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Dicen que Pitágoras lo consideraba el número perfecto y que Dante Alighieri lo tenía muy en cuenta al escribir sus obras. Que también en la Biblia aparece con frecuencia. Todos sabemos que siete eran las maravillas del mundo antiguo y otros siete los pecados capitales. ... Destino Turístico Gorbeia redondea su oferta con el mismo número de excursiones guiadas. «Para adentrarse en enclaves mágicos del corazón verde de Euskadi con travesías que encienden la imaginación de los visitantes los 365 días del año. Experiencias únicas de la mano de un guía que transmitirá los valores y el sentir de los habitantes», aseguran. Naturales, históricas, arquitectónicas y mitológicas. Puedes disfrutarlas en euskera o castellano, en grupos de al menos cuatro personas. «También ofertamos la posibilidad de conocer lugares de interés especial para los visitantes, distintos a los ofrecidos», añaden.
Reservas 945243828/645844087
Precios 5/8 euros
Ullíbarri-Gamboa
Momento para rescatar la historia del embalse de Ullíbarri-Gamboa, que en los 60 del siglo pasado anegó aldeas, pueblos y tierras de cultivo. Su historia enlaza además con los hallazgos de Aldaieta. Allí se hablará del nombre de Ullíbarri-Gamboa, que tuvo mucho que ver con el surgimiento de las luchas medievales entre Gamboinos y Oñacinos. También de las anécdotas sobre la construcción del embalse, gran obra civil. La visita acaba en Nanclares de Gamboa, situada a orillas del agua, donde se explicarán las diferencias entre el pasado y el presente del municipio.
Zuia
Caminar por los bosques de Zuia, mientras atraviesas puentes y cruzas cauces cuya corriente sigue hacia viejos molinos da pistas sobre la vida de los habitantes de la zona y de sus caseríos. El cicerone acercará a Sarria, donde conocer las particularidades y funcionamiento de su molino. Más tarde toca detenerse en el antiguo lavadero y frente al calero, donde antaño fabricaban la cal artesanalmente. Seguirás por una senda, sobre una vieja pasarela que durante siglos ha visto fluir el agua procedente de la cumbre del Gorbeia. Las abejas, esenciales en la alimentación y la tradición vasca, volverán a ser protagonistas gracias al museo de la miel.
Legutio
La historia del casco medieval de Legutio toma protagonismo en esta visita. El municipio se convirtió, sin quererlo, en el corazón de la batalla de Villarreal, que se saldó con 1.500 muertos y más de 5.500 heridos. Ocurrió el 30 de noviembre de 1936. El ejército vasco, fiel a la República, lanzaba su ofensiva contra la localidad, tomada por los sublevados. Muchas personas debieron abandonar sus casas y ocultarse. Ayudaron a los heridos en la contienda. Gracias a sus testimonios y a los documentos de la época el recorrido es capaz de transmitir muchos de los acontecimientos acaecidos. Por un suplemento de 3 euros se puede visitar, además, la quesería Iruri para vivir en primera persona la experiencia 'Pastor por un día'.
Murgia
Que los seres mitológicos han formado parte de nuestra tierra es innegable. Lamias, Basajaun, brujas, gentiles, duendes y la todopoderosa Mari toman forma en muchas historias. Esta opción recorre lugares mitológicos de Murgia, transmite leyendas mágicas alteradas durante siglos, según se iban narrando de generación en generación para nutrir el imaginario vasco. Visitarás el Museo de la Miel en Murgia, que muestra las técnicas empleadas para producir la miel, así como los instrumentos y enseres utilizados tradicionalmente en el manejo de colmenas y en la elaboración de este amarillento manjar y sus derivados. Y como entre dorados anda el juego, conocerás también el Santuario de Oro, enclavado en las Peñas de Oro, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XI y principios del XII.
Joyas románicas
Atentos, amantes del arte románico, sus tesoros aguardan en las iglesias de Olano, Ondategi y Gopegi. Transmiten la importancia de un arte rural florecido a finales del XII y principios del XIII. El románico de Zigoitia surgió cuando los pequeños núcleos de población comenzaron a disfrutar de cierta capacidad económica. Nacieron sus templos, ornados con estilo tardío, arcos ya apuntados, decoración naturalista en arquivoltas y capiteles, así como cabeceras rectas debidas, tal vez, a la penuria de medios. Olano exhibe en la iglesia su famoso retablo románico, aunque destaca por el mayor, gótico (XVI); también un molino rehabilitado. Ondategi y Gopegui tienen iglesias levantadas por monjes constructores e impulsadas por la monarquía navarra que intentó asegurar un territorio inestable. El recorrido finaliza en el roble de Sarragoa, árbol de gran valor al tratarse de un refugio de la biodiversidad.
Zurbano
El patrimonio arquitectónico del municipio brilla gracias a su colección de casas-palacio construidas en los siglos XVII y XVIII. La visita comienza en la iglesia y continúa hacia el palacio de los Uriarte. Construido hacia 1621 por el bachiller de Pedro Ruiz de Erenchun, le adosaron dos torres cuadradas a los lados. Sobre el acceso de la fachada principal se encuentra el escudo con las armas de Isabel Ortiz de Zurbano. El palacio-torre de los Otazu, la casa señorial de los Ortiz de Zarate y el interior del palacio de los Otalora-Guevara, que tras un periodo de abandono vuelve a vivir bajo el nombre Mi Castillo de Arena, completan el circuito. Declarado Bien de Interés Cultural, fue encargado en 1640 por Juan Otálora y Guevara, secretario del rey Felipe IV, y María de Guevara, originaria del palacio Landázuri-Guevara en Junguitu.
Goiuri e Izarra
Leyendas y mitos pueblan la sierra de Gibijo y el monte Gorbeia. Primero llegarás hasta la cascada de Goiuri/Gujuli, para contemplar cómo el agua se lanza al vacío desde más de cien metros. No solo eso, también merecen atención allí la iglesia románica y el antiguo molino, impregnados de narrativa y cuentos extraordinarios, difíciles de creer. Izarra es el siguiente destino. Allí aguarda el tejo de Doña Lola, 13 metros de singular árbol, más diez de diámetro en la copa, cuya fama ha acrecentado el libro 'El silencio de la ciudad blanca'. Protegido en una zona ajardinada, entierra sus raíces entre los arroyos de Ondona y Morrobaro. El nombre le viene de María del Milagro Clavijo y Viejo, conocida como Doña Lola, que vendió los terrenos al pueblo.
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