
A pedales por los dominios de la diosa Mari
Vuelta al Amboto (Duranguesado) ·
Un recorrido clásico y no exento de dureza por las faldas de uno de los montes más queridos por los vizcaínosSecciones
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Vuelta al Amboto (Duranguesado) ·
Un recorrido clásico y no exento de dureza por las faldas de uno de los montes más queridos por los vizcaínosPaisajes y naturaleza. Son los dos principales ingredientes de la ruta de hoy, que discurre por el Parque Natural de Urkiola. El recorrido es largo ( ... 32 kilómetros) y duro, ya que salvaremos un desnivel positivo de 1.200 metros, pero resulta una delicia para el ciclista que ama los espacios amplios, los bosques de película y las vistas a montañas de relumbrón. Porque la vuelta al Anboto permite observar de cerca los dominios de la diosa Mari.
Hay múltiples posibilidades para elegir el punto de inicio de la ruta. Quizás lo más acertado sea arrancar desde los alrededores del Santuario de Urkiola, ya que allí hay un buen aparcamiento, fuentes y bares donde avituallarse, tanto en la salida como en la llegada. La visita al mirador de las tres cruces, además, es obligada y es conveniente dedicar un buen rato para observar todos los montes que rodean la zona. De esta forma, si acabamos de salir, evitaremos quedarnos fríos ya que no habremos sudado aún.
Distancia 32 km.
Altitud máxima 1.090 metros.
Desnivel positivo: 1.203 metros
Porque la ruta de hoy requiere un buen esfuerzo. La primera ascensión nos lleva por los alrededores de Urkiolamendi y la fuente Pol Pol. Aquí podremos divisar la enorme mole calcárea del Anboto y el precioso camino que serpentea por sus faldas y que vamos a seguir.
Hacia el kilómetro cinco, el recorrido empieza un descenso. Pasaremos por varios refugios de montaña. Conviene recordar que estamos en mitad de un Parque Natural así que tendremos que ser extremadamente cuidadosos con respetar una serie de normas: no tirar nada al suelo (como hacemos siempre), no molestar a la fauna con la que nos podamos cruzar y dar prioridad a los peatones, porque se trata de una zona bastante frecuentada por senderistas.
Las pistas son casi todas de buen piso y no tendremos demasiados pasos técnicos. Para un ciclista medianamente entrenado es una ruta 100% ciclable. Hay más puntos de interés como la ermita del Santo Cristo o el collado de Larrabil. Si se quieren evitar problemas con la meteorología, la mejor época del año suele ser el final del verano y el inicio del otoño.
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