Por la Navarra medieval
Valdorba (Navarra) ·
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Valdorba (Navarra) ·
Este valle de la Zona Media se encuentra salpicado de iglesias románicas que aúnan elementos religiosos y mitológicosValdorba es un valle de la zona media de Navarra tan bello y tranquilo como desconocido. A veinte minutos de Pamplona, junto a la transitada autopista y la nacional que unen la capital con Tafalla, se esconde este singular paraje que guarda tesoros insospechados. Una ... de las puertas de entrada al valle -la más septentrional- está protegida por Peña Unzué, desde donde tras una ascensión de una hora disponemos de unas inmejorables vistas de este mosaico de variedad paisajística en el que confluyen las comarcas prepirenaicas y las tierras secas de la Zona Media. En Unzué parte uno de los varios senderos micológicos señalizados que transitan entre bosques, arroyos, bordas y campos de cultivo. La trufa es una de las grandes protagonistas del valle. En este entorno rural las condiciones climatológicas y geográficas de la comarca favorecieron y favorecen el cultivo del cereal y la vid. Hasta mediados del siglo XX era también muy habitual ver olivos. La producción de aceite se remonta varios siglos como lo atestigua el trujal labrado en piedra de Solchaga, en Olóriz.
Todas las iglesias del valle tienen algo de misterio que atrapa nuestro interés. En Etxano nos sorprenderá su portada. Orientada al norte, en lugar de al sur o al este, cuenta con una decoración totalmente profana que ha tenido múltiples interpretaciones, siendo la de que se trata de un fastuoso banquete la que tiene más adeptos. Pero sin lugar a dudas rompe con la tradición iconográfica de las portadas románicas. Y no nos podemos olvidar de dos de sus capiteles historiados del interior, que aún no se han podido descifrar.
Distancia A 2 horas de Bilbao y a 1.20 de Vitoria
Información www.valdorba.org/
Sin salir de Olóriz, cerca del concejo de Solchaga se levanta la que probablemente sea la iglesia más antigua de Valdorba. Dedicada a Santa María, está situada en el caserío de Eristain, heredero de una villa romana, como lo atestigua una lápida reutilizada en sus cimientos. En el interior, los murales góticos del ábside atraparán nuestra atención: Pantocrator, Crucifixión, Resurrección de los muertos, Gloria e Infierno -con la única palabra legible de todas las pinturas: Lucifer-. Pero quien las preside es una enigmática cabeza en la que algunos han visto a Basajaun, Jesucristo o incluso al dios Baco.
Mitología, cultos paganos... El románico intentó fundirlos con el cristianismo como sucede en la iglesia del Santo Cristo de Katalain, próxima a Garinoain. El sol entra por las ventanas de su cabecera al amanecer, mientras que las tres ventanas opuestas recogen las luces del atardecer. Si nos fijamos bien veremos pintada en la ventana central del ábside una mano que ofrece el sol a los fieles. Continuamos nuestro camino y nos hemos cruzado solo con dos coches y un ciclista que pedaleaba con toda tranquilidad. Haremos una parada en Orisoain, para visitar su Ecomuseo y la iglesia de San Martín de Tours. Edificada en el siglo XII, guardó durante siglos un secreto: su cripta, una de las cuatro que existen en Navarra. Algo similar a lo que sintieron los vecinos cuando la descubrieron en 1965 vivirás en el momento en que abran la trampilla a los pies del altar para descender a través de una estrecha escalera de piedra. De pequeñas dimensiones, los capiteles de sus columnas están decorados con conchas, aves, serpientes... Su única ventana está orientada hacia el este y cada primavera y otoño la luz rompe durante unos breves minutos su oscuridad, envolviéndola con un aspecto más mágico aún si cabe. Un altar ubicado con posterioridad oculta hoy el haz de luz, que al parecer, marcaba un hueco en la pared. ¿Se guardarían reliquias en él? ¿Se mantendría aún algún culto solar?
Es momento de dirigirnos a lo más profundo de Valdorba. Iratxeta nos traslada a la Edad Media, cuando desde los altos se vigilaba el valle; esas tierras en las que se cultivaba trigo, maíz, patatas, legumbres y verduras, que seguramente se almacenaron en su hórreo de piedra. Esta obra de arquitectura civil medieval, junto a la iglesia de San Esteban en la plaza del pueblo, está perfectamente conservada.
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