Siete playas del Atlántico para disfrutar en verano

Sobrecoge, enamora... los sentimientos que provoca la visita a Costa da Morte son difíciles de explicar. Balea, junto con Reira, Area Longa y Pedrosa conforman un conjunto de playas vírgenes que atesoran toda la esencia de este paisaje coruñés, espacio natural protegido LIC (Lugar de Interés Comunitario), incluido en la Red Natura 2000. Aquí no encontrarás ningún servicio, salvo una zona de aparcamiento para pocos vehículos. De arena blanca, pequeñas –ninguna de ellas supera los 300 metros de longitud–, ventosas, de fuerte oleaje y resaca, no son las típicas de un día playero para tumbarse al sol y darse un chapuzón. Por contra, desde ellas se disfruta de unas vistas espectaculares que al atardecer tienen una magia especial; las siluetas del cabo, los islotes y el faro de Vilán de Fóra –gran vigía de Costa da Morte– harán correr tu imaginación hasta llevarte a suponer que de un momento a otro aparecerá un barco pirata. ¡Otra forma de disfrutar de la playa!

Elegimos su acceso por la AC-432 hasta la villa de Camariñas y desvío a la derecha por la carretera de Vilán que lleva directo al faro para continuar hacia el norte y llegar a ellas. El camino, aunque lo realizamos en coche, es más adecuado para caminar o para bicicletas. De hecho es una zona con varias rutas de senderismo: PR-G158 Costa da Morte, RC-2 Ruta del litoral y Sendero Azul Litoral de Camariñas.

En la antigua isla de O Grove, hoy península, podrás disfrutar de una de las mejores playas del Atlántico Europeo. Con más de 2 kilómetros de arena blanca y fina, ventosa, presume de unas aguas cristalinas. Dispone de servicio de socorrismo, aseos, duchas, silla anfibia, alquiler de tumbonas y locales de hostelería.

Si tuviésemos que definir A Lazada y su entorno elegiría tres palabras. Naturaleza: es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), pertenece a la Red Natura 2000 y forma parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove. Deporte: sin duda es ideal para los deportes acuáticos, sobre todo para los amantes del surf. Patrimonio: en el sur de la playa se encuentra la Capilla de A Lanzada –su virgen se encuentra estrechamente ligada a rituales relacionados con la fecundidad–, una necrópolis que data del siglo IV antes de Cristo y restos de una villa romana. En el caso de que dispongas de tiempo, sube al mirador del monte de A Sirella, el istmo de O Grove y el arenal se extenderán a tus pies.

Como si de un enorme castillo de arena se tratara, la capilla do Senhor da Pedra se levanta sobre una piedra que se adentra en el agua. Las olas abaten el templo con mayor o menor bravura según el estado de la mar. Esta es la fotografía que todo aquel que visite al playa de Miramar se llevará en su cámara. Y no es para menos porque se trata de una de las imágenes más hermosas de Portugal. Estamos a solo 15 minutos en coche desde Oporto, cerca de uno de los campos de golf más antiguos del país.

Tendrás unos tres kilómetros para pasear, aunque esta longitud es orientativa puesto que los límites del arenal se diluyen con los de las playas aledañas. Las rocas salpican la playa y las dunas de la parte sur la protegen de la proximidad de la carretera. Dispone de seguridad y vigilancia, duchas, alquiler de sombrillas, bar y restaurante. Además, en Vila Nova de Gaia, municipio al que pertenece, se encuentra el Parque Biológico de Gaia con actividades didácticas relacionadas con la conservación de la naturaleza.

La imagen no engaña. Galapinhos nos hace pensar que hemos viajado al Caribe. Sus aguas azules, la vegetación del Parque Natural de Arrábida que parece alcanzar su arena dorada... han hecho que figure en varias ocasiones entre las mejores playas de Portugal, incluso de Europa. Ese aspecto casi virgen nos invita a bucear y a practicar actividades como la pesca submarina. A tan solo 50 kilómetros de Lisboa, en Setúbal, su acceso dificultoso y escarpado podría haberla preservado de la masificación.

Sin embargo, hemos de ser sinceros, su fama cada vez atrae a mayor número de visitantes. Por este motivo el ayuntamiento de Setúbal, en los meses de mayor afluencia de turistas, prohibe acercarse en coche, la única opción es tomar el autobús. Además, hay que tener en cuenta que se encuentra entre otras pequeñas y codiciadas playas, por lo que el tráfico en época estival se complica. Con poco más de medio kilómetro de extensión, si la vistas evitando los fines de semana, resulta una playa bastante más tranquila. Pero, por supuesto, su ubicación, su aspecto salvaje, tienen un precio. No hay baños, ni duchas... aunque en temporada alta suele abrir un bar que sirve bebidas y bocadillos. Esperemos que su fama no 'mate' su encanto.

Praia da Dona Ana, Beliche, Albandeira, Carvoeiro... El Algarve, la región más al sur del Portugal, daría sin duda para un artículo dedicado exclusivamente a sus hermosas playas... y no sería suficiente. Grandiosas o de pequeñas dimensiones. Entre acantilados como esta cuyo nombre podemos traducir 'Tres hermanos', denominación que se debe a tres grandes piedras que sobresalen del agua y que, claro, tienen su propia leyenda, la de tres hermanos pescadores que quedaron petrificados en una noche de tormenta.

Situada en Prainha, Portimão los vaivenes del mar la convierten en una o varias calas y las paredes de rocas la protegen del viento. Pozas, arcos de piedra y alguna que otra cueva cautivarán a los más pequeños de la casa y a los que ya no lo son tanto. Su acceso, tú eliges, a través de las escaleras o ¡un ascensor dentro de la roca! que te llevará al restaurante Caniço, uno de los lugares más típicos y especiales del Algarve –aunque no es barato–. Seguridad y vigilancia, duchas, alquiler de sombrillas y de embarcaciones ligeras completan sus servicios.

Hace siglos los piratas amenazaban las costas de Huelva. Felipe II ordenó la construcción de numerosos baluartes para su defensa. He aquí el origen de la estampa más característica de esta playa, la zapata de cimentación de la Torre de La Higuera, más conocida como el tapón de Matalascañas. Situada en el municipio de Almonte, cerquita del Parque Natural de Doñana, sus 5 kilómetros los recorre casi totalmente un paseo marítimo con más de 70 accesos al arenal.

Familiar –algo tendrá que ver su escaso oleaje– durante el día se convierte al atardecer en una playa con mucho ambiente de la mano de chiringuitos de copas y en directo. Playa para todos los públicos –solo hay que saber elegir la hora– y bien surtida de oferta hostelera así como de servicios entre los que se incluye el de socorristas, duchas, aseos públicos, área infantil, alquiler de hamacas y sombrillas, además de ser accesible y con servicios para discapacitados.

Que el hecho de estar catalogada como playa urbana no te confunda; esta gaditana ha sido seleccionada en numerosas ocasiones como la mejor playa de España. Sus 8 kilómetros de arena dorada y fina se extienden a lo largo de la costa de Chiclana desde los límites de Conil –zona más accidentada y tranquila– hasta los acantilados de Sancti Petri, al norte, cuyo castillo nos regala una hermosa silueta al atardecer. El oleaje aquí no es excesivamente fuerte para encontrarnos en el Atlántico y ¿el viento? Ay, el viento de levante. Por suerte, sus dunas con vegetación son una buena solución para esos días ventosos. Si eres de esos a los que les gusta madrugar, también tienes la opción de refugiarte en Cala Encendida, situada al sur.

Chiringuitos de verano, restaurantes (hasta con estrellas Michelin: Aponiente y Cataria), zona de juegos, vestuarios, duchas, tumbonas y, por supuesto, varias torres de socorristas para velar por nuestra seguridad aparecen en el listado de servicios que también incluye el acceso para discapacitados y personal y equipos adaptados para el baño. Si te apetece practicar alguna actividad deportiva en su web puedes realizar tu reserva.