El récord de Marieta, la única ave marina endémica de España
Pardela balear (Puffinus mauretanicus) ·
El seguimiento de un ejemplar de pardela balear ha desvelado algunos datos curiosos sobre esta especie en peligroSecciones
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Pardela balear (Puffinus mauretanicus) ·
El seguimiento de un ejemplar de pardela balear ha desvelado algunos datos curiosos sobre esta especie en peligroEn los últimos 60 años la población de aves marinas ha caído en un 70%, según los datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife). Entre las que corren un mayor peligro está la pardela balear, el único pájaro marino endémico en España. Pese ... a su peculiaridad hasta ahora no se sabía demasiado sobre ellas. Sin embargo, un proyecto de SEO ha desvelado algunos detalles que llaman la atención.
Longitud 34-38 cm
Envergadura 83-93 cm
Amenazas Depredación por gatos y ratas, pesca...
El pasado mes de mayo los expertos del colectivo capturaron a una ejemplar a la que bautizaron como Marieta. Tras colocarle un GPS, la liberaron. Según los datos enviados por el dispositivo, la emplumada ha batido el récord de profundidad conocido. Si hasta ahora se pensaba que como mucho alcazaban los 20 metros, este ejemplar ha buceado 37,75 metros.
La pardela balear cría en las islas Baleares, pero en sus desplazamientos puede llegar hasta el Atlántico y el Cantábrico, ya sea al golfo de Vizcaya o más al norte, o bien hasta el noroeste de África. En el caso de Marieta, su singladura también deja cifras curiosas. Tras criar a su polluelo en unos acantilados al suroeste de Mallorca, el 2 de julio abandonó definitivamente la colonia para poner rumbo al Atlántico a través de Estrecho de Gibraltar. Tras un descanso en el norte de Portugal, el 9 de julio, llegó a Estaca de Bares y luego dio un gran salto que la llevó a cruzar del tirón el golfo de Vizcaya, alcanzando las costas de la Bretaña francesa, a la altura de Lorient. En cifras, esta pequeña ave recorrió más de 530 kilómetros en poco más de 8 horas y media, a una velocidad de algo más de 62 kilómetros por hora.
Pero no se paró ahí. Marieta siguió hacia el norte hasta llegar a las islas de Jersey y Guernsey. Se trata del destino habitual de esta especie, que allí aprovecha para mudar y alimentarse en unas aguas especialmente ricas. En otoño, seguramente ya sin el GPS con ella -va adherido a su plumaje- la pequeña ave deshará el largo camino y volverá a las islas que le dan nombre. Marieta forma parte de las poco más de 3.000 parejas que quedan de esta especie en el mundo.
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