Aprende a hacer tus propios marcapáginas

Lo primero de todo es pensar para quién es el marcapáginas y qué motivo le gustará.

En un folio dibujamos con un lapicero un rectángulo de dos o tres dedos de ancho y poco más de un palmo de alto.

En la parte superior hacemos a lápiz el diseño que hemos elegido.

Lo perfilamos con el rotulador o con las pinturillas.

Borramos las marcas de lapicero. Lo hacemos antes de colorear porque si estamos utilizando rotuladores el papel se puede levantar y estropeará nuestro trabajo.

Pintamos el diseño, incluido el rectángulo al que le podemos hacer puntos, rallas, ondas... de distintos colores, incluso algo más elaborado (como el ejemplo de nuestro jugador del Athletic de la imagen que abre el artículo).

Y ya es el momento de coger las tijeras. Con mucho cuidado recortamos el diseño superior del marcapaginas pero ¡ojo! no el rectangulo. Hay que dejar papel a ambos lados, como muestra la siguiente imagen.

Así podremos doblarlo para que el marcapáginas tenga más consistencia.

Pegamos los dobleces para eviatr se levanten.

Y esperamos a que seque el pegamento.

Ya solo queda buscar el libro que estamos leyendo y la página en la que nos quedamos para marcarla con nuestro diseño.