Una silueta inquietante sobre el único lago de Euskadi

Es tan pronto que todavía ningún arrendajo ha encendido la voz de alarma. Entre los carrizales, asoman los primeros zampullines, fochas, somormujos... Siempre con una mirada de recelo hacia el cielo, por el que sobrevuela una inquietante silueta. No está lejos el peligro, conviven con él. Sobre un viejo chopo otea una rapaz de tamaño medio, de aleteo pesado en el arranque pero certero en el ataque. Es un aguilucho lagunero, el protagonista de este ecosistema medio escondido a poco menos de cuatro kilómetros de Salinas de Añana. Al menos hasta cuatro parejas levantan el vuelo sobre el carrizal.

Para los pajareros, el nombre de aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) retrotae a 'El hombre y la tierra', cuando la voz de Rodríguez de la Fuente 'humanizaba' sus comportamientos y mostraba las diferencias entre las especies de aguiluchos que cazan en humedales, estepas y campos de cereales con charcas próximas: lagunero, cenizo, pálido... El reto era luego identificarlas en la naturaleza. El lagunero tiene quizá un plumaje menos claro que sus 'parientes', es de mayor envergadura y planea mejor.

Euskadi ofrece una interesante representación de hábitats acuáticos, desde el estuario de Urdaibai a la bahía de Txindugi y el humedal de Salburua. Pero sólamente un lago, el de Caicedo de Yuso, donde el aguilucho lagunero se recupera lejos de la contaminación de los acuíferos y de riegos abusivos para cultivos extensivos.