Los últimos farolillos en el cielo de Baiona

La razón que esgrimen las autoridades para prohibir el lanzamiento de los farolillos que llenan el cielo de Baiona, es la «falta de seguridad ciudadana y la contaminación que suponen». Consideran que no se puede garantizar la seguridad del público ni prevenir posibles incendios, por lo que la cita de este año será, sin duda, especial al ser la última.

Un espectáculo digno de ver, que siempre provoca la misma emoción que si fuera la primera vez para las miles de personas que se apuntan esta cita en rojo en sus respectivas agendas. La suelta está prevista por la tarde, a partir de las 19.30 horas, y se anuncia por megafonía cuando llegados el momento con el fin de que el lanzamiento se haga al unísono y se genere un espectáculo único. Pero siempre hay algun despistado al que se le escapa antes de tiempo. Mañana las linternas serán de colores, mientras que las que se lancen el próximo sábado serán blancas. La música que acompaña el momento varía con los años; el pasado, durante el primer día se acompañó el ambiente con música de animación y el segundo lanzamiento con melodía tradicional. Este año se volverá a soprender a quienes se apuesten a lo largo del cauce que atraviesa la ciudad.

Para que el farolillo vuele alto y no se precipite al cauce nada más lanzarlo hay un pequeño truco. Como el aire frío es más pesado que el aire caliente, el calor que desprende el elemento combustible dentro del farolillo volador contribuye a que se eleve. Por lo tanto, después de encender la mecha, es conveniente no soltarlo al momento. Al retenerlo un instante, sube la temperatura y facilita que los faroles emprendan el vuelo y hasta recorran un largo trayecto, en la mayoría de los casos.

Para aquellos que tengan pensado lanzar un farolillo deben acercarse a la plaza Carreau de Halles, donde se venden horas antes. El precio oscila entre los 5 y 7 euros, Todos los comerciantes están obligados a vender estos objetos, que se diseñan a base de material cien por cien biodegradable. Pero conviene acercarse con bastante tiempo de margen, dado que se forman grandes colas.

En cualquier caso siempre queda la opción de disfrutar como espectador, si bien la experiencia mejora cuando eres partícipe de ella. Un espectáculo que todos los años convierte a Baiona en un hervidero de gente, que llama tanto o más la atención de quienes se arremolinan en los muelles del río Nive. Lo cierto es que apenas hay espacio para estirar el brazo y dejar volar el farolillo.

El atractivo lanzamiento también entraña dificultades a lo hora de encontrar una plaza de aparcamiento, por lo que se aconseja acudir con cierto tiempo. Más aún este año, en el que el primer lanzamiento coincide con un largo 'puente' festivo. A lo largo de la ciudad se ubican varios parkings tanto cubiertos como descubiertos. En los disponibles al aire libre, el estacionamiento es de pago de lunes a sábado, entre las 8.30 horas y las 19.00 horas. Algunos de ellos, como es el caso de Harry-Owen Roë, Champ de Foire, Montevideo, Glain y Lauga cuentan con una tarifa reducida, que por un euro permite estacionar cuatro horas y 45 minutos. En cambio, en los que se encuentran a cubierto (de pago todos los días durante las 24 horas), ofrecen la primera hora gratuita.