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Las vistas a la ría y los nuevos edificios destacan durante el paseo por Monte Banderas. SERGIO MARCOS
Monte Banderas, el monte más desconocido

Monte Banderas, el monte más desconocido

La ascensión a Elorriaga (su nombre oficial) es un agradable paseo entre huertas y árboles hasta la cima, donde las vistas son espectaculares

Viernes, 26 de febrero 2021

Resulta que su nombre oficial es Elorriaga, pero desde abajo lo normal es llamarlo Banderas o 'ese de las antenas que está tan bien situado sobre San Ignacio'. «Tiene que haber unas vistas estupendas desde ahí arriba» es otra frase que le viene muy bien a este montecito que de altura pasa poco de los 200 metros, pero que es verdad que tiene vistas estupendas. Porque desde el Banderas, en los días buenos, se ve perfectamente la costa y cómo la Ría se dirige hasta ella, con el acantilado de la Galea ahí a la derecha; y porque durante buena parte del camino, no solo al final, se tienen unas panorámicas muy bonitas de Bilbao.

Así que aunque para los de Bilbao la subida (casi) obligada es al Pagasarri y a Artxanda, se viva en la zona en la que se viva de la ciudad, el Banderas merece su visita. Y encima sin subirse en el coche ni un ratito, que es algo muy común cuando se va al primero de los montes citados.

El recorrido puede empezar desde cualquier punto de la Villa para ir atravesando las calles tranquilamente, reconsiderando algunas de las fachadas que se van encontrando, o los puentes, y los contrastes entre los edificios viejos y los novísimos, y luego prácticamente de repente, zas, se aparece en la parte trasera de la ciudad y se llega al bosque.

Ruinas de una fortificación. ELENA SIERRA

Esto pasa si se comienza a subir por la calle Ugasko, en Deusto. Por la izquierda, hasta que va a dar al Camino de Ugasko. Al principio están los arcenes llenos de coches aparcados, pero desaparecen cuando la cuesta se empina. Entonces lo único que hay son árboles bien altos a ambos lados y una sensación de haber salido de la ciudad como por arte de magia, en tres minutos.

Huertas de Arangoiti

En algún momento antes de llegar arriba del todo de esta cuesta asfaltada, se abre un caminillo a la izquierda que se interna en el arbolado y, al coger ese, vamos a dar una vuelta hasta la zona de las huertas de Arangoiti rodeados de verde. Por caminitos de este tipo, por unos o por otros, va la ruta acercándose a este barrio alto por la parte de atrás.

Y por el camino, cuando los claros lo permiten, va apareciendo abajo la ciudad; de nuevo, si el día está despejado, se ven al fondo los montes que la cierran por el otro lado, y más allá otra cadenita montañosa, y más allá otra.

Después de pasar las huertas, se llega hasta el aparcamiento de la parte trasera del barrio y de allí al parque en el que los caminos se transforman en escaleras. En unos cuantos peldaños los edificios quedan más abajo y las vistas vuelven a transformarse. Cada foto es una pieza del puzle que acompaña a la Ría en su travesía por la ciudad.

Y a partir de aquí, se recupera la carretera, pasando por el Hotel Artetxe y poniendo dirección al campo de tiro. Ya apenas quedan cinco minutitos al Banderas, es un paseo llano al que aun le queda alguna casa bonita (y bien situada) por ver. Y las vistas panorámicas siempre.

En ascensor

El paseo, para el que basta con algo de ánimo y unas deportivas, puede alargarse hasta el monte San Bernabé si se baja del Banderas como si se pusiera rumbo al mar. El camino va por la ladera, entre hierba crecida –si ha llovido hay que tener cuidado porque no será difícil echar a rodar–, baja hasta la carretera Enekuri-Artxanda. Se cruza, se recupera camino y listo. Hubo allí una fortificación carlista en su día, como en Arraiz y en Arnotegi, entre otros. La bajada se hace entonces por Enekuri. Otra opción es volver a Arangoiti y darse una vuelta por el barrio hasta el ascensor que baja al parque de Deusto; esta es una buena opción de subida si se cree que se va justo de tiempo o no se quiere hacer esfuerzo. En cualquier caso, las vistas están aseguradas todo el tiempo.

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