Los mejores planes culturales para este fin de semana en Bizkaia

En Pabellón 6 recuperan de nuevo '¡Ay, Carmela!', un clásico ya sobre otra guerra, la civil española, y del teatro dentro del teatro, también. Olatz Ganboa y Diego Pérez interpretan a esos dos cómicos atrapados en la zona franquista y obligados a ofrecer un espectáculo de varietés a las tropas nacionales y a milicianos (presos) de las Brigadas Internacionales y parecen todo un Ejército de actores, capaces de desplegar todas las emociones, desde la ingenuidad y la risa al miedo y la lágrima. Dirige Ramón Barea.

La que fue la primera producción propia de la Sala BBK, la versión libre y contemporánea de la 'Yerma' de Lorca vista por la directora María Goiricelaya, está el viernes en Galdakao. Aunque no sigue el texto del granadino, sí que se zambulle en su universo y llega a la médula del original para volver a llevar a escena lo que supone para una mujer, hoy todavía, la imposibilidad de tener hijos. Por muy moderna, empoderada, capaz, autónoma y consciente que sea esta mujer, ese dolor puede arramblar con toda su vida.

Viene el sábado cargadito de eventos relacionados con la danza, así que habrá que saber elegir. En el Sozial Antzokia, en Basauri, la voz y la imagen del mítico futbolista Telmo Zarraonandia vuelven a escena de la mano de su nieta, Adriana Bilbao, y de sus compañeros del espectáculo flamenco 'Zarra'. El balón, el campo de fútbol y las hazañas del futbolista están muy presentes desde el comienzo en un montaje que quiere reflejar sus valores y que deja también espacio para que Bilbao baile sola y emocione con este homenaje tan personal al abuelo que cuenta con música compuesta para la ocasión.

El sábado es también el día elegido en La Fundición para mostrar los trabajos de cuatro compañías de danza del entorno (dos cántabras, una vasca, otra riojana) en el marco de un programa que quiere visibilizar esa creación cercana y darles a los artistas escenarios en los que presentarse. Así, a partir de las siete de la tarde, podrá verse el montaje para dos sobre los cuidados 'Horizonte D', de la cántabra Mymadder; el solo sobre el cuerpo y la naturaleza del también cántabro Pablo Venero 'La caída de los cuerpos'; a la pareja formada por los vascos Manu Gaigne Beobide y Jone Amezaga del Frago con su 'Remedios Vals', una reflexión sobre la creación, el lenguaje, la posibilidad o no de compartir las mismas coordenadas de expresión; y la propuesta de la riojana Carmen Palacios Sáenz 'Without Permission', sobre la necesidad de mostrarse, de darse a conocer, de gritar que se está aquí... aunque no haya sido una invitada y nadie la esperara.

Y el hall de exposiciones del Palacio Euskalduna se convierte, el sábado por la noche, en el escenario de un montaje que tiene un poco de todo -de todo de verdad: música electrónica, música tradicional vasca, danza contemporánea y aérea, moda, escultura, visuales, graffiti, poesía con textos de Kirmen Uribe- y que tiene detrás a más de 30 artistas para crear una experiencia de inmersión en la cultura y la fiesta. Los asistentes podrán elegir a qué hacerle caso, qué mirar, a qué exponerse. Alejandra Deza y Maitane Sarralde mostrarán lo que saben hacer en danza aérea y Garazi Etxaburu con los pies en el suelo.

Proponemos asumir la identidad del artista para gozar de una exposición rica en sugerencias

A veces no basta con contemplar la obra, también podemos ir más allá e intentar ponernos en la piel del autor y, desde sus ojos, disfrutar del arte de crear. La exposición 'Furtiva' de Fermín Moreno es una exaltación de la pintura y, a partir de esa visión optimista, gozamos de este encuentro con uno de los protagonistas del arte vasco a caballo entre dos siglos.

Hay muchas maneras de mirar sus piezas de gran formato. Como sugeríamos, la mejor, a nuestro entender, es situarnos en la mirada de Moreno, que nos invita a interpretar el lienzo como un campo de experimentación en el que se diluyen fronteras de todo tipo. La abstracción se conjuga con apuntes figurativos, las referencias digitales se adecúan a la ejecución manual, los planos se superponen y los colores estallan.

El trabajo de este autor replica a quienes creen que la pintura no puede escapar de su clásica función representativa. Las imágenes poseen autonomía por sí mismas y nos hablan de la ambición de hablar por sí mismas. Cada pieza es un pequeño universo que, literalmente, nos engulle, en el que perdernos sin rumbo alguno. o, al contrario, explorar concienzudamente buscando todos los engranajes de la compleja composición. En cualquier caso, seamos cazadores y vayamos a por la presa, aunque corramos el riesgo de que sea ella la que, al final, nos devore.

Es la tercera vez que la Sinfónica de Bilbao (BOS) incluye en su programa de temporada la interpretación de la banda sonora de una película de forma simultánea a la proyección de la misma. Las dos anteriores, prepandemia, fueron 'West Side Story' y 'Cantando bajo la lluvia'. En este caso, el cambio de registro es absoluto. Aquí no hay escenas de danza sino pura épica. Se trata de la primera entrega de 'El señor de los anillos' (La comunidad del anillo), el filme de Peter Jackson basado en la novela de J. R. R. Tolkien. La música es de Howard Shore y se llevó uno de los cuatro Oscar con los que fue distinguida la película. Por cierto, que la trilogía se llevó en total 17 estatuillas y la música consiguió otro, correspondiente a la tercera entrega.

Estamos ante una superproducción de tres horas de duración (hay una versión extendida que dura 50 minutos más pero no será esa la que se proyecte en el Euskalduna) con 18 cortes musicales, en los que intervienen la orquesta, más dos coros (el de la Sociedad Coral y el infantil de la misma) y una soprano.

Un gran espectáculo. Una forma distinta de ver una película. Y una manera diferente de escuchar una bella partitura.

Haydn no es un músico con suerte en nuestro tiempo. No por aquella humorada de García Márquez, que dijo que no le gustaba porque cuando es malo se parece a Mozart y cuando es bueno es como si imitara a Beethoven. Ya saben que más tarde se reconcilió con él, a raíz de una vez que escuchó, sin saberlo, 'La Creación'.

Más allá de que Mozart sale perjudicado en el chiste, Haydn es un músico que, en efecto, fue eclipsado por dos gigantes con los que coincidió. Con Mozart, porque su genio era de tal dimensión que nadie a su lado lucía lo suficiente. Y con Beethoven porque revolucionó la música de tal manera que sus contemporáneos nos suenan todos arcaicos. Y así sigue.

La Filarmónica dedica la mayor parte de su próximo programa a Haydn, para cerrarlo con Mozart, precisamente. En el escenario, la Camerata Salzburg. Y un programa exquisito para cerrar el año en la sala de Marqués del Puerto, incluido el segundo concierto para chelo.