Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Es la de Machado, Gerardo Diego y Bécquer; también la cantada por Gabinete Caligari. La de los 'Campos de Castilla', la 'Soria sucedida' y 'El rayo de luna'. La del olvido del amor que se cura en soledad (apunten el consejo Shakira y Piqué). Esa ... donde parece que las rocas sueñan, según Antonio. Y el Duero tuerce su cauce huidero, según Gerardo. Espera a unas dos horas y media en coche, por eso conocerla no implica un viaje largo. A cambio promete intensidad; regala mucho que ver y bastante que recorrer. Joyas románicas, rincones poéticos y agradables rutas senderistas desde la ciudad. Es Soria, en invierno todavía más bellas, solo hay que abrigarse
«He vuelto a ver los álamos dorados, / álamos del camino en la ribera / del Duero, entre San Polo y San Saturio», escribía Machado. Hasta ellos debes acercarte para conocer una de las imágenes más ligadas a la ciudad. El primero es particular, lo contemplarás desde fuera. El segundo, visitable gratuitamente. La atracción que provoca este templo en el que se funden naturaleza, arte e historia es casi mágica. Paisaje idílico, se mira en el río como en un espejo (conócelo de día, pero vuelve de noche, la estampa impresiona).
Según la tradición, en el siglo VI habitó la cueva sobre la que se asienta esta iglesia el noble Saturio. Treinta años vivió como eremita, tras repartir los bienes heredados entre los pobres. Convertido en patrón de Soria por aclamación popular en 1628, cuentan que un joven usó su capa como puente para cruzar el agua. Tras el milagro, el chico quedó allí como discípulo para sustituir al anacoreta. Y a este sucedió otro, y otro...
Los primeros pasos para salvar la ermita construida en varios niveles se dan a través de grutas naturales. Después encontrarás la Sala del Cabildo de los Heros, sede de las reuniones de la hermandad de labradores. La Capilla de San Miguel, con vidriera sobre otro milagro. La Sala de la Vivienda del Santero, que recrea su forma de vida a finales del XIX. La Sacristía, hogar que acoge la pieza más antigua, una talla gótica de Cristo crucificado. O la iglesia adornada por frescos del pintor barroco soriano Juan Zapata Ferrer.
El sendero hacia dirección Garray, que hermana Soria capital con Numancia por la orilla del río, es precioso. Cubre 7 kilómetros de ida más otros tantos de vuelta que apenas notarás. Porque no hay pendientes. Porque acompaña el arrullo del Duero y su entorno. Porque gran parte se desarrolla sobre pasarelas de madera que invitan a la aventura. No tiene pérdida, escoge la primera orilla según bajas del centro, antes de cruzar el puente medieval. Y sigue recto.
Atento solo a un último desvío cuando queden 2 kilómetros, justo donde un panel informa sobre la población celtíbera famosa por la resistencia frente a los romanos. La señal marca Garray subiendo a la izquierda. No hagas caso, continúa paralelo al agua. Por ambas rutas llegarás al destino, pero la orilla es más cómoda. Después, cruza parte del pueblo hasta la señal que indica el yacimiento y sube a visitarlo (6 euros).
Aprovecha el paseo desde San Saturio para acercarte o hazlo desde el centro, tras cruzar el puente de origen medieval hasta la margen donde se asentó la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Duero, procedente de Tierra Santa. La escultura dedicada a Adolfo Bécquer, quien buscó inspiración en el Monte de las Ánimas cercano, aguarda antes del edificio (entrada 1 euro). Dos sectores dejan sin habla: el claustro y los templetes del interior de la iglesia. El primero se distingue como uno de los más originales del románico español por la variedad de influencias en su arquitectura: trazas románicas puras, arcos apuntados tendentes a la herradura, huellas bizantinas y árabes… una sinfonía artística que brilla magnífica los días de sol. Ya dentro de la iglesia, te asombrarán los dos templetes con altares. Por su influencia oriental y capiteles con escenas bíblicas y seres fantásticos. Magníficos en su detallismo.
El matrimonio de Antonio Machado con Leonor Izquierdo levantó ampollas en la época. Él tenía 34 años y ella solo 15 cuando se dieron el sí en Santa María La Mayor. Junto a la puerta del templo aguarda la estatua dedicada a la joven, que custodia una silla donde los turistas se sientan para hacerse una foto. «Sentí tu mano en la mía, / tu mano de compañera, / tu voz de niña en mi oído como una campana nueva, / como una campana virgen de un alba de primavera», escribió el sevillano.
Sabrás más sobre el matrimonio si te acercas a la Iglesia del Espino. Allí se conserva un viejo olmo que recuerda aquel al que el poeta dedicó preciosos versos confiando en la recuperación de su esposa enferma: «(…) olmo, quiero anotar en mi cartera / la gracia de tu rama verdecida. / Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera».
Nadie escuchó su plegaria, Leonor moría a los 18 años de tuberculosis. «Cuando perdí a mi mujer pensé pegarme un tiro. El éxito de mi libro me salvó», escribiría a Juan Ramón Jiménez refiriéndose a 'Campos de Castilla'. Junto a la tumba de la mujer, un espacio rinde homenaje a la pareja que, además, contempla el Duero para siempre desde el mirador de la placita de Los Cuatro Vientos, donde sus siluetas fueron esculpidas. Además, puedes acercarte al Instituto Machado, edificio en el que también dio clases Gerardo Diego. Allí aguardan esculturas del escritor sevillano.
Tomar el PR-SO 113 es sencillo y te llevará, en poco rato, hasta una vista magnífica del Duero desde un mirador natural que recuerda los Arribes salmantinos y zamoranos, en menor escala. Aunque solo hayas recorrido 6,2 kilómetros cómodos, tendrás la sensación de encontrarte muy lejos de la capital. El paseo parte de la ciudad, primero por la margen derecha del río. Fíjate en la naturaleza que sale al paso y en ejemplos de arquitectura popular como el lavadero de lanas o la ermita de San Saturio. Al final del recorrido, el fluir sinuoso del agua dejará en tu memoria una imagen indeleble. Pide el folleto de la ruta en la Oficina de Turismo.
No puedes visitarlo porque alberga el Palacio de Justicia, pero nada te impide detenerte ante la monumentalidad de este Bien de Interés Cultural. Como chascarrillo te diremos que, sobre el escudo, se observa a una mujer asomada a la ventana. Parece ser la esposa de Francisco del Río, a quien su esposo quiso retratar así porque le gustaban demasiado las rondas y se decía que le había sido infiel. El edificio lo mandó levantar la familia Río y Salcedo entre los años 1577 y 1592 gracias al dinero obtenido con el comercio de lana. El clan contaba ya en la ciudad con el Palacio de los Ríos y Salcedo (sede del Archivo Histórico Provincial), de preciosa portada renacentista y ventana en esquina, pero querían dejar claro su poderío.
Frente al edificio aguarda la escultura dedicada a Gerardo Diego, quien lee sentado junto a una mesa donde grabaron: «Poetas andaluces / que soñasteis en Soria un sueño dilatado: / tú Bécquer, y tú, Antonio, Buen Antonio Machado, / que aquí al amor naciste y estrenaste las cruces / del dolor, de la muerte. Desde el cántabro mar, / también, como vosotros, subí a Soria a soñar». Acceder al edificio cuesta 2 euros; conocerás salones decadentes, pero con encanto, y la Casa de los Poetas, donde recuerdan a Diego, Machado y Bécquer gracias a grabaciones, escritos y objetos que les pertenecieron. En la parte superior del edificio se situó el Casino de Numancia, punto de reunión para la burguesía soriana. Más tarde, en la inferior se crearía este Círculo de la Amistad con la idea de distraer a «las personas de buena sociedad». En 1961 ambas entidades se fundían. Por sus tertulias pasaron los hermanos Bécquer; en su salón tocaba el piano Steinway & Sons todavía presente Gerardo Diego; y en 1908 Antonio fue admitido como ilustre socio.
Se cree que la torre en honor a Santo Tomé proviene de la iglesia románica erigida en el siglo XII, aunque lo que destaca es la portada, considerada una de las mejores del románico español. Conocida como la 'Biblia en Piedra', mostraba a los fieles analfabetos la historia sagrada. Los expertos alaban las arquivoltas, la primera con los 24 ancianos músicos del apocalipsis; la segunda con la matanza de los inocentes; la tercera que enseña escenas sobre la vida de la Virgen, el nacimiento e infancia de Jesús; y la cuarta sobre la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.