Visitas a castillos, conventos, playas y conjuntos megalíticos para sacudirse la pereza

Cuatro planes por Álava, Cantabria, Burgos y Gipuzkoa para aprovechar a tope los días libres y descubrir en familia parajes sorprendentes

Jueves, 1 de diciembre 2022, 00:24

Si te aburres en tus días libres es porque quieres. Se nos ocurren muchos asuntos a los que dedicar el tiempo, pero como el objetivo de estas páginas es que salgas de casa y busques alternativas de ocio, te animamos a partir hacia sitios cuya ... contemplación ensancha el alma, que te conectan con la tierra o el mar, y evitan el parpadeo por miedo a perderse algo durante ese leve movimiento.

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Álava

Ruta por los castillos de Portilla y Lanos

Esta senda circular aúna paisaje y retazos de historia. Has de desplazarte a la comarca de Añana para adorar dos castillos y las tierras que dominan: el de Portilla y el de Lanos en Ocio. La distinción del primero la otorga aparecer en el escudo alavés. Eso en lo que a historia se refiere. Si hablamos de imágenes, la del esqueleto del edificio que parece hacer equilibrios sobre el collado es espectacular. Risco y piedras unidos simulan un cuchillo dispuesto a quebrar la tierra.

Los primeros escritos en los que se le menciona hablan del año 1040. Sin embargo, las excavaciones demuestran que los humanos habitaron la zona desde comienzos de la Edad del Hierro, aunque el punto álgido tuvo lugar en la Edad Media, cuando el Reino de Navarra lo convierte en enclave defensivo. El de Castilla, por su parte, cambió esta situación en el siglo XIII al mover la frontera hacia el este. Los lindes se alejaron y con ellos la relevancia estratégica. Con el tiempo, quedó lo que se ve ahora, restos de la torre central y un aljibe, más fotos espectaculares que sacar desde allí. El castillo de Lanos de Ocio, que también perteneció al Reino de Navarra, conserva parte del torreón.

Pero vayamos a la senda circular de 14,5 kilómetros con un desnivel de 563 metros, dificultad media y unas 4 horas y 30 minutos de marcha. Arranca en Portilla, desde donde se asciende por un viejo camino hasta lo que queda de la fortificación sobre el roquedo. Bajarás después por el barranco del Hoyo del Monte hacia el río Inglares. Rebasa Ocio, hay un camino asfaltado que sube a la otra fortaleza. Bajarás por el mismo camino hasta la pista parcelaria que llega a Berganzo. Allí puedes contemplar los restos de la antigua torre de los Sarmiento en la iglesia parroquial. En el kilómetros 8,4 la ruta se separa del GR 1. Sube por la pista forestal del barranco de San Baules hasta el alto de La Rasa, donde vuelve a aparecer el GR 1 que te devuelve a Portilla.

Castrojeriz (Burgos)

Convento de San Antón

turismo de castrojeriz

Si te encantan los restos del pasado, las casas que parecen a punto de derrumbarse, las estructuras que sobrevivieron al abandono como miembros de cuerpos desmembrados, debes acercarte hasta este rincón burgalés. Allí aguardan las ruinas góticas del convento de San Antón, actualmente parte de un hospedaje para peregrinos del Camino de Santiago francés. Imposible no enamorarse de este evocador lugar, inaudito abandonarlo sin sacar el móvil para congelar detalles que han sobrevivido a los siglos.

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Levantado en el siglo XIV por la orden francesa de los Antonianos, allí cuidaban a los enfermos del 'fuego de San Antón', una especie de lepra, según creían entonces, que consumía las extremidades y cuyo único remedio era acudir en peregrinación hasta Compostela. Lo cierto es que debió ser solo un tipo de ergotismo gangrenoso que acarreaba el consumo prolongado de pan de centeno contaminado con el hongo del cornezuelo, muy habitual en el norte de Europa. Los enfermos mejoraban al comer pan de trigo y de esa manera la devoción sobrevivía con ellos.

Pero volvamos a lo que resta del convento, a la concesión para fundar un hospital otorgada por el rey Alfonso VII en 1146. A la edificación de la iglesia gótica en el XIV. Tras el abandono del lugar en 1791, cayeron las bóvedas de crucería, pero si te fijas bien aún pueden verse, por ejemplo, marcas de cantero con la letra 'Tau', símbolo de la orden, en los sillares. Los muros del ábside central con dos pisos de ventanales apuntados entre potentes contrafuertes exteriores son de influencia del monasterio de Las Huelgas de Burgos y de la casa francesa de la Orden Antoniana en Isère. Y en la portada de seis arquivoltas, hay escudos reales y figurillas.

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Cantabria

Parque Natural de Oyambre

Cambiamos de tercio y partimos hacia el agua, a San Vicente de la Barquera para admirar una de las vistas del litoral cantábrico más hermosas, con los Picos de Europa como decorado de fondo. El parque natural de Oyambre ocupa 5.758 hectáreas nutridas por marismas, playas, dunas, rías, acantilados y masa forestal, un cóctel de paisaje inolvidable. En un rincón del norte donde fauna y rías diversifican el ecosistema.

Las mejores playas son las de Merón, que llega hasta el mismo San Vicente de la Barquera, y la de Oyambre, que arranca en la desembocadura de la ría de la Rabía hacia el oeste. Un paseo por su blanca y fina arena hace olvidar los problemas. Las marismas albergan enorme riqueza biológica, dan cobijo a muchas especies y abastecen a aves migratorias. Las dunas de los extremos de las playas, las desembocaduras de las rías, acogen además una interesante flora. La ría principal es la de San Vicente; la de Rabía luce más pequeña y confluye con la del Capitán. Todas facilitan la vida a numerosas especies, a zarapitos reales, garcetas comunes, garzas reales…

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Falta mencionar los acantilados que se levantan entre 10 y 50 metros. Sobre ellos distinguirás halcones peregrinos, cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas. Y la masa forestal del interior, las praderas surcadas por arroyos. Y al suroeste, el Monte Corona repleto de robles, fresnos, avellanos, acebos y castaños.

Gipuzkoa

Monte Adarra

Menhir de Eteneta. ALTUNA

El pico Adarra (811 metros) se encuentra a diez kilómetros al sur de Donostia. Nos vamos de ruta para completar 7,2 kilómetros en unas dos horas y media, más casi otros tantos de vuelta con salida en Leitzaran. En busca del pasado, de construcciones que nuestros ancestros levantaron con intención espiritual, o eso se cree. La dificultad, media, avisado queda el personal. Lo singular de este recorrido es acercarse hasta alguno de los monumentos megalíticos de la zona en la que existen cromlechs, dólmenes, túmulos y menhires, tratar de sentir lo que sintieron aquellos antiguos moradores. El trayecto comienza en el aparcamiento de Otita, por la pista principal del 'trentxiki'.

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Pocos metros después habrá que tomar el desvío que asciende a la izquierda, el del cartel de Adarra-Mandoegi. Obedece las marcas amarillas y blancas del PR hasta un prado. Habrán pasado unos 25 minutos. Debes cruzarlo e ir a la izquierda. Atrás queda el macizo de Ernio. En otros diez minutos existe una bifurcación, coge el lado izquierdo hasta otro camino más grande por el que seguir. Diez minutos antes de llegar a la hora completa, una señalización indica para dónde seguir en dirección Pinudia por una pista de grava. Unos metros más adelante, a la izquierda, subes a través del bosque usando el PR GI-162. Llegarás a una zona de hierba presidida por rocas enormes para seguir hacia la cima del monte Aizkorri (673 m.). Aprovecha la panorámica del Adarra.

Retoma tus pasos por la senda descendente de la izquierda y sube de nuevo el cortafuegos. Acabarás topándote con el menhir de Usobelartza, donde se siente el peso de la historia. Continúa por la pista para dejarla enseguida, recto, a través del cortafuegos. Al cumplir las dos horas, si es que no te has detenido mucho rato en el monumento megalítico, estarás en la cumbre del Onddo (785 m.). Disfruta las vistas del collado de Eteneta y del Adarra de nuevo.

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Al bajar hacia el collado conocerás el menhir de Eteneta, protagonista estelar de la ruta. Queda ascender al punto más alto de tu objetivo, con un poco de esfuerzo. Y la vuelta, primero hasta el collado de Eteneta para elegir la pista de la derecha hacia el bosque. Enseguida hay una bifurcación, ve a la derecha para evitar el duro ascenso del cortafuegos. Aparecerás en el otro, que baja al menhir de Usobelartza. Retrocede por el trayecto inicial.

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