Los mejores planes culturales para este fin de semana

El punto de vista va cambiando y pasa por diferentes generaciones. Desencuentros, desengaños, conflictos sociales... todo ocurre en este jardín y alrededor de esa madre «muy potente y muy vital», como ella la describe. Ver a Verónica Forqué en este papel es todo un aliciente, pero no es la única razón por la que merece la pena ir al Teatro Barakaldo el sábado.

Miguel Delibes no se cansaba de ver 'Cinco horas con Mario', la primera adaptación teatral de una de sus novelas. Asistía a la función desde la última fila, el gallinero, los laterales del escenario... quizá no terminaba de creerse el éxito de público que, contra todo pronóstico, bendijo aquel monólogo estrenado en 1979, cuando se consideraba una fórmula maldita en el teatro comercial. Cuatro actrices rechazaron el papel antes de que Lola Herrera lo hiciera suyo.

Ha pasado toda una vida en la piel de Carmen Sotillo. Tras su estreno se mantuvo diez años en cartel, con interrupciones para abordar otros trabajos, emprendió una nueva gira en 2001 y otra en 2016, cuando se iba a cumplir el cincuenta aniversario de la publicación de la novela. Hoy, a los 85 años, Lola Herrera sigue encontrando nuevos matices en esa mujer retrógrada, de derechas de toda la vida, que se desahoga ante el féretro de su marido tras el velatorio. Con la sinceridad que les faltó a sus conversaciones de pareja, le cubre de reproches y dibuja el retrato de una época, la España de los 60, en la que las mujeres no tenían derechos.

A medida que descubrimos sus frustraciones, sus silencios, Carmen se muestra más humana. Nos reímos a veces, sentimos su amargura, entramos en la casa que habitaba con Mario. Lola Herera y la directora Josefina Molina ya han hecho historia con esta obra y siguen llenando teatros. Verla es un privilegio que ahora se puede disfrutar en Galdakao, donde recuperan la función que en marzo tuvo que ser suspendida por la pandemia.

Es buena noticia, y más en estos tiempos, que una obra vuelva a programarse por la acogida del público. Así ocurre con la comedia '¿Cómo hemos llegado a esto?' que regresa al Euskalduna este fin de semana tras el éxito obtenido en agosto. Para muchos ya fue un hallazgo cuando se estrenó en 2019 esta obra de David Caíña que va más allá de un triángulo amoroso.

Alba, la mejor amiga de Elena, ha incumplido el Primer Mandamiento de la amistad y se ha enamorado de su exmarido. Así empieza una trama en la que los personajes son también cronistas y cada uno se empeña en darnos su propia versión del asunto. La complicidad entre David Caíña y Gorka Mínguez –ambos dirigen y este último interpreta al disputado exmarido– vuelve a dar buen resultado, junto a la soltura de Maribel Salas y Gemma Martínez. Completa el reparto Mitxel Santamarina, el camarero que desde su chiringuito ve venir la galerna.

'¿Qué fue de Ana García?' es una impactante tarjeta de presentación de la nueva etapa de la Compañía Joven de Pabellón 6, que acaba de independizarse con sede y programación propia. La obra de Javier Liñera empieza cuando los miembros de una compañía teatral recuerdan a una joven bilbaína que pasaba los veranos en Vinaròs. Se nota que los actores que despliegan su energía en el escenario han estado en el proyecto desde el principio, han aportado experiencias propias y cercanas a esta denuncia de la violencia que se ejerce sobre los «cuerpos periféricos, los que de mujeres, niños, transexuales, lesbianas, gais...» y de las actitudes que la alimentan. «Aquel que insultó en el colegio, aquella que calló, esos que sabes que golpearán...». La historia de Ana García no es real, pero está impregnada de las verdades que ellos transmiten. Su mensaje ha calado, sobre todo entre los jóvenes. Es una obra de largo recorrido que sigue agotando entradas.

Un festival Schubert. O una schubertiada, como quieras. Así empieza la temporada de abono de las entidades musicales. La encargada de romper el fuego en este año de calamidades sanitarias es la Euskadiko Orkestra, y lo hace en Bilbao con dos funciones en el mismo día (a estas alturas no necesitas que te hable de la pandemia y la limitación de aforos) en las que interpretará cuatro sinfonías del compositor vienés. El emparejamiento es así: sinfonías Nos. 2 y 8 para la función de las seis de la tarde y las Nos. 5 y 4 para la de las ocho y cuarto.

En la primera de esas funciones destaca por supuesto la Nº 8, conocida como 'Inacabada'. Su misterioso inicio sumerge ya al aficionado en el Romanticismo que había estallado en Centroeuropa y que marcaría la música de todo el siglo XIX. La Nº 5 es otra de las sinfonías más célebres de su autor (una celebridad obtenida tras su muerte, de hecho ni siquieran se editaron en vida), pero el plato fuerte de esa sesión es la Nº 4, conocida como 'Trágica', aunque no hay demasiados pasajes de la misma que expliquen ese título que, desde luego, no le puso Schubert.

A la música de Schubert se llega mejor cuando las nieves cubren las sienes, que diría el tango. Murió joven, pero su música tiene tanta vida que no es fácil percibir toda su belleza hasta que se ha experimentado en la propia biografía con el dolor, el amor, la alegría y el llanto.

Un estreno siempre es un motivo de celebración. Asistimos habitualmente a estrenos en el cine y el teatro. Incluso en el arte contemporáneo. Son más extraños en la música clásica, en la que desde hace un siglo es mucho más frecuente mirar atrás en el calendario que examinar la hoja del día que vivimos.

La Sinfónica de Bilbao (BOS) estrena hoy jueves una pieza de Ignacio Ferrando de curioso título: '... en La... nada'. Lo hará en el Teatro Campos, en colaboración con Musikagileak. Antes, obras de María Eugenia Luc ('Xi') y Jesús Echevarría ('Arravan'), y después, 'Tramuntana' de Gabriel Erkoreka para terminar con 'Hojas de álbum' de Escudero. En total, algo menos de una hora de programa que permite saborear la música contemporánea y descubrir así que no es tan difícil de entender como dice el tópico. Y que puede ser tan sabrosa y nutritiva como algunos clásicos quizá ya demasiado manidos.

La cultura de club ha sido un elemento constante en el ambiente artístico y en las prácticas de los artistas desde que estos la integraron en su ámbito en la época del pop. Había una línea de continuidad entre la Factory, el taller fábrica de Andy Warhol, y la pista de la discoteca de Studio 54. Ahora el artista Alejandría revive en BilbaoArte ese vínculo en la exposición de fotos y vídeos tomados en el campo de batalla, es decir, en los clubs de Bilbao, Madrid y Alicante, ahora en la estacada por el coronavirus.

El artista entra en esos espacios densos y cargados con cámaras de usar y tirar, un instrumento y también un símbolo por cuanto que el momento captado es también, desechable, llamado a olvidarse quizá en unas pocas horas de haber sucedido.

Y, sin embargo, merece la pena retenerlo. Son imágenes de cuando el yo es otro, de comunión entre los miembros de la tribu, de música, hedonismo, bienestar y malestar máximos. Un ritual que cada vez que se practica promete algo nuevo. Y quizá de un tiempo pasado, pues ya nadie sabe si volverán aquellas fiestas.

Qué bien, el otoño está lleno de festivales y eso que lo suyo cuesta ponerlos en pie con la que está cayendo. Aquí llega, para empezar, Dantzaldia, que se inicia esta tarde con la actuación de la donostiarra Iratxe Ansa -que ha trabajado en Basel Ballet, Ballet Gulbenlkian, Compañía Nacional de Danza, Ballet de la Ópera de Lyon y el Nederlands Dance Theatre- y el italiano Igor Bacovich. Juntos son Metamorphosis Dance, una compañía que no es habitual ver en Euskadi, y encima La Fundición ofrece esta posibilidad de forma gratuita (previa reserva). El método Metamorphosis se basa en un lenguaje muy físico, con raíces en los grandes coreógrafos del siglo pasado. Ya el sábado y el domingo, quien muestra su técnica en el mismo espacio es el portugués Dinis Machado con su 'Consubsanciación', una performance en torno a las identidades sexuales y de género, a los estereotipos, y a lo que queda en el medio, que siempre es más de lo que se cree. Las citas de Dantzaldia se irán sucediendo hasta diciembre, así que habrá que estar al tanto.

En Bilborock continúa el festival flamenco Una Ría con Duende. Y este sábado es para la bailaora bilbaína Adriana Bilbao -la de Burdina/Hierro, espectáculo con el que llegará próximamente hasta París-, que bailará con Gabriel Matías, acompañados por el guitarrista José Almarcha y el cantaor Francisco Trinidad 'El Trini'. Flamenco A'hora es una muestra de lo que todos ellos pueden hacer. El precio, cinco euritos.

En Bizkaia Aretoa el domingo se puede acudir a ver 'SacRed', una creación de La Glo Zirko Dantza que mezcla la danza y las proyecciones para hablarnos de nosotros mismos, de la vida, del lugar que ocupamos en el universo, de este particular polvo de estrellas que somos. La pieza es parte de la programación del Kalealdia, el festival de artes de calle de Bilbao.

Y si se prefiere pasar la tarde en casa, también hay opciones para ver bailar a los que saben: el Break on Stage, la cita con el street dance, ha reducido su aforo pero de alguna manera lo amplía vía web. El sábado, entre las 18:00 y las 19:30, retransmite todo en www.breakonstage.com.

Los movimientos de población son una de las características esenciales de nuestro tiempo y un fenómeno abordado regularmente por los medios de comunicación, la literatura y la política. También desde el arte podemos hablar de flujos de personas, de sus circunstancias y sentimientos como el desarraigo y la esperanza. 'Migraciones', la exposición del argentino Carlos Rivera Lauria en la galería Aldama Fabre, analiza desde la poesía esa circunstancia que obliga a abandonar su hogar y raíces a millones de personas.

Un cuento iraní y una bandada de pájaros son los elementos a partir de los que se articula la instalación de este autor argentino. Pero no se trata de una reflexión con pretensiones sociales, sino de una propuesta estética depurada que tiene a las aves como metáfora del viaje. El color y la belleza de las piezas trasmiten un mensaje optimista, con ecos pop.

La muestra nos proporciona, asimismo, un acercamiento al trabajo en cerámica y porcelana, a la escultura objetual, campo de investigación de este autor. 'Migraciones' puede considerarse un refugio donde abandonar las preocupaciones que ahora nos atenazan y dejarse llevar por la belleza sosegada de los animales. Hay exposiciones que nos enfrentan a nosotros mismos, y, asimismo, hay otras para abandonarnos y disfrutar. En este caso, la sugerencia es contemplar sus líneas depuradas, recrearnos en su estética e imaginar que, como ellos, también podemos volar muy lejos de nuestros miedos y gozar de la libertad perdida.