Un pescador en el humedal en declive que pudo ser otro Urdaibai
Garceta común (Vega de Astrabudua) ·
Este ave que se alimenta de peces, insectos y anfibios resiste en la zona palustre más industrializada de la margen derecha, un estuario perdido entre los arroyos de Erandio y la ría
Lo que más llama la atención de las garcetas que frecuentan la vega de Astrabudua es cómo pueden sobrevivir viendo el estado de su hábitat. Es el vestigio de lo que pudo ser un gran humedal de agua dulce alimentado por arroyos de camino hacia ... la ría, pero ahogado por el desarrollo sin control de las últimas décadas: industrias en la margen derecha, ahora muchas en desuso y ruina; expansión urbana, carreteras y centros comerciales. De hecho, la entrada oficial al humedal está en la trasera de las grandes superficies que se apiñan en Leioa, a la vera de La Avanzada -más de 100.000 vehículos al día-. No es muy ecológico que se diga, a pesar de que el Gobierno vasco lo tiene catalogado desde 2004 como «raro» por su cercanía a la costa y su importante extensión de carrizal. Al lado de Mercadona, Eroski y Lidl sobreviven entre otros el galápago leproso, la anguila, el ruiseñor, el zampullín chico y la garceta común, que se alimenta de pequeños anfibios, insectos acuáticos y peces. Porque los hay, según el último censo elaborado por la Agencia Vasca del Agua URA, y alguno de ellos de especial interés como el pez espinoso, cuyas poblaciones son «vulnerables» en Euskadi. En los años noventa, los hermanos Zuberogoitia, vecinos y reconocidos naturalistas, llegaron a detectar la presencia del visón europeo. Dos especies estas últimas capaces de condicionar e, incluso, frenar hoy en día el desarrollo de importantes infraestructuras y proyectos en Bizkaia.
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Pájaros y flores
Garceta común
Egretta garzetta
Especie
Pelecaniforme
Silueta
Garza blanca, esbelta y grácil
La vega tiene un paseo de madera elevado para cruzar el humedal entre Astrabudua (Erandio) y los supermercados. Es el único avance visible para dar lustre al humedal, porque lo que proliferan aquí son las huertas, construcciones de dudosa legalidad y basuras varias esparcidas en su prolongación hacia la ría, punto de conexión con la vega de Lamiako. Otro espacio de gran valor pendiente de recuperación, según el acuerdo unánime al que llegaron las Juntas Generales en 2019, y por cuyas entrañas pasará el futuro subfluvial -al no haber roca, se inyectará hormigón para crear la galería, avisa la Diputación-. Por encima de todo, una garceta sobrevuela lo que queda de lo que pudo ser otro Urdaibai. Y que aún podría serlo.
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