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No hace falta convertirse en penitente para acabar en Santiago de Compostela, aunque emociona verlos llegar, firmando el final de su Camino, el abandono de la mochila y las ampollas. Muchos lloran en la Plaza del Obradoiro y, aunque podrían hacerlo por su belleza, sucede ... por la promesa cumplida. Allí los ojos no saben elegir hacia dónde mirar. Si a la magnífica Catedral de Santiago, donde aguarda la imagen del apóstol, o al Hospital de los Reyes Católicos, construido en 1502 por mandato de Isabel y Fernando. Del templo destacan el Pórtico de la Gloria y el enorme botafumeiro de 50 kilos.
Aeropuerto Bilbao
Aerolínea Vueling y Air Nostrum
Cuándo Todo el año
Trayecto 1:05 h.
Pasea sin prisa por el casco histórico, Patrimonio de la Humanidad. Mires a donde mires, te gustará lo que ves. Reina en una ciudad plagada de historia, que a lo largo de su existencia ha ofrecido cobijo a muchas almas. Acércate hasta las plazas de Cervantes, la de la Quintana o la de las Platerías. Contempla las señoriales casas del Deán, la Parra o da Balconada. La Rúa do Franco, la Rúa Raíña, la Rúa do Vilar y la Rúa Nova. Los edificios renacentistas y neoclásicos.
¿Sabías que la Plaza de Platerías se llama así porque en sus alrededores se asentaban los talleres de orfebres que vendían objetos de plata a los peregrinos? ¿Que la parte inferior de la de Quintana, denominada de Mortos, se dedicaba a enterramientos hasta el año 1780, por eso la superior, llena siempre de gente, es conocida como Quintana de Vivos?
Si buscas una fotografía curiosa, el Museo do Pobo Galego propicia la de la impresionante escalera helicoidal triple. En la iglesia descansan los restos de la poetisa Rosalía de Castro. Hay tanto que ver en este destino que resumirlo resulta imposible. El Pazo de Fonseca, el Monasterio de San Martín Pinario, el Convento de San Francisco, el paseo fluvial junto al Sarela…
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