Su estructura en forma de embudo recuerda a un ombligo. Adobe Stock
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La planta de la diosa del amor que tiene multitud de beneficios

Ombligo de Venus (Umbilicus rupestris) ·

Tanto con su consumo como con su aplicación, el Ombligo de Venus es antiinflamatorio y antibacteriano, además de rico en hierro, calcio, potasio, Omega-3 y vitamina C

Martes, 30 de abril 2024, 15:51

Seguro que la han visto más de una vez, pero no se han parado a prestarle demasiada atención. Acostumbrada a crecer entre rocas, muros, árboles o cualquier grieta que considere adecuada, el Ombligo de Venus (Umbilicus rupestris) puede que no sea la planta más bella ... de todas y que no honre a la diosa que le da nombre, pero es una de las más útiles.

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Antiguamente formaba parte de nuestra gastronomía, pero con el tiempo su uso fue reduciéndose hasta casi desaparecer de los recetarios. Lo cierto es que la planta de la diosa del amor oculta en su pequeña hoja circular multitud de propiedades. Crujiente y ácida, pero sobre todo rica en Omega-3, vitamina C, hierro, calcio y potasio. Además de los ya mencionados, el Ombligo tiene doce tipos de compuestos orgánicos que actúan sobre el cuerpo humano como antioxidantes.

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  • Localización Países mediterráneos, Reino Unido y Bulgaria.

  • Características Planta suculenta, perenne, de 9-60 cm de altura.

Lejos de creer en la teoría del médico griego Hipócrates que aseguraba que los hombres que comieran estas hojas procrearían hijos varones, sus propiedades van más allá de lo citado. El Umbilicus rupestris es un gran remedio contra afecciones de la piel por ser antiinflamatorio y antibacteriano.

Sus hojas verdes, carnosas y en forma de embudo también pueden machacarse hasta hacer un zumo para facilitar la expulsión de piedras y el funcionamiento óptimo de los órganos renales.

Conocida en el País Vasco como Kulkulubita, puede llegar a resistir grandes periodos de sequía debido a que se caracteriza por cambiar de metabolismo y adaptarse a la situación. Es prácticamente indestructible: se puede encontrar por toda España, desde las zonas más rurales hasta las ciudades más contaminadas; pero siempre en zonas húmedas y sombrías.

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Durante la primavera y el verano, el Ombligo de Venus se corona con flores en forma de pequeñas campanillas de color verde claro que con el tiempo pasan a tener tonalidades rosas o púrpuras. Si durante un paseo las reconocen, no duden -tras limpiarlas- en añadirlas a una ensalada o condimentar otros platos con ellas.

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