Aventuras en ríos, escalada, puenting y pelotazos de pintura

«Emoción pura de la que no te olvidarás fácilmente», con estas palabras defienden desde Inguru Abentura este salto al vacío, o más concretamente hacia el mar. El puente de Atxazpi espera a unos tres kilómetros de Ondarroa, se alza a una altura de 40 metros y facilita un brinco espectacular de 20. En un precioso entorno, sobre rocas que sentirás en algún momento demasiado cerca, efecto de los nervios, si los tienes. Con péndulo posterior sobre el acantilado y el mar Cantábrico a los pies, ahí es nada. «La experiencia alterará todas las células», afirman los organizadores. El ritmo cardíaco fijo… a eso has ido, no te quejes.

La seguridad está garantizada; de hecho «es una actividad en la que se duplican las medidas, todos los parámetros están muy estudiados», comentan. Para ello, se coloca doble cuerda por precaución, doble sistema de frenado, casco, arnés, mosquetones... De esa guisa te mecerás en este columpio gigante, sin impacto significativo para el cuerpo ya que en el aire las cuerdas se tensan de manera progresiva por lo que la primera sensación de pánico se transforma en puro placer. «No exige una forma física excepcional ni tampoco valentía extrema, se trata de desconectar la mente, confiar en uno mismo y lanzarse a la nada en busca de la emoción más fuerte que puedas imaginar». Eso prometen.

Información 2-3 horas. 45 €. 635748948. www.inguruabentura.com

Abrió hace unos meses y se ha convertido en la segunda vía ferrata de Álava y de Euskadi. Harri Gorri (es su nombre) se encuentra en Añana, en lo alto del desfiladero de Sobrón. Dispones de tres horas para superar medio kilómetro unido con el arnés a un cable de acero, usando los anclajes metálicos en la roca para avanzar. A lo largo de un itinerario vertical y horizontal equipado con material que facilita alcanzar con seguridad zonas de difícil acceso para personas no habituadas a la escalada.

Una advertencia: la cosa no es para noveles. La vía recién estrenada se encuentra a unos 100 metros al oeste de otra, la de La Cresta de Sobrón. Llegarás caminando desde el parking del Centro de Aventura de Sobrón, situado a unos 15 minutos. Los primeros 200 metros se desarrollan sobre una pared vertical con desplomes, pasos largos y complicados, tres puentes de cables –dos de 45 metros y uno de 8– y la sensación de emprender el vuelo entre peñas con el Ebro debajo, a una altura mínima de 1,60 metros, más un largo descenso vertical de 100 metros.

«Requiere bastante exigencia psicológica», advierten quienes la han montado. Por ellos, si ya en faena prefieres salirte del recorrido cuenta con dos escapes antes de cada pasarela. La vía cuenta con la calificación K5, lo que significa que la dificultad técnica es alta, para personas con experiencia.

Información 2,50 € o gratis, dependiendo de fechas. 945359016/686983861. www.aventurasobron.com

El escenario es, como mínimo, singular. No vas a encontrar ninguno así. Dispararás entre aviones, helicópteros, coches de guerra, trincheras, tiendas militares, un poblado del oeste... «Son lugares alucinantes donde descargas mogollón de adrenalina. Vas con un monitor participando en siete escenas distintas en el tercer campo de este paintball más grande del país», comenta Sergio Aramendia. El desarrollo del juego todo el mundo lo tiene más o menos claro: se trata de ganar a otros equipos en una guerra de bolazos de pintura.

«Presentamos distintas partidas, para que haya variedad, eliminación del contrincante, toma de rehenes, búsqueda de objetivos, incluso echamos bombas de humo. En medio del juego hay un descanso para tomar un refresco o una cerveza, porque se alarga unas dos horas y media», aclara. Para descansar un rato y recargar fuerzas. Los monitores vigilan el proceso y proporcionan la equipación adecuada para la aventura.

«El paintball combina actividad al aire libre con descarga de adrenalina, juego en equipo y diversión. Consiste en organizar una batalla entre ejércitos de pega con armas inofensivas, marcadoras que contienen carga de bolas coloridas», cuenta. Bolas que señalan con su tono al contrario cuando apuntas y aciertas, mientras te emocionas y gritas ¡blanco!, ¡te pillé! o algo similar. La experiencia se desarrolla en un antiguo campo de golf con orografía variada y ejercicio asegurado.

Información Desde 30 €. 669963349. www.paintballnavarra.es

Descenderás por un río de aguas bravas sobre un dónut hinchable, impulsándote con un remo de kayak y la fuerza de tus brazos, claro. Cada cual en su rosquilla, «se requiere dinamismo constante de los participantes ya que bajan con libertad de navegación», explican desde Moscaventur. Irás ataviado con traje de neopreno, casco y chaleco salvavidas, todo un primor. «Hemos diseñado descensos muy divertidos y emocionantes en ríos de la Red Natura 2000 y de la Reserva de la Biosfera de La Rioja como el Cidacos, Iregua o Najerilla, donde sorprende la belleza de los paisajes protegidos», añaden.

Pueden acudir familias con niños a partir de ocho años, amigos... Cada cual dispondrá de una travesía adaptada a sus posibilidades, de unas tres horas. No hace falta experiencia, el guía domina el río y ayudará a navegarlo sin problemas gracias a sus instrucciones. «Antes se dan las explicaciones técnicas y de manejo, es muy fácil, basta con tener ganas de pasarlo bien. Es una actividad muy divertida y emocionante, con olas, rápidos, toboganes y emociones fuertes constantes, aunque también haremos paradas para descansar, hacer saltos desde rocas y otras sorpresas», confirman.

Allí te prestarán el buzo de neopreno y el resto del material. Durante el recorrido tomarás un tentempié y, al final, te llevarás a casa un reportaje fotográfico para no olvidar esta jornada tan especial. Tú pones el bañador, calzado sumergible que se sujete bien al pie, ropa térmica interior si eres friolero y toalla para secarte. Más la ropa para cambiarte al terminar, claro.

Información 40 €. moscaventur.com

Aventura entre cañones modelados por el agua durante milenios con saltos, toboganes naturales, cascadas, bóvedas, galerías, badinas, pasillos acuáticos y rapeles. Acompañado de guía, para garantizar tu tranquilidad. Traducido: práctica deportiva que consiste en superar la progresión por esos barrancos, cauces de torrentes o ríos de montaña, a pie o nadando, relacionándote con el entorno, interactuando con el paisaje. Desde nivel bajo con rapel de no más de 10 metros para los no iniciados.

Podrás apuntarte, por ejemplo, a la salida al barranco Calera, que está seco, para superar cinco rapeles que van desde los 5 metros de alto a los 15. «Una actividad ideal para una primera toma de contacto, en la que disfrutar de las sensaciones de este deporte, sin neopreno y con desarrollo de entre 3 y 4 horas», narran los promotores.

Otra opción es el barranco Aján Inferior –este acuático–, en la Vega de Pas. Realizarás varios saltos de entre 2 y 10 metros opcionales, se pueden evitar rapelando o a pie por sendero. «Además haremos un rapel de unos ocho metros y un tobogán de seis», especifican. Como última opción, el barranco de Chorretones, también acuático, recorre el tramo inferior del Pozo Negro en Lanestosa (Bizkaia).

Saldrás de Calera del Prado y, tras 25 minutos a pie por sendero y pradería, hallarás varios rapeles, alguno para saltar, y un tobogán de 5 metros sobre cuatro cascadas de agua que van desde los 2 a los 13 metros.

Información Desde 35 €. 669646231 cantabriaturismoactivo.com