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San Pantaleón de Losa protagoniza una de las leyendas más conocidas: la del Santo Grial. I. Casillas Muñoz
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El navío que conecta la tierra con el cielo

San Pantaleón de Losa (Burgos) ·

En San Pantaleón de Losa la naturaleza construyó un barco que luego coronaron con una ermita

Viernes, 17 de mayo 2024, 00:35

El río Jerea y sus afluentes fueron construyendo con el paso del tiempo un barco hecho de tierra y rocas. Y más tarde su proa fue coronada con una ermita que pasaría a ser una de las más representativas del arte románico de Burgos. Para ... poder disfrutar de esta composición de lo más curiosa deben acercarse hasta San Pantaleón de Losa, en la comarca de Las Merindades.

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Con sus escasos cuatro habitantes, San Pantaleón llama la atención por su Peña Colorada, a la espalda del pueblo. Lejos de ser un peñasco como muchos otros, el de Losa destaca por su forma de barco encallado, con su base que simula un banco de arena y con la proa inclinada hacia el cielo.

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  • Distancia A 56 kilómetros de Bilbao y a 70,7 de Vitoria. Recorrido a pie Entre 15 y 20 minutos.

Por si la construcción natural fuera poco, entre finales del siglo XII y comienzos del XIII, los burgaleses erigieron en la punta de la Colorada una ermita dedicada a San Pantaleón. Siendo una edificación románica en origen, tras una ampliación tres siglos después pasó a ser también de estilo gótico. Los constructores tuvieron que superar el gran desnivel de la montaña. Prueba de ello es la diferencia de ocho metros entre la parte trasera de la ermita -dos metros- y la delantera -diez metros-.

Se dice que el sepulcro románico debió guardar las veneradas reliquias de San Pantaleón; pero quizá la leyenda más llamativa es la que vincula esta ermita al Santo Grial. La historia sitúa este valioso cáliz en Mont-Salvat, cuyo nombre llevó a los estudiosos a creer que se trataba de Sierra Salvada, al frente del pueblo del Valle de Losa y colindante con Bizkaia y Álava. Pero no es la única coincidencia. Detrás de San Pantaleón se ubica Criales, pueblo cuyo nombre viene de 'grial'. Además del supuesto paso de los Templarios por la zona.

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Leyendas aparte, los elementos que más llaman la atención de la ermita de San Pantaleón son las figuras que la componen. Nada más llegar a sus puertas, un atlante da la bienvenida a los visitantes. Una de las columnas de la portada fue sustituida por la figura de un gigante con aspecto babilónico que bien podría ser Sansón. El pilar que le acompaña a la derecha, sin embargo, bien podría ser un rayo o una serpiente.

Unas vistas impresionantes

Algunas de las figuras de la fachada de la edificación se desconoce qué son, pero otras son reconocibles. Una loba sobre una persona amamantando a otro animal; una mujer sujetando a un león; cabezas y pies humanos; y monstruos junto a hombres con caras de terror.

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Llegar hasta este insólito lugar no tiene pérdida. Disfrutando del imponente paisaje de la zona desde la carretera, el navío burgalés aparece por sorpresa y su presencia no pasa desapercibida.

Tras aparcar el vehículo en el parking, prepárense para subir a bordo. El sendero está señalizado desde el aparcamiento. Es un ascenso sin gran complicación, aunque hay puntos en los que la cuesta se las trae.

Durante la primera parte del recorrido podrán disfrutar del pueblo que se sitúa a la sombra de la peña. Junto a las pocas casas de la zona, destaca la pequeña iglesia de Nuestra Señora de las Nieves que, construida en 1820, hizo que la ermita perdiera su función parroquial al sustituirla.

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El itinerario también se puede hacer en coche, pero es más bonito ir a pie y poder admirar el paisaje durante la subida. Lo primero que verán será un cubo de Rubik gigante que, aunque rompe la estética del lugar, hay a quien le gusta fotografiarse con él. Encontrarán la ermita fácilmente, ya que disfruta de una gran soledad. Para ver uno de los lados de su fachada deberán tener mucho cuidado puesto que está al límite del precipicio. Y si están dotados de la suficiente valentía, pueden acercarse hasta la punta de la peña -con gran precaución- desde donde podrán obtener unas vistas impresionantes del Valle de Losa y del bosque de pinos, robles y encinas que se encuentra a su vera.

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