Cinco playas para desconectar en Canarias y Baleares

Canarias y Baleares son dos de los puntos turísticos más atractivos para los españoles y extranjeros. A pesar del coronavirus y las restricciones vigentes para todo tipo de viajeros -ambos Gobiernos exigen el pasaporte Covid-, miles de turistas ya han reservado sus alojamientos en las islas para disfrutar de sus magníficas playas. Estos son algunos de los mejores arenales de Canarias y Baleares:

Canarias tiene infinidad de playas y calas aunque la del Inglés es una de las más famosas. Además de la de Maspalomas en Gran Canaria, La Gomera cuenta con otro arenal del mismo nombre y para muchos el mejor de la isla. Se encuentra en el municipio de Valle Gran Rey.

El aspecto de la playa es muy llamativo. Al igual que sucede con otras playas del archipiélago, la arena es de color negra por su origen valcánico. Su situación, además, es ideal al estar enclavada entre el mar y los acantilados. Eso sí, los bañistas deberán ir con prudencia. Las frías aguas del Atlántico, el intenso oleaje y la carencia de puestos de socorrismo obligan a guardar prudencia en el baño.

El Arenal de Tenerife es una de las playas más desconocidas de la isla. Está ubicada en San Cristóbal de La Laguna, en la zona norte, localidad considerada Patrimonio de la Humanidad. El acceso al arenal es complicado. Se debe sortear un pequeño sendero que parte desde el Hotel Neptuno hasta la propia playa.

No es una playa muy frecuentada por los turistas ni por los propios tinerfeños. Quizás por su falta de servicios, algunos de ellos clave, como la falta de socorrismo. En invierno, su arena negra sirve de base de operaciones a decenas de amantes del surf, que se benefician del aumento de la fuerza del viento coincidiendo con el fin de la estación más cálida. La convivencia entre bañistas y surfistas es muy buena.

Y de Tenerife a la otra gran isla del archipiélago, Gran Canaria. Como hemos dicho anteriormente su playa más famosa es la del Inglés, al sur de la isla en el municipio de Maspalomas. Aunque hay otros arenales que merece la pena destacar y son prácticamente desconocidos para muchos turistas. Uno de ellos es Las Canteras.

Playa urbana de grandes dimensiones debe buena parte de su encanto a la Barra de las Canteras, unos arrecifes que frenan el oleaje del Atlántico y permiten un baño tranquilo, incluso cuando, tras esta barrera, se observa un mar enrabietado. Cuando la marea baja lo suficiente, se puede acceder a la Barra sin problemas.

En Las Canteras hay zonas muy diferenciadas. Si se quiere un ambiente más relajado y familiar, hay que ir a la Playa Chica. En Peña la Vieja y La Cícer, donde la Barra disminuye, se puede ver cómo decenas de surfistas se lanzan en busca de la ola adecuada para «montarla».

El Puertito no es exactamente una playa. En realidad, es un conjunto de pequeñas calas al amparo de un diminuto embarcadero de pescadores que lo hace pintoresco y especial. Al ser un puerto natural protegido por rocas y arrecifes, sus aguas son muy tranquilas.

Su ubicación es perfecta. La Isla de los Lobos cuenta con la denominación de Parque Natural y se debe acceder en barco a sus costas. Los turistas no solo podrán disfrutar de sus arenales sino que además podrán apreciar la flora y fauna de este lugar mágico ubicado al norte de la isla de Fuerteventura.

La playa del Papagayo es la preferida de los residentes de Lanzarote. Siete kilómetros de calas intercaladas entre roquedales y peñascos junto al Parque de Timanfaya, uno de los lugares más preciados de la isla. De Papagayo se puede destacar cualquier cosa pero lo que le convierte en una playa tan especial son sus aguas... limpias y espaciosas.

Si se quiere andar un poco, es importante aprovechar la marea baja para poder ir de una zona a otra sin demasiadas dificultades. Puerto Muelas, ya pasada la Punta del Papagayo, cuenta con zona nudista y camping. Los amantes del trekking lo pueden usar como base para las rutas de senderismo en el Monumento Natural de los Ajaches.

Presenta un currículum envidiable. Elegida en 2016 como la mejor playa de Europa y la séptima del mundo según Travellers Choice Playas de TripAdvisor, a la isla de Formentera se puede acceder en ferry desde Mallorca o Ibiza, para poder disfrutar de este auténtico paraíso.

Se encuentra integrada en un ecosistema de dunas y vegetación, típicas de la isla. Ubicada al norte de la isla, la transparencia de sus aguas y el hábitat que le rodea hacen de este lugar uno de los parajes con más encanto de España. Las actividades relacionadas con el mar y la aventura no faltan en esta playa.

Situada al norte de la tranquila Menorca, Cala Pilar se encuentra en un lugar de difícil acceso. De hecho, es necesario dejar el coche y caminar poco más de media hora entre vegetación y pinares para llegar al objetivo. Por medio es posible toparse con tortugas autóctonas de la zona y otro tipo de especies.

Cala Pilar es una cala virgen, nada masificada debido a la dificultad del acceso. Representa la esencia del norte de Menorca, arenas rojizas, vegetación verde y agua azul turquesa. Tres colores que resaltan su belleza. Una vez en la cala se puede practicar snorkel y disfrutar de la fauna marina que allí habita.

Al sur de la isla de Mallorca se puede localizar ligeramente escondido el Caló des Moro. Perteneciente al municipio de Santanyí, se caracteriza por ser un arenal que intercala rocas y arena, con acceso ligeramente escarpado. Lo mejor será dejar el coche en Sa Comuna y caminar unos 300 metros por un sendero que conduce a la playa.

Pese a todo ello, es un lugar bastante concurrido en verano, especialmente en julio y agosto, épocas en las que es necesario llegar temprano para poder disfrutar del entorno. Caló des Moro mezcla arenas blancas y aguas turquesas, se encaja entre dos paredes de piedra pobladas por pinos, un lugar perfecto para el buceo.

Al suroeste de la isla, se trata de una de las calas más espectaculares de Ibiza. Allí se puede disfrutar de uno de los atardeceres más mágicos de las Baleares. Desde la playa se pueden observar los islotes de Vedrá, unas rocas que embellecen aún más el paisaje, que es pura naturaleza.

Se trata de un lugar tranquilo y familiar que en los últimos años ha crecido en visitantes y popularidad. Combina arena y rocas, aunque el verdadero protagonista es el agua, azul turquesa que se vuelve intenso cuando te alejas de la costa. Los días de viento supone una playa muy agradable para surfear. Un lugar absolutamente paradisiaco.

Al contrario que cala Pilar, se encuentra al sur de la isla, allí la naturaleza del entorno se caracteriza por sus arenas blancas y pinares a pie de playa. Para acceder a Macarelleta es necesario dejar el coche en el parking de Macarella y caminar hasta su hermana mayor, cala Macarella. Desde allí, nace un sendero que se eleva por el acantilado rodeando el litoral, en escasos 10 minutos el camino desciende hasta Macarelleta. Las vistas desde el acantilado son espectaculares.

Embarcaciones de pequeño tamaño suelen acercarse a la zona y forman parte del encanto que allí habita. Macarelleta yace entre dos acantilados y se caracteriza por su reducido tamaño. Tanto Macarella como Macarelleta han obtenido mucha fama por su belleza que se ha transformado en la masificación de la zona, sobre todo en verano.

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