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La temporada de otoño mucho que ofrecer. Se convierten en una de las mejores épocas del año para viajar, ya que todavía no ha llegado el intenso frío del invierno. Un plan perfecto para esta estación, es el de visitar alguno de los imponentes Paradores y disfrutar de su cultura, historia y gastronomía.
Para la que será la escapada perfecta, Euskadi cuenta con dos opciones. El Parador de Hondarribia, situado en un castillo medieval con vistas espectaculares al mar Cantábrico, y el Parador de Argómaniz. Este último, un palacio renacentista, en plena llanura alavesa y con vistas a la Sierra de Gorbea, ofrece una experiencia de lujo a un precio muy accesible. A tan solo una hora de Bilbao, cuenta con tarifas desde 97 euros por noche en noviembre. Es una excelente oportunidad para disfrutar de un entorno histórico y natural privilegiado.
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El edificio, que data de 1712, ocupa el Palacio de los Larrea. El Parador fue también convento de los Carmelitas Descalzos antes de convertirse en palacio, y durante la Guerra de la Independencia se utilizó como cuartel general de las tropas francesas. De hecho, se dice que en él Napoleón planeó el asalto a Vitoria.
Uno de los lugares más especiales es su restaurante Aletegui, situado en el antiguo granero del palacio. Ofrece platos estrella de la gastronomía local entre los que se encuentran el bacalao Club Ranero, el pastel de setas silvestres sobre salsa de hongos, el rabo de toro y el goxua. La carta se completa con los vinos de Rioja Alavesa y quesos de la zona.
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