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Las montañas rojas que tumbaron los romanos
Las Médulas (León) ·
Los destrozos provocados hace veinte siglos en la mayor mina de oro del Imperio han dejado un paisaje impresionanteSecciones
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Las Médulas (León) ·
Los destrozos provocados hace veinte siglos en la mayor mina de oro del Imperio han dejado un paisaje impresionanteA los romanos se les pusieron los ojos para atrás cuando vieron que los astures aquellos, rudos y zarrapastrosos, estaban adornados con brillantes joyas de oro. A los romanos les gustaba mucho el oro. Y al ver los tesoros imponentes que portaban los aborígenes, equilicuá, ... dedujeron que en la zona habría yacimientos potentes. El encuentro se produjo hace más de veinte siglos en lo que hoy es El Bierzo, y allí empezaron los invasores (más bien sus esclavos) con los trabajos de minería. Lo hicieron mediante un sistema de nombre muy gráfico, 'ruina montium', que consistía en exactamente eso: en destruir los montes, echarlos abajo, para luego buscar el metal precioso entre el fango.
Así surgieron Las Médulas, un paisaje asombroso, a medio camino entre lo apocalíptico, lo prehistórico y lo marciano. Montañas rojas se elevan en el terreno, que se ve como quebrado a dentelladas, entre bosques autóctonos de robles, encinas y castaños. Están en León, al noroeste de los Montes Aquilianos y al lado del valle del río Sil, y hay de todo. Lo primero, las vistas, por supuesto, desde los miradores. Pero también una red de caminatas combinables entre sí que serpentean entre picos y paredes encarnadas, y que también se internan en masas boscosas. Y, además, hay un Aula Arqueológica donde se explica muy bien qué es lo que ha pasado aquí.
Las Médulas están a 472 kilómetros de Bilbao y a 436 de Vitoria
Las recreaciones son muy espectaculares porque tumbar montañas no es cosa sencilla. Todo comenzó cuando en tiempos del emperador Octavio Augusto el Imperio Romano, necesitado de oro para acuñar moneda tras implantarse este metal, conquistó las tierras de astures y cántabros, que se extendían mucho más allá de sus reducidos contornos actuales. Ocurrió entre los años 26 y 19 a. C. Allí se montó la mayor explotación del Imperio, que según Plinio el Viejo, administrador de las minas en su juventud, contó con 60.000 obreros-esclavos para extraer 1.635 toneladas de oro.
Lo interesante, y lo que ha conformado el paisaje que hoy asombra, era el método de explotación. El 'ruina montium'. No conocían la pólvora los romanos, pero sí dominaban bien el agua. Así que lo que hicieron fue canalizaciones por las montañas (hasta 300 kilómetros de conductos) para luego embalsar grandes cantidades en zonas altas.
Por debajo de esas lagunas creadas de forma artificial la tierra era horadada en una compleja red de galerías. Y la técnica consistía en, en un momento dado, soltar esas ingentes cantidades de líquido, que reblandecían y presionaban la tierra y acababan derrumbando montañas. La propia fuerza del agua arrastraba los lodos hasta los lavaderos, donde se extraía el metal precioso.
Tales fueron los movimientos de tierras que, además, se crearon llanuras e incluso surgió el lago Carucedo, formado gracias al taponamiento del valle por los residuos de la mina. Hoy es un humedal protegido. Y Las Médulas, en su conjunto, fueron declaradas por la Unesco en 1997 Patrimonio de la Humanidad. Para esto último hubo algo de polémica porque Tailandia no estaba de acuerdo con que se concediese ese título a un espacio que, al fin y al cabo, era producto de un destrozo causado por la mano humana. Como que no era un buen ejemplo. Alemania y Finlandia compartían esa opinión. Pero no se salieron con la suya.
Llama la atención ese nombre, Las Médulas. Su origen no está claro y, oficialmente, la Junta de Castilla y León apunta hacia varias posibilidades: desde que ese era el nombre que se les daba a los amontonamientos de paja, muy comunes en la zona; hasta que proviene del latín 'metalla', esto es, metales; o que el origen tiene que ver con el Mons Medulius, esto es, Monte Medulio. La cuestión es que el lugar es impresionante y además está en un sitio, cerca de Asturias y Galicia, donde se come muy bien.
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