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El pacto, de claro sesgo soberanista, alcanzado entre PNV y EH Bildu en el seno de la ponencia de Autogobierno está espesando el ambiente político en Euskadi antes del parón vacacional. Cunde la sensación de que los jeltzales han ido mucho ... más lejos de lo previsto, arrastrados por la impronta que Joseba Egibar ha marcado en el debate, y los recelos se acrecientan, especialmente entre los socios de gobierno. El PSE contempla con perplejidad la decisión de los jeltzales de cerrar con la izquierda abertzale unas bases de máximos para la reforma del Estatuto que definen a Euskadi como sujeto político, se arrogan la competencia de convocar referéndums y distinguen entre ciudadanía y nacionalidad vasca.
Pero en Sabin Etxea no están dispuestos a dejarse condicionar por sus socios, a quienes lanzaron ayer, por primera vez desde que los trabajos del nuevo estatus entraron en su fase decisiva, una contundente advertencia. La presidenta del PNV vizcaíno, Itxaso Atutxa, avisó a Idoia Mendia de que su partido no tolerará «vetos y mucho menos amenazas de nadie», después de que la líder de los socialistas vascos advirtiese a su vez la semana pasada de que el acuerdo entre PNV y EHBildu nunca se llevará «a la práctica». «No consentiremos que se anule la pluralidad vasca», remachó Mendia ante el comité nacional del PSE.
El énfasis de los socialistas a la hora de criticar el pacto soberanista y su afán en presentarse como «garantes» de la transversalidad y la diversidad vasca no ha gustado en Sabin Etxea. O al menos así lo han querido escenificar en el EBB, que en absoluto es ajeno a la polvareda que ha levantado su decisión de sumar fuerzas abertzales, también entre intelectuales y pensadores cercanos al nacionalismo institucional moderado, pactista y fuerista. Pero la procesión va por dentro y, de puertas afuera, han sido implacables a la hora de defender su proceder y un pacto «tremendamente importante» con la izquierda abertzale aunque abierto a ampliarse a otras siglas. Atutxa no solo recordó a Mendia que el PSE no cuenta con «fuerza política suficiente ni mayoría política suficiente en este país» para frenar un proyecto acordado por la mayoría nacionalista, sino que también vino a decirle que es su decisión aproximarse o no al consenso. «Siempre he dicho, y lo vuelvo a decir, que quiero acercar a los que no son nacionalistas a este acuerdo», apuntó Atutxa en una entrevista en Euskadi Irratia, «pero lo que no vamos a permitir es, se tenga o no mayoría, vetos o amenazas de nadie».
La líder del Bizkai también negó que su planteamiento sea «de máximos» porque, según dijo, «hemos buscado el acuerdo» en la ponencia, y, a su juicio, son PSE y Podemos quienes deberían hacer «el esfuerzo». Tras recalcar que ambos socios optaron en su momento por dejar fuera del acuerdo de coalición sus postulados en materia de autogobierno, la dirigente vizcaína lanzó otra carga de profundidad contra el PSE al deslizar que sus críticas «no facilitan» la relación con los socialistas en el seno del Ejecutivo. Eso sí, los jeltzales no ven en peligro su acuerdo con el PSE «de momento» porque, como dijo Atutxa, no cree que la palpable tensión vaya a afectar aún «al trabajo diario».
Los socialistas también dicen estar «absolutamente tranquilos» respecto a su manera de conducirse y no creen que la alianza corra el riesgo de resquebrajarse, aunque en el seno del Gobierno vasco sí se admite la escalada al menos en el tono. A partir de ahí, el PSE no cree que el problema sea de la coalición, sino «del PNV», que deberá decidir tras las elecciones municipales y forales, una vez los expertos concluyan la redacción del texto articulado del nuevo Estatuto, si sigue adelante de la mano de EH Bildu o da marcha atrás en su apuesta soberanista.
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