Sánchez se mete en otro lío en Cataluña y no es bueno para Euskadi

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Cristian Reino

Sánchez ha vuelto a demostrar que cuando se fija un objetivo es capaz de hacer todo lo necesario para conseguirlo. Sánchez tiene claro que su ópera prima se llama Cataluña y la culminación de su obra pasa por hacer a Illa president, cueste lo que cueste. Ahí está la reforma del Código Penal, la ley de amnistía... Esto tampoco se iba a producir jamás y hace tiempo que reside entre nosotros. El problema no es apostar por esta política, sino haber defendido con vehemencia lo contrario y cambiar de opinión sólo por cuestiones aritméticas para poder seguir en el poder.

Sánchez ha decidido matar al independentismo dándole todo lo que demanda y a tenor los resultados, si consuma la 'operación Illa', el objetivo estará más que cumplido porque Carles Puigdemont estará KO y pasará a ser historia. Otra cosa es que todo esto pueda explicarlo en las federaciones socialistas de Asturias, Andalucía, La Rioja, Extremadura o Castilla-La Mancha. Sánchez ha vuelto a abrasarse por Cataluña y la operación es de altísimo riesgo para el PSOE, cuyo menguante poder autonómico vuelve a sufrir otro duro varapalo mientras el Partido Popular ya prepara toda la artillería.

Y en paralelo, Euskadi. No, todo este debate no es bueno para los intereses vascos al situarse de nuevo en primera línea del debate político, mediático y académico en torno a un Concierto Económico amparado por la Constitución, como por cierto asumen, con más o menos reticencias, todas las comunidades autónomas del PP (también Isabel Díaz Ayuso). Sánchez se ha metido en otro lío y ha puesto en el foco un debate muy delicado que incomoda sobremanera al PNV en Madrid.

Esquerra quiere ser «como los vascos» y han logrado, o eso dicen, «un concierto económico catalán solidario»... ¿Solidario? ¿Es que el vasco no lo es? Ya hace unos meses, cuando ERC puso este asunto sobre la mesa, los jeltzales salieron en tromba a defender lo suyo. «En el modelo vasco, la aportación a otras comunidades es casi inexistente», llegó a asegurar la consejera catalana de Economía, Natàlia Mas. Luego, viendo la polvareda provocada, reculó.

«Ahora salen diciendo que quieren un Concierto para Cataluña como el vasco pero con solidaridad hacia las otras zonas del Estado. ¡Como si nosotros no fuéramos solidarios! ¡Como si no pagáramos el 6,24%! ¡Como si no aportáramos al Fondo de Compensación Interterritorial!», aseguró el pasado marzo Andoni Ortuzar, presidente del PNV. Eran los momentos álgidos de la precampaña de las elecciones autonómicas vascas y catalanas.

«No admitiré que se sugiera que somos insolidarios», reivindicó el entonces presidenciable jeltzale y hoy lehendakari, Imanol Pradales, quien también incidió en el «riesgo unilateral» del Concierto. «Si no lo hacemos bien, no viene el Estado a rescatarnos ni a poner dinero. El Concierto está reconocido constitucionalmente, aporta el 6,24% de los recursos pese a que la población representa un 4,6% del total de España y financia el Fondo de Compensación Interterritorial sin que revierta hacia Euskadi», zanjó. Un discurso que a buen seguro tendrá que volver a recordar en los próximos días porque Sánchez, para intentar consumar la 'operación Illa', se ha metido en otro lío en Cataluña que no es bueno para Euskadi.