Pedalear entre cuevas y sendas protegidas

La excursión de hoy será en MTB y parte de Espinosa de los Monteros. Una localidad con buenos servicios, estación de tren cercana y conectada con Bilbao y una historia y una arquitectura que invita a ser conocida. Partiremos hacia Quisicedo. Al norte quedan los picos que forman parte del final de la Cordillera Cantábrica. No lejos se adivinan los valles pasiegos. Es una montaña más alta y agreste (últimamente anda por aquí el oso) que la que vamos a ciclar. Porque nuestra mirada nos lleva al sur, a las colinas que cierran la llanura. Son 7 peñas formadas por un pliegue del relieve muy característico. Van desde Ojo Guareña al Pico Bedón (1.091 metros), situado cerca de El Crucero. Pedaleamos primero por campos de girasoles y después por sendas que se abren camino entre encinas y rebollos de escasa altura. El bosque es bajo, pero de gran riqueza natural. Huele a lavanda y brezo.

La ruta nos lleva a Ojo Guareña a través de caminos de no demasiada pendiente. Pero no hay que confiarse, porque hay tramos de roca kárstica y piedra suelta. La realidad es que no se pedalea mal pero los kilómetros caen despacio. Tras pasar la cueva atravesamos un pequeño riachuelo y nos encaramamos al lado izquierdo del valle. Podremos ver así la hondonada donde se halla la surgencia por la que sale el agua que atraviesa las entrañas del macizo.

Junto a las cuevas tenemos un aparcabicis. Conviene llevar candado si queremos visitar las galerías y la ermita, que conserva bellos y didácticos frescos en su techo natural. La excursión la concluiremos tras subir al cercano pico de El Cuerno. Es un saliente muy próximo (a 1 km de distancia) desde donde se tienen vistas fabulosas. El regreso lo podemos afrontar por carretera, si nos sentimos cansados.