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Jueves, 2 de junio 2022, 01:23
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POR César Coca
La Euskadiko Orkestra cierra la temporada con un programa que es un elogio de la música de madurez. No tanto por la obra con la que se abre el programa, el preludio del acto I de 'Lohengrin', como por las dos piezas que componen la parte central del mismo: el concierto para viola de Bartók y la Sinfonía Nº 1 de Elgar.
'Lohengrin' es para muchos algo así como una ópera italiana de Wagner. Imagino que si él levantara la cabeza y escuchara eso de una de sus óperas se llevaría un disgusto enorme. No hay más que leer sus ensayos de la etapa previa a sus óperas mayores para saber que las italianas y las francesas le parecían piezas ligeras, propias de culturas que carecían de la profundidad y el poso de la germánica. Y, sin embargo, hay algo de eso en este 'Lohengrin' que tiene un fragmento muy conocido (ya saben, ese que se interpreta tantas veces en las bodas) y dos preludios que suelen usarse para abrir programas de orquestas sinfónicas. El que ha programado la Euskadiko Orkestra es uno de ellos.
Luego llega una obra póstuma de Bartók. El concierto para viola fue un encargo de William Primrose y estaba sin concluir cuando la leucemia que había ido devorándolo lo llevó a la tumba. Uno de sus amigos, Tibor Serly, tardó dos años en descifrar el manuscrito incompleto, que apenas eran 15 páginas de papel pautado, y dejar la partitura lista para su ejecución. Una pieza, con todo, muy 'bartokiana', una de esas flores de cristal delicadas y capaces de emitir numerosos reflejos y por ello tan complejas. La presencia de Pinchas Zuckerman como solista es un atractivo adicional en esta obra.
Y para el final, Elgar. El compositor inglés tenía ya 51 años cuando estrenó su Sinfonía Nº 1, en la que puede hallarse una influencia más o menos notoria de la Nº 3 de Brahms. Por cierto, que Brahms también esperó a superar ampliamente los 40 para dar a la luz su primera sinfonía. Así que el británico ya estaba en pleno dominio de su estilo y los recursos técnicos cuando estrenó esta partitura en la que sobresale la nobleza habitual de su música. Elgar solo escribió tres sinfonías y la última quedó incompleta.
Wagner: 'Lohengrin' (preludio del Acto I); Bartók: Concierto para viola y orquesta; Elgar: Sinfonía Nº 1. Pinchas Zuckerman, viola. Euskadiko Orkestra. Robert Treviño, director. Palacio Euskalduna, día 8 a las 19.30 horas.
La Sociedad Filarmónica cierra la temporada con tres programas casi exclusivamente barrocos. Dos de ellos, dedicados íntegramente a sendos compositores, tienen un gran atractivo (del tercero hablaremos ya la semana próxima). El primero tiene como protagonista a Biber, nacido en lo que entonces era el Sacro Imperio Romano Germánico, y en el escenario estarán la violinista Lina Tur Bonet y su grupo Musical Alchemica. En los atriles figurarán algunas sonatas de este compositor, que forman parte de un ciclo que la artista de origen ibicenco acaba de lanzar al mercado discográfico.
Aquí está un Biber muy virtuoso, más brillante y juguetón que el de las Sonatas del Rosario, que también ha grabado Lina Tur Bonet y que forman un ciclo mucho más tenso y dramático.
Y ya para el penúltimo programa de la temporada, la Filarmónica ha invitado a un grupo muy conocido: Concerto Italiano, con Rinaldo Alessandrini al frente. Interpretarán el Libro VI de los Madrigales a cinco voces de Monteverdi, una de las cimas del primer barroco.
Se trata de una obra escrita nada más llegar a Venecia, después de una larga estancia (22 años) en Mantua, donde trabó amistad con algunos artistas ajenos a la música, como Rubens. Este Monteverdi que llega a la capital de la Serenísima República tiene ya tanto prestigio que le otorgan una gran libertad para organizar la música de la corte, lejos de los enredos de Mantua. El Libro VI de los Madrigales es uno de los primeros trabajos publicados en la ciudad de los canales.
Biber: Sonatas I, III, V y VI. Lina Tur Bonet y Musica Alchemica. Sociedad Filarmónica, 2 de junio a las 19.30 horas.
Monteverdi: Madrigales a cinco voces, Libro VI. Concerto Italiano. Rinaldo Alessandrini. Sociedad Filarmónica, 6 de junio a las 19.30 horas
Por TERESA ABAJO
«A veces, para volver a casa, necesitamos dar rodeos», dice Denise Despeyroux, una autora teatral de éxito que convive con «el fantasma del desarraigo». Nacida en Uruguay, emigró de niña con su familia «en circunstancias bastante traumáticas» y creció en Barcelona, aunque ahora reside en Madrid. Esta producción de la compañía T de Teatre, toda una referencia en la fértil escena teatral catalana, es para su creadora «una fantasía tragicómica, una comedia desesperada donde varios seres extraviados encuentran formas extrañas de estar juntos».
Tres actrices a las que un día unió el éxito vuelven a encontrarse años después con las manos vacías, y una de ellas intenta que el dramaturgo con el que triunfaron les escriba un nuevo texto. Pero surge el equívoco cuando en su camino se cruza un hipnotista que huye de un suceso trágico. «La vida a veces es algo tan simple y complejo como eso: una aventura que se prolonga pero no deja de ser un regreso al hogar, al cobijo, al lugar originario donde un día pertenecimos». Esa ruta, construida con humor y pinceladas de drama, llega ahora al Arriaga procedente del Centro Dramático Nacional. La propia autora dirige a un elenco formado por Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla, Albert Ribalta y Àgata Roca.
'Canción para volver a casa'. Teatro Arriaga, 5 de junio, 10.00 horas, 21 euros.
El teatro ha devuelto la vida a Rámper, el payaso más famoso de España en los años 20 y 30 del siglo pasado, que incluso dejó huella en los anuncios de la época y en frases que se hicieron populares como «no hagas ramperadas». Pero el verdadero milagro ha sido resucitar también a Ramón Álvarez Escudero, el hombre serio y reservado que tuvo una vida difícil y se ocultaba detrás del maquillaje. Imanol Ituiño profundiza en su historia con un texto al que da vida Juan Paños con brillantez y convicción y que ha tenido un largo recorrido. Ganó un concurso de textos teatrales en 2015, se estrenó en 2017 y ha viajado hasta el Festival Internacional Brújula al Sur de Cali, en Colombia. Si no la han visto, aprovechen esta oportunidad.
'Rámper, vida y muerte de un payaso'. Muxikebarri, 3 de junio, 21.00 horas, 5 euros.
El 80 aniversario de su muerte es una ocasión tan buena como cualquier otra para recordar a Miguel Hernández, un poeta imprescindible que se ha instalado en Pabellón 6. Primero llegan sus versos. Después, su vida. Ramón Barea ofrece este sábado un recital poético hilvanado con fragmentos de sus cartas a otros poetas, a su esposa y a su hijo. Le acompañan las voces y la música de Ainhoa Rincón (violín), Pedro Martínez (chelo) y Maite Olmos (piano). Un lujo a nuestro alcance del que se ofrecerán dos funciones más (12 y 19 de junio) en paralelo a la obra de Unai Izquierdo que se estrena la próxima semana.
'Versos y cartas'. Pabellón 6, 4 de junio, 20.00 horas, 12 euros.
¿Hasta dónde podemos llegar en nombre del amor? Es lo que se preguntan las compañías Axut! y Artedrama en lo que definen como «una comedia sentimental política». Ana ha invitado a dos examantes de su juventud a una choza de Irati para pasar un último fin de semana «en nombre de lo que fueron y soñaron». Aitor y Txolarre no saben que serán tres. Maite Larburu, Manex Fuchs y Ximun Fuchs forman el reparto de esta obra en euskera, que incluye música y coreografía.
'Amua' Zornotza Aretoa, 3 de junio, 20.00 horas, 8 euros.
Por gerardo elorriaga
El arte nos proporciona una propuesta estética que ha de redundar en nuestra sensibilidad, enriqueciéndola de alguna manera. La belleza que no deja poso es un cascarón vacío, sin duda. El artista indio Nhikil Chopra nos propone participar en una performance que tendrá lugar entre las 10.00 horas de este jueves y las 10.00 del viernes en el interior de la galería Aldama Fabre. Los espectadores podrán acudir a sesiones de yoga y contemplar la elaboración de dos murales, uno para el muro izquierdo y otro sobre el escaparate, pero también comer, bailar, escuchar música e, incluso, dormir en el espacio. Se trata de una experiencia de carácter inmersivo que raramente podemos encontrar.
La iniciativa, situada en el Wellbeing Project, pretende demostrarnos que arte y vida no se hallan en planos paralelos, sino que forman parte de un proceso osmótico, que ambos se nutren mutuamente. La sinceridad del artista es desarmadora al reconocer que la segunda es más importante o que pasa más tiempo en la cocina que en su estudio.
La plástica no ha de ser un objeto, sino una experiencia, a su juicio. Chopra, un reputado artista que ha exhibido su trabajo en el MET de Nueva York, por ejemplo, sostiene que la creación estética ha de servirnos para trascender la tristeza y el dolor. El alega que su objetivo es y trasmitirnos emociones, y que todas las respuestas que hallemos en las obras han de pivotar en torno a la idea del amor en su amplia definición. Proponemos a los lectores que confronten esa percepción, abierta y generosa, con la suya y acudan a conocerlo. En suma, que lo disfruten.
- Jueves y viernes. 10 horas. En el interior de la galería Aldama Fabre
Por Elena Sierra
Hacen falta nuevas historias para los tiempos que vivimos... o más bien una reinterpretación de las viejas narraciones, que siguen teniendo algo que contarnos. Es la idea con la que trabaja el coreógrafo británico Akram Khan, empeñado en reelaborar los mitos para que hablen también de la actualidad. 'El Libro de la Selva' se convierte así, este viernes y este sábado en el Teatro Arriaga, en la historia de los refugiados climáticos: personas que abandonan sus hogares en busca de lugares donde poder construir una nueva vida. De ahí que un niño se encuentre de repente en territorio extraño, rodeado de animales, lo que es también una invitación a imaginar otra forma de relacionarse con el entorno natural. Khan es un artista abierto a todo, incluso a incluir textos originales en una pieza de danza que cuenta también con el apoyo de audiovisuales.
El sábado, en La Fundición, continúa el programa Zer(K)nías, que da visibilidad a trabajos escénicos que se desarrollan desde los márgenes. El madrileño José Luís Sendarrubias pone el foco en la importancia que le concedemos hoy a la imagen, en la apariencia, y en cómo a menudo se trata solo de una imitación de otras -a bajo coste, a poder ser-. 'Odisea en PVC' recurre al plástico como máximo exponente de esto para narrar y danzar sobre lo que brilla, lo que se usa y se tira, lo que nos ahoga en una cadena de consumo sin fin.
Y ya en la calle, estos días hay algunas citas de danza en el programa Eszena Kalera 2022, que lleva a los barrios actuaciones de circo contemporáneo, clown, magia, acciones participativas y teatro de calle para todos los públicos. Para empezar, en el Karmelo estarán el viernes por la tarde los de Aukeran Dantza Konpainia con 'Hurrengo geltokia', o la vida entendida como un viaje con muchas estaciones -y maletas-. Al día siguiente, a la una, actuarán en el mismo espacio Proyecto Larrua con 'Muda' y Eva Guerrero con 'Gorpuztu' en corto.
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