlos Pradales lo veremos. Dudo que el relevo tenga que ver con el propósito del nuevo aliado de Ortuzar, el huido Puigdemont, de romper con Sánchez y hasta precipitar su caída junto a Feijóo, si este quisiera, de no lograr sus objetivos políticos. El PNV va a necesitar al PSE para seguir en Ajuria Enea, le gane o pierda con EH Bildu. Volar el Gobierno de Madrid podría suponerle dejarse el poder en Euskadi. Seguro que nadie lo olvida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Así es el ciclo diario de la melatonina, la hormona que te ayuda a dormir
Yolanda Veiga e Isabel Toledo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.