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Farolín vuelve a pasear su chulería por las calles de Bilbao. El carnaval de su 'Botxo' querido le pertenece, o eso cree. Demostrará su poder del 17 al 21 de febrero, encarnado por la actriz Ylenia Baglietto. Le acompaña Zarambolas, más pausado, no vaya a estresarse... Para pancho él, nada le afecta. El actor, Lander Otaola, ha de demostrar que a este tipo todo le resbala. Ambos acabarán detenidos mañana viernes (18.30 horas, plaza Arriaga), enjuiciados y sometidos a escarnio público (19.15 horas, Plaza Nueva).
En Vitoria la eclosión de sentimentalismo estalla habitualmente en la Quema de la Sardina, el martes. Plañideras, comparsas y público dicen adiós a días de juerga con lágrimas falsas y mucho sonarse la nariz seca, mientras suena la marcha fúnebre. Los Carnavales vitorianos, que arrancaron el día 14 y acaban el 21, ya se celebraban en 1679. Tradición por esta fiesta no falta en tierras vascas. Son muchos los municipios que sacan a pasear sus disfraces y unos cuantos quienes conservan personajes a los que echar la culpa de todos los males año tras año. Aún tienes tiempo de conocer algunos.
Ya se escucha el estribillo: «Aratuste zara, Aratuste, mundakarrentzat egun obarik ez» (Carnaval, Carnaval, para los mundakarras no hay un día mejor). Atorrak y Lamiak llevan ensayando días. También los participantes en la tamborrada infantil, dirigida a niños y niñas a partir de 6 años, que rasga el silencio furiosamente el 18 de febrero. Como siempre, los personajes masculinos lucirán de blanco; los femeninos, más amenazantes, de negro. Cuenta una antigua historia que las vestimentas de ellos fueron heredadas de la figura de Anton Erreka, noble local que volvía a casa borracho una noche y, para evitar la riña de la esposa, se disfrazó con una saya. Que al verle, los del pueblo decidieron imitar la ocurrencia y... Por eso los blusones inundan el lugar de mañana, y a ellos añaden funda de almohada de puntillas para la testa y pañuelito rojo. Las lamias son más de tarde, lucen peluca blanca y pañuelo de color también. Y ya la tienen montada.
Cuándo: 19 febrero.
El domingo 19, a partir de las 12.30 horas, los vecinos y visitantes se verán pasear al Hartza. Amarrado a una cadena, no vaya a escaparse, al feroz oso le toca bailar cuando su cuidador toca el pandero. Harto de este asunto, año tras año trata de liberarse de sus ataduras. Otro de los clásicos del lugar es la Zahagi Dantza (Danza del Pellejo). Ya en el siglo XVIII existían referencias sobre el baile que busca ahuyentar los males, mandarlos a paseo bien lejos. Y, nuevamente, el público se congregará alrededor del juego de gansos. Parece que la costumbre llegó desde las Landas en el siglo XVII. Varios jinetes cabalgan para tratar de arrancar la cabeza a estos animales (ya muertos) que esperan colgados de una cuerda.
Cuándo: Del 18 al 20 de febrero
La localidad alavesa recuperó su Carnaval en 1975 tras una larga espera de 44 años. Los vecinos no quieren, ni por asomo, que vuelva a perderse, por eso jalean a Markitos cada vez que reaparece. Solo que al revés, a base de insultos, para mandarlo después a la hoguera. Señorito de ciudad vestido con traje y boina, adornan su cuello con un collar de cáscaras de huevo rojas, verdes y blancas. ¿Lo primero que le sucede?: queda amarrado a un mástil frente al Palacio Lazarraga. Por representar las penas y los males, las muertes de seres queridos, las discusiones e incluso el descenso para el precio de la patata. Después, lo suben a un burro guiado por un mozo de capa y sombrero. Camino al juicio del que, obviamente, siempre sale condenado. Un Predicador repite el eterno veredicto final: morir entre llamas. Mientras los porreros bailan y cantan. Las ovejas, brujas y zanpantzarris se tronchan de risa. El Barrendero muestra la chaqueta hecha jirones. El Cenicero esparce las cenizas del condenado el año anterior. Y la Vieja y el Viejo, fusión de madre y hombretón, lamentan la partida del reo. Son los únicos que lo hacen públicamente.
Cuándo: 19 febrero
Aquí tienen nombre distintivo para todo. Ostegun gizena (Jueves gordo), es el día en el que pregón y txupinazo marcan el comienzo del jolgorio. La jornada más importante, sin embargo, es la que se pone a dieta: Ostiral mehea (Viernes flaco). Ese día celebran el festival de teatro protagonizado por vecinos. El sábado, Zaldunita bezpera, toca (nunca mejor dicho) la tamborrada, adulta e infantil. El Piñata Igandea (Domingo Piñata) todo el mundo se reaparece zapatillas de casa y pijama para pasear por el pueblo como recién levantado de la cama, mientras suenan ritmos de comparsa y charanga. Astelenita (el lunes) y Asteartita (el martes) carrozas y comparsas protagonizan los desfiles. Hasta que, a medianoche, toca enterrar a la sardina. Encanta, a los locales, correr toros embolados en la Plaza de Toros, epicentro de la fiesta, que acoge a miles de personas. El Martes de Carnaval entran allí a las 8.00 de la mañana, madrugadores ellos, en busca del Toro del Aguardiente.
Cuando: 16 a 26 de febrero
En Navarra la fiesta de Carnaval es una de las preferidas. En muchos casos, como en este, uno de los más populares de la provincia, muestra la eterna lucha entre el bien y el mal. Declarada Bien de Interés Cultural, Miel Otxin encarna al malo, un antihéroe, bandido y pendenciero que debe acabar en prisión, penar en su juicio y desaparecer quemado. Es largo, mide tres metros, que pasean amarrados a una cruz. Viste gorro cónico y blusa estampada, y todos le odian. El regordete Ziripot acompaña al reo, embestido por un caballo bravo, Zaldiko, que lo martiriza con sus empujones. Los Arotzak tratan de herrar al equino, por eso acarrean martillos y tenazas. Mientras los Txatxos la emprenden a palazos y escobazos con el público que disfruta la puesta en escena.
Cuándo: 19 al 21 de febrero
Esencial es, en su Carnaval rural declarado Fiesta de Interés Turístico, crear temor, una leve dosis de angustia, aunque todos sepan que es falsa. Momotxorros se denomina a los protagonistas de este encuentro. Portan espaldero de piel Larru, camisa blanca remangada y brazos pintados de sangre. Cara de crin de caballo, pañuelo en la cara. Cesto con cuernos en la cabeza. Sarde en el puño. Collares de campanillas y cencerros, porque de lo que se trata es de encender los nervios. Un festival de mal rollito y bullicio. Salen bramando el martes, amparados por la oscuridad del anochecer. En compañía de brujas y un macho cabrío que caminan hacia el akelarre; de Mascaritas de colcha adamascada repleta de brillos sobre la cabeza. Antaño, los Momotxorrok paseaban libres, cada uno a su aire por el pueblo, hasta llegar a la plaza al toque de oración. Allí aguardaba un alguacil ante el que se descubrían. Ahora se ha añadido una abultada comitiva popular.
Cuándo:19 febrero Carnaval Txikito, 21 febrero Carnaval rural, 25 febrero Carnaval de Piñata
Azuzar, presionar, perseguir forma parte de estas fiestas. Con varas de avellano. Y máscaras (karatolak). Pesaditos se ponen los Mamuxarroak, fustigadores obsesionados con que todos los presentes emprendan la carrera para evitar encontrarse con su decidido ataque. Surgen de la nada el domingo por la tarde, con su pañuelo en la cabeza y sus cintas de colores. Pantalón y camiseta blancos. Cinturón o faja con cascabeles. En compañía de los Muttuak, extravagantes personajes vestidos de mujer que, como son mudos, no llevan campanillas. Nadie sabe a ciencia cierta de dónde ni cuándo surge este acoso ritual; algunos creen que proviene de ritos ancestrales para atraer la fecundidad primaveral. Eso sí, formaba parte de antigua la costumbre que, al ser capturadas, las muchachas acabaran de rodillas; esperaran la señal de la cruz en la frente, y quedaran libres al besar la rodilla del captor.
Cuándo:19 febrero
Aquí los mamporros los pegan con vejigas infladas los Zako Zar. Salen de noche, con la cara cubierta por un pañuelo blanco y vestidos con sacos rellenos de hierba seca que varias vecinas voluntarias han cosido días antes. No van solos. Las Mairuak, mujeres vestidas con cintas, y los Goitarrak, hombres y mujeres vestidos de blanco con cascabeles, jersey y txapela, contribuyen al ambiente callejero gracias a sus castañuelas. Hasta la plaza se dirigen todos, lugar en el que los mozos consiguen librarse de los incómodos trajes.
Cuándo: 19 febrero
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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