Visita al monasterio fantasma de Las Merindades
Santa María de Rioseco (Burgos) ·
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Santa María de Rioseco (Burgos) ·
Santa María de Rioseco es el segundo destino turístico más visitado de Las Merindades, al alcanzar 52.000 turistas el año pasadoIraitz Casillas Muñoz
Jueves, 18 de enero 2024, 17:04
Las Merindades, en la provincia de Burgos, alberga grandes reliquias por las que no pasa el tiempo. O sí. Al comienzo del Valle de Manzanedo, allá donde serpentea el Ebro, junto a la carretera que asciende hasta San Martín del Rojo, se sitúa el Monasterio ... de Santa María de Rioseco, actualmente en ruinas. Al llegar, el visitante se encuentra con una imponente estructura en la que prácticamente solo resisten los pilares. Pero esa impresión no es del todo correcta porque lo que uno contempla es un bien de interés turístico en reconstrucción.
Desde el año 2008 se han realizado diversas obras que han permitido consolidar zonas en peligro de derrumbe y destapar partes importantes del cenobio; se ha facilitado el acceso para las visitas; y se ha detenido el expolio al que se le estaba sometiendo. Gracias a estas acciones, el Monasterio de Santa María de Rioseco es el segundo destino turístico más visitado de las Merindades, alcanzando los 52.000 turistas el año pasado.
La entrada es gratuita, a voluntad de quien quiera hacer una donación a la asociación cultural Salvemos Rioseco. El monasterio se puede ver durante todo el día. En invierno para concertar una visita guiada es necesario formar un grupo de más de diez personas y solicitarla a través de visitas@monasterioderioseco.com o llamando al 681 682 680, indicando en ambos casos día, hora y número de visitantes. En verano, sin embargo, se realizan de 11.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas sin importar el número de personas que acudan. Además, durante el verano se llevan a cabo en el recinto conciertos, exposiciones, obras de teatro...
Distancia A 89,1 kilómetros de Bilbao y 108 de Vitoria.
Durante la visita y con un agradable paseo, se puede observar lo que fue la iglesia, la sala capitular, el claustro, la cilla, la hospedería, la antigua entrada principal, el huerto, y el muro que rodea todo el lugar. Y a través de unas escaleras por las que se accede a la iglesia se puede subir a la espadaña desde donde se admira parte del Valle de Manzanedo.
La iglesia se caracteriza por su planta de una sola nave acompañada por otras dos de menor tamaño decoradas con bóvedas de crucería y ventanales góticos. En el suelo de esta primera parada también se pueden encontrar varios enterramientos de familias de la zona. La segunda sala a la que se accede es el claustro de estilo herreriano con dos alturas. De esta estructura solo permanecen en pie la mitad de los arcos, pero es suficiente para poder admirar lo que un día fue.
Junto al claustro está la cilla, el granero de los monjes. Cubierto por una bóveda de terceletes, solo resiste el final de la sala. El resto de zonas del monasterio han desaparecido casi por completo, pero se pueden observar los restos de la torre del abad y la zona del huerto. Además, desde hace unos pocos años se disfruta de un bonito jardín de estilo renacentista junto a una pequeña huerta.
El Monasterio de Santa María de Rioseco, de estilo cisterciense, renacentista y barroco, tiene 787 años de historia. Construido en 1236, fue la casa de la orden del Císter. Sus monjes volvieron a los principios del 'ora et labora', un dogma que en aquel momento había caído en el olvido. Durante los tiempos en los que el cenobio estuvo activo, contó con una comunidad de unas 100 personas. El recinto estaba dividido en dos zonas: las dependencias de los monjes y la hospedería y el hospital, donde se cuidaba a los enfermos pobres.
Con la desamortización de Mendizábal y el éxodo rural, se fue abandonando el lugar al mismo tiempo que lo fueron expoliando. El pueblo de Rioseco dejó de existir y el convento con él. Cuando lo encontraron hace dos décadas, estaba cubierto de maleza y escombros, a punto del hundimiento; casi todas las bóvedas, salvo las de la iglesia, se habían hundido y algunas estatuas de santos se utilizaban para el relleno de la presa cercana. Y sin embargo a día de hoy, ya limpio y en proceso de restauración, es de visita obligada.
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