El monte de los atajos y los senderos por descubrir
Monte Serantes (Bizkaia) ·
Sencilla subida desde el barrio de Mamariga que permite disfrutar de unas vistas privilegiadas de la cuenca minera, el estuario del Nervión y el CantábricoSecciones
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Monte Serantes (Bizkaia) ·
Sencilla subida desde el barrio de Mamariga que permite disfrutar de unas vistas privilegiadas de la cuenca minera, el estuario del Nervión y el CantábricoEl monte Serantes es conocido en toda Bizkaia por la romería de Cornites. Todos los años cientos de personas se arremolinan el Lunes de Pascua en los muchos caminos que llevan a su famoso fuerte o al torreón de la cima para disfrutar del panecillo ... con chorizo o huevo o con los dos ingredientes. Pero el Serantes es mucho más que una montaña para subir una vez al año. Se puede andar, se puede correr, se puede practicar 'nordic walking', se puede andar en bici, se puede aprender historia…
Porque el Serantes es uno de esos montes 'bonitos'. Bonito por esa afilada silueta de su cima y su 'espalda' que se prolonga hacia Zierbena. Siempre está ahí, como referencia ineludible desde sus humildes 451 metros. Porque la belleza de un monte no tiene que ver con su tamaño. Su acceso, además, es bien sencillo. La ruta más asequible parte desde el barrio de Mamariga. Allí, dejamos a la derecha la carretera que va al barrio San Juan y tomamos el amplio camino de hormigón que se desgaja a la izquierda. Este serpentea por su ladera este en una suave sucesión de curvas que permite llegar hasta la cumbre disfrutando en todo momento de las vistas del Cantábrico y de la Margen Derecha.
Pero sus secretos no se encuentran en este camino. Para dar con ellos hay que introducirse en sus atajos y sendas secundarias. Es más que recomendable seguir algunas de esas veredas que se apartan de la carretera para seguir la ascensión campo a través. Prueben con los que salen de algunas de las curvas del camino de hormigón. Mi favorita recorre cerca de la cima toda la ladera este bajo un frondoso manto de árboles. Es un sube y baja en penumbra que en otoño adquiere una belleza mágica con el juego de luces y sombras, las hojas caídas…
Y como premio está la cumbre, desde donde se puede ver todo el Abra y el Gran Bilbao. Y al fondo, un inmejorable panorama de los montes vizcaínos, desde el Jata a Sollube a la izquierda; el Udalaitz y Mugarra de frente; hasta el Anboto y el Gorbea a la derecha. Un último consejo: contemplar esta panorámica al amanecer o al anochecer. No se arrepentirán.
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