El tesoro de un lienzo perfecto
Hernio (Gipuzkoa) ·
La popular cima de Tolosaldea luce un precioso verde primaveral entre el gris de sus rocas y bajo un azul intensoHernio (Gipuzkoa) ·
La popular cima de Tolosaldea luce un precioso verde primaveral entre el gris de sus rocas y bajo un azul intensoEl Hernio sorprende cada vez que se asciende a su cima. La belleza natural que rodea a este monte situado entre Tolosaldea y Urola Kosta forma un lienzo perfecto en el que el verde de sus bosques se mezcla con el gris de sus rocas ... y el azul de los días despejados. Sin despreciar en ningún caso, la hermosa estampa que se ve a sus pies con esos caseríos repartidos por Bidania-Goiatz, Errezil, Azpeitia... o el mar.
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Distancia: 8.5 kms.
Desnivel: 476 s.
Punto de salida: Venta de Iturriotz.
Dificultad: Fácil.
El recorrido desde la venta de Iturriotz hasta Hernio presenta una dificultad media-baja. Partimos desde la venta para acercarnos a la ermita y tomar la pista que nos adentrará a una zona boscosa. Las enormes piedras del camino nos pondrán a prueba de evitar una caída, pero con calma superaremos la zona que nos conducirá a un terreno de pastos, para después continuar hacia la derecha por un sendero en el que aparecerán marcas amarillas. Hasta llegar a las bordas Zelatun, deberemos superar un tramo de suave desnivel. Mientras ascendemos las vistas son espectaculares, incluido el mar Cantábrico. Grupos de yeguas y vacas con sus vástagos hacen acopio de los brotes de hierba nueva.
Conforme avanzamos hacia nuestro objetivo, llegamos a las bordas de Gazume que visitaremos al regreso. Un sendero sobre tierra nos conduce a un tramo en el que deberemos sortear zonas de piedras. Errezil, Bidania-Goiatz destacan al fondo del valle, mientras numerosas cimas se erigen al horizonte mostrando una estampa preciosa, Erlo, la joya de Izarraitz, así como Larrunarri en la sierra de Aralar, Aizkorri y Aratz.
Sin darnos cuenta, llegamos a la borda con el cartel de Erniozaleak en su entrada. A escasos metros, se encuentra la cruz con los arcos y cuadrados con poderes curativos contra el reuma. Seguimos después de cumplir la tradición y emprendemos el último ascenso con una pendiente importante, pero la presencia de la gran cruz nos impulsa en nuestro propósito de alcanzar y tocarla, cumpliendo otra tradición extendida entre los lugareños habituales en Hernio. Una vez en la cima toca disfrutar de las vistas que nos permiten ver hasta los Pirineos. Regresamos por el mismo camino parando en Antonioren Borda.
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