Ciclista por Vía verde del Vasco Navarro. Juan Carlos Gaite Benito

De ruta sobre las vías de viejos trenes

Los antiguos trazados del tren celebran su cumpleaños este mes de mayo. Te invitamos a la fiesta que supone conocerlos

Jueves, 9 de mayo 2024, 18:22

Trescientos es un buen número. Trescientos, dicen, fueron los espartanos que decidieron permanecer junto a Leónidas para enfrentarse a Jerjes, señor del Imperio persa, en el desfiladero de las Termópilas. Ninguno sobrevivió, es cierto, pero ocupan un puesto imborrable en la historia como ejemplo de ... resistencia. Hablando de extinciones, sobre el año 300 desaparecieron los elefantes del norte de África por la desmedida afición de los romanos a la caza. Y ya, en plan lúdico-festivo (tono que encaja mejor con este suplemento), 300 kilómetros son los que suman las quince Vías Verdes presentes en Euskadi, que en mayo, por cierto, celebran su aniversario (viasverdes.com).

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A pie o en bici, la manera de recorrerlas la elige cada persona. Antiguos trazados de ferrocarril, renacieron (al contrario que aquellos espartanos) como itinerarios accesibles donde (igual que en la parte superior del continente africano) no encontrarás elefantes. Sí mucho paisaje, historia y cultura. Mientras caminas o pedaleas sobre tierras que tocan el Cantábrico y montañas, ciudades y pueblos, antiguas minas y ferrerías.

Gipuzkoa

Urola

Cicloturistas contemplan una de las piezas del Museo del Ferrocarril de Azpeitia. lobo altuna

Arranca desde Mirandaola, en Legazpi, o desde Zumárraga, siguiendo los pasos del desaparecido ferrocarril del Urola, que traqueteaba junto al río de idéntico nombre hasta Zumaia. Destaca como una de las propuestas más sugerentes, completita además, porque llama a la puerta (y siempre la abren) de la costa, el Museo Vasco del Ferrocarril, el santuario de San Ignacio de Loiola y las productoras de hierro de antaño.

De hecho, podrás sentir lo que era viajar en aquel tren tirado por una locomotora de vapor gracias a los 5 kilómetros que separan el Museo del ferrocarril de Lasao, disponibles para felicidad de los visitantes que, incluso ya talluditos, vuelven a sonreír como críos allí montados. Vamos, que hay un poco de todo para ver y para hacer si te animas a enfrentar esta senda cultural y deportiva de 40,19 kilómetros exactos, para adoradores de la precisión.

Bizkaia

Montes de hierro

Vía Verde de los Montes de Hierro a su paso por Sopuerta. Xandra Cuesta

Rendimos pleitesía al hierro, forjado en nuestro suelo y forjador de la historia vizcaína. Inspirados en esta preciosa vía que no deja jamás indiferente a nadie. Comienza en las Encartaciones y discurre por una zona minera en la que las condiciones laborales marcaron carácter a sus gentes y al entorno. Una labor que infringió heridas a los montes y sanó las penurias de hambre que muchos padecían, aunque tuvieron que pelear duro.

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La engordan 39,07 kilómetros exactamente, desde Traslaviña, en Artzentales, a Pobeña, en Muskiz. Pasando por Sopuerta, Galdames, Abanto-Zierbena y Gallarta. Asfalto y tierra compacta decoran su piso, en algunos tramos con cierta pendiente, no esperes solo llano. Mejor si la haces, para aprovechar la bajada, saliendo de Traslaviña (poco después de partir hay una cuesta arriba, pero breve). El esfuerzo vale la pena. Su paisaje luce como pocos en las fotos, por toda la ruta y allá donde monte y mar se dan la mano. El contraste en un solo itinerario resulta muy agradecido.

Antaño, por donde ahora circulan deportistas aficionados, corría el mineral; desde el punto de extracción hasta el puerto y las acerías. También había viajeros, mineros que se asentarían en la zona atraídos por la labor. Juntos poblaron La Balastrera, La Aceña o Saúco, entre otras barriadas. Hasta que en el año 1972 las vías fueron desmanteladas y el aquel sueño de prosperidad acabó.

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Un río, el Kolitza, acompañará los pasos de quienes se animen a enfrentar la vía. También descubrirán sugerentes túneles, viejas fanderías, largas pasarelas, ruinas que antaño levantaron ferrerías. Riscos. Alimoches en peligro de extinción... No entendemos a qué esperas para recorrerla, la verdad.

Álava

FC Vasco-Navarro

Ángeles Saenz de Ugarte

Es la campeona entre las vías verdes vascas, la que más kilómetros cubre de los 330 de rutas disponibles en los tres territorios. Un total de 97,19 kilómetros entre Navarra y Álava. A través de (un momento, que tomamos aire): Estella, el puerto de Arlaban, Zubielqui, Zufía, Murieta, Antzin, Acedo, Zuñiga, Santa Cruz de Campezo, Antoñana, Atauri, Maeztu, Zekujano, Aletxa, Dulantzi, Gauna, Estíbaliz, Aberasturi, Otazu, Vitoria, Durana, Retana, Luko, Urbina, Legutiano, Landa y Salinas de Leintz Gatzaga. Ahí es nada.

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Se camina o pedalea en recuerdo de 'El Trenico', que transitaba por las comarcas de Tierra Estella, la Montaña Alavesa y la Llanada Alavesa. Tren de vía estrecha, sus pasajeros lo adoraban, acostumbrados a aquel vaivén de ondulante cadera metálica.

Resulta obvio que, si los completas enteros, habrá mucho que ver... y mucho músculo que desgastar. Por eso suele dividirse en tres tramos, para evitar empachos. El primero, de Lizarra a la ermita de Santo Toribio, pasando por el Centro de Interpretación de Antoñana. El segundo, del túnel de Laminoria a Vitoria-Gasteiz, pasando por Estíbaliz. El tercero desde la capital alavesa al Puerto de Arlabán.

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Verás desfilar puentes, túneles, campos, pueblos... Como los contemplaban aquellos usuarios que se subieron a este transporte desde el año 1927, tras unos cuantos mirando cómo avanzaban los trabajos de acondicionamiento. Entre recortes de presupuesto y dineros que no alcanzaban, porque aquel arisco paisaje no quería dejarse domar. Con cuentas negativas desde la década de 1950. Curiosamente, lo cerraron la Nochevieja de 1967, así que no sobrevivió a los propósitos del año nuevo (para qué engañarnos, pocos lo hacen).

Gipuzkoa

Mutiloa-Ormaiztegi

Excursionistas por la Vía Verde del Goierri.

Pequeña pero matona, surge entre bosques y montaña, en la comarca del Goierri. También nació gracias al mundo minero, a las necesidades empresariales de aquella actividad. Dentro de un paisaje de preciosa panorámica, con valles como protagonistas de la foto.

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Pequeña, decíamos, porque mide exactamente 4,87 kilómetros, que si los multiplicas por dos, ida y vuelta, ya suman un pico (o piquito) asumible para quienes desean dar una vuelta sin volver agotados a casa. Desde el Caserío Barnaola, también llamado Barrenola, en Mutiloa, a la ladera de Lointzi, en Ormaiztegi.

Algo de historia nunca viene mal. Dos compañías mineras que explotaban laderas opuestas de la misma montaña compartieron el mismo tren. La sociedad minera de Mutiloa extraía de las minas de Troi-Aztiria hematites de las chirteras que eran lavadas en Monastegizar. Además explotó un filón de hematites con bastante caliza, calcinados en horno para su enriquecimiento en las proximidades de la estación de Ormaiztegui. El ferrocarril se puso en marcha en 1901 con dos locomotoras que podían transportar 300 toneladas diarias (nuestro número de la suerte).

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Pues eso, que en este caso habrá que esperar mucho verde y mucho árbol. Mucho tronco y muchas hojas. Muchas ganas de volver a desandar los pasos una y otra vez cuando termines, porque el trayecto lo merece. ¡Ya nos contarás!

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