El hogar de los dinosaurios

Si eres, precisamente, de los que niegan la evidencia hasta comprobarla con los propios ojos, parece lógico que vayas antes hasta el yacimiento de Virgen del Campo. Allí hallarás marcas fosilizadas de un terremoto y rastros de un dinosaurio carnívoro que acecha a un herbívoro. En Valdecedillo se encuentran también las huellas de una familia de dinosaurios, además de reproducciones a tamaño natural de esos animales ya extintos salvo en la pantalla, para hacerse una idea de su imponente envergadura.

Tras la ruta opcional, ya dentro del parque de paleoaventura, aguardan la mascota oficial, Dino, acompañada del dinosaurio bebé Pequedino. Ambos saludan ansiosos. Quieren enseñar las maravillas de su hogar a los visitantes que han de retroceder varios millones de años en este viaje por el recinto y por el tiempo. Disfrutan también con otra buena idea: refrescar el verano a la familia gracias a las actividades acuáticas y a las piscinas de la Playa Cretácica.

¿Qué hacer allí? Nadar, buscar pistas submarinas, dejarse empapar por cascadas, géiseres y pozas... Lo que viene siendo pegarse varios chapuzones. Y reservar algún momento para la zona seca donde escalar el rocódromo, escuchar el eco de los saurios, jugar al rompecabezas del paleontólogo, observar el esqueleto de un iguanodon e inscribir tu propia huella. Seguro que corres ya emocionado hacia allí pero recomendamos que, antes de acceder al complejo, visites el Museo Cretácico para aprender más sobre la labor que espera. Dentro, una exposición permanente muestra el mundo de La Rioja en esa época. Descubrirás el modo de vida, alimentación, reproducción y cómo se extinguieron los dinosaurios. En el Laboratorio del tiempo programan talleres de paleontología para niños y emplean juegos interactivos digitales sobre la Reserva de la Biosfera, donde se ubica el parque.

Después, es hora de convertirse en paleontólogo en el Circuito Paleontológico. Verás lo divertido que resulta buscar fósiles en una excavación abierta, restos de dinosaurios que habitaron ese lugar. Tu misión: encontrar, identificar y clasificar esos hallazgos con la ayuda de los últimos adelantos tecnológicos. Seguro que triunfas. Pero atento, que el reto aún no terminado. Como buenos exploradores, los niños de la casa han de demostrar sus dotes y valentía en el circuito multiaventura situado sobre la Colina encantada. Puentes tibetanos y de equilibrio, un gran tobogán, pasarelas, redes y obstáculos hacen las delicias de los más intrépidos. Si te parece emoción insuficiente, una tirolina permite al público ampliar la experiencia hasta la zona más elevada del parque.

Queda aún pasar por la Plaza los saurios, anfiteatro del parque que acoge sesiones para toda la familia. De teatro, cuentacuentos, lecturas dramatizadas o teatralizadas, títeres, mitos y leyendas… con los que sacar la sonrisa a menores y adultos. Y para los más peques de la casa ofrecen la zona denominada Pequeños exploradores, hasta tres años. ¡Feliz aventura prehistórica!