La hija de Asdrúbal 'El Bello'

Segunda parte respecto a la semana anterior, epílogo del prólogo que supuso hablar de la ciudad de Murcia. Un par de días, comentamos, valían para la capital, pero puedes aprovechar el mismo vuelo, u otro, para acercarte a la joya de la corona: Cartagena. La historia toma forma entre sus calles, imposible no regresar de allí con varias lecciones aprendidas. Asomada al Mediterráneo, brilló tras su fundación por el general cartaginés Asdrúbal el Bello en el año 227 antes de Cristo, aunque su fulgor cegaría como Cartago Nova, en época romana.

Esplendor es lo que surge desde el Teatro Romano, mejor acceder por el Palacio de Riquelme, en la Plaza del Ayuntamiento, para, ayudado por la antigua iglesia de Santa María la Vieja, conocer su historia y las raíces de la ciudad. Sorprende salir del subsuelo repleto de restos arqueológicos y encontrarse con el teatro en el que cabían aproximadamente 7.000 espectadores. Más sobre el imperio… a los pies del Cerro del Molinete, el Barrio del Foro Romano resulta imprescindible. Antiguas calzadas y termas romanas, el edificio del atrio y el santuario de la diosa egipcia Isis lo nutren. Luego, sube a lo alto de la montaña para admirar las vistas.

En la Plaza de la Merced hallarás restos del Decumano Máximo, antigua calzada romana de acceso a la ciudad. Y cerca, la Casa de la Fortuna, domus romana del siglo I a.C. donde disfrutar el mosaico del suelo, recorrer las estancias decoradas con objetos originales como la vajilla doméstica y observar la ornamentación en los murales. Vistas del pasado romano desde el Parque de la Cornisa y desde el Castillo de la Concepción, en una de las cinco colinas que guardan la ciudad.

Cambio de tercio y avance en el tiempo, submarinos. En la rotonda del Paseo de Alfonso XIII hay una réplica del diseñado por Isaac Peral, inventor nacido en la ciudad. El original, por cierto, se encuentra en el Museo Naval. Por supuesto, ve a la zona del puerto a dar una vuelta. Y recorre el centro plagado de edificios modernistas, antiguos palacetes de la burguesía adinerada y de grafitis, por si te gusta el arte callejero.

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