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Iglesia de San Clemente.
La Hoya de Huidobro, el rincón secreto de Las Merindades

La Hoya de Huidobro, el rincón secreto de Las Merindades

Un hundimiento del páramo de Masa alberga un valle despoblado y cubierto de bosques donde el tiempo se ha detenido. La visita permite visitar la iglesia románica de San Clemente; las minas de cobre de La Borrega y el dolmen del Moreco

Jueves, 22 de marzo 2018

El páramo se extiende inabarcable, desarbolado y sin límites entre los puertos de La Mazorra y La Masa. Cruza la C-629, a un lado queda Dobro y llega a Pesadas, tan importante en otro tiempo que tuvo panadería. El desvío a Sedano nos conduce a Villaescusa y tras un rodeo a la Hoya de Huidobro uno de los espacios naturales más sorprendentes y espectaculares de las Merindades.

Datos prácticos

  • Cómo llegar CL-629 Villarcayo-Burgos. En Pesadas BU-V- 5032 a Villasescusa de Butrón; Huidobro y Sedano. Burgos está a 47 km de Sedano. Se llega por N-623 y BU-514.

  • Qué ver Centro de Interpretación Miguel Delibes Sedano Teléfono: 947150311

  • Comer Restaurante El Molino en Sedano Teléfono 947150136. Bar en Villaescusa del Rudrón

La Hoya es una curiosidad geológica. Un hundimiento del páramo que ha formado un valle abrigado de los vientos del altiplano. Esta orientación norteña permite que sus laderas aparezcan cubiertas por un extenso bosque de hayas y robles, que protege acebos y tejos.

Paseo por la Hoya

En el centro de la depresión hubo un pueblo, hoy arruinado del que sólo queda como un testigo la iglesia románica de San Clemente. La nota de color la ponen una gran vaquería y las escombreras de la mina de cobre llamada La Borrega que cerró en los 60. Dominan las torres de los aerogeneradores del Otero. Y los buitres.

Hay varias maneras de visitar Huidobro. A pie, con salida de Villaescusa del Butrón en una larga y sostenida caminata por bosque de ida y vuelta (4h). La más cómoda es bajar en coche hasta la vaquería. Hay además una casa nueva. El resto es ruina. En 2014 tenía 5 habitantes. Las vacas descansan indiferentes o pastan en libertad. También pasea algún caballo o ladra un perro curioso.

Huidobro (Foio de Obro en el año 1186) fue un pueblo ganadero que en 1950 contaba con 105 habitantes. Como curiosidad añadir que hasta el XIX pertenecían al estado noble (hidalgo). Funcionaba la mina de cobre (en realidad son dos). En los años 20 hubo un primer sondeo en busca de hidrocarburos, pero no fue hasta los años 60 cuando hubo un intento serio de localizar petróleo. El 6 de septiembre de 1966 Juan José Espinosa, Ministro de Hacienda visitó los sondeos que fueron exitosos, pero no rentables. Y fueron sellados. También por aquellas fechas la mina dejó de ser rentable y cerró. Puso punto final a la centenaria historia de Huidobro. La escuela cerró en 1968. Antes los lugareños habían emigrado al País Vasco para trabajar en la industria. Y lo que queda a la vista está.

Ruinas sobre las que destaca la bella iglesia de san Clemente restaurada recientemente. Es un templo románico del siglo XII, equilibrado y con una portada de mucha calidad. Las figuras de sus capiteles son curiosas. Hay gallinas, leones, ángeles, incluso una máscara de carnaval. Albergaba un magnífico retablo renacentista dedicado a San Clemente que se conserva en la iglesia de San Esteban de Burgos. Las minas de cobre ocupan la ladera del Otero. Llaman la atención de lejos. Una curiosidad que merece la pena visitar para observar el contraste entre el rojo y blanco de las arenas y areniscas de las escombreras y el azul y verde (azurita y malaquita) de los minerales que tiñen las entradas de las bocaminas. Algunas se pueden visitar, otras están inundadas.

Mina La Borrega.

Hay otra mina en el interior de la Hoya, en el paraje de Cueva Prieta. Allí quedan ruinas de las instalaciones y de la mecanización del mineral que fueron abandonadas en la década de los 60. Quizá lo mejor de la Hoya es el conjunto. Un pueblo abandonado rodeado por un bosque espectacular, silencioso, donde parece que se hubiera detenido el tiempo. Y si mientras caminamos por la espesura sentimos que nos vigilan conviene saber que son los lobos, que crían en este confín perdido de Las Merindades englobado desde 2006 en el Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón.

El dolmen del Moreco

Desde el alto de Las Rozas (paneles informativos) una pista sube hasta lo más alto del Otero. Media hora de esfuerzo que se ve compensado como una vista espectacular. El ruido de las aspas de los aerogeneradores no impide disfrutar del paisaje. Como tampoco lo hacen los caballos y vacas que pastan por los altos.

Abarcamos la montaña cantábrica y la paramera que se extiende en el horizonte. Bajo el cortado vertiginoso aparece el valle de Huidobro cerrado de robles y hayas; las escombreras mineras brillantes al sol; la vaquería que ha sustituido al pueblo ya desaparecido y algo apartada, la iglesia de San Clemente afortunadamente restaurada.

Palacio de Bustillo en Sedano.

A poca distancia del alto, camino de Sedano haremos un alto en el dolmen del Moreco. Aparcamos junto a la carretera, en plena paramera. Está en el centro de un espacio cercado y junto a él hay un panel que explica los detalles de su construcción. Es uno de los mejor conservados de Las Merindades. De planta circular llegó a medir 27 metros de diámetro por 2 metros de altura. Conserva la cámara formada por doce ortostatos, un pasillo de acceso y parte del túmulo de piedras que cubría la estructura.

Bien conservado pero invadido de endrinos que son podados con regularidad. Lo más interesante del dolmen es que conocemos la fecha de su construcción. Los celtas lo edificaron 3200 a.C. Todo gracias a un trozo de madera de roble carbonizada localizada bajo el túmulo que permitió realizar un análisis con Carbono 14 y datarlo con exactitud. Hace 5200 años.

La carretera sigue la hendidura que ha cavado el río Cubillas en la paramera. Descenso sostenido que deja a un lado la fuente de La Granja, que mana incluso en los años más secos, y llega a Gredilla de Sedano. Pueblo de origen medieval sombreado por nogales descomunales, con buenas casas con escudo. Entre ellas destaca la torre de Bocanegra edificada por una familia italiana en el siglo XIV. En el centro del caserío se alza la iglesia románica de San Pedro y San Pablo (siglo XII). Esta circunstancia y el hecho de hallarse en cuesta (Gredilla procede del latín ‘graedilla’ cuesta) dificulta una visión completa de la misma. No impide sin embargo admirar la riqueza de su portada (visita guiada).

Los historiadores ubican en Gredilla la antigua Moreca, capital más meridional de los cántabros morecanos, que cita el historiador Ptolomeo.

Sedano y Miguel Delibes

La carretera se abriga entre laderas cubiertas de quejigos y encinas hasta desembocar en Sedano, municipio dentro del Espacio Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Es un pueblo disperso en varios barrios: Lagos, Trascastro, Valdemoro, Barruelo, Eras y La Plaza, que se estira por un valle abrigado que se formó en un hundimiento provocado por la erosión del río Moradillo. Parco de agua este noviembre seco, pero que habitualmente desciende en cascadas.

Ayuntamiento de Sedano.

A nuestra izquierda destaca sobre un risco la iglesia de Santa María. Se puede subir en coche por una carretera estrecha y pendiente o a pie. El templo gótico sobre románico, recio, con aspecto de fortaleza. Fue reformado el año 1664 con añadidos renacentistas. Lo mejor son las vistas.

La Plaza del Ayuntamiento es el centro neurálgico de Sedano. La casa consistorial es un edificio elegante soportado sobre cinco arcos de medio punto. Enfrente se eleva un rollo coronado por una cruz. Detrás, sobre el arroyo Valdepuente un molino aún conserva la maquinaria. Restaurado ha sido convertido en restaurante (El Molino). Además de naturaleza Sedano está salpicado de casonas y palacios edificados en piedra rojiza. Destacan los de Guevara, Huidobro, Arratia y Bustillo. Este último es magnífico por blasones y ubicación.

Sedano y sus personajes se popularizaron gracias al periodista y escritor vallisoletano Miguel Delibes que lo inmortalizó en las novelas y artículos, en los que narra sus correrías de caza y pesca por el Rudrón. También en la excursión que realizó el verano de 1941 entre Molledo (Cantabria), donde pasaba sus vacaciones y Sedano (Burgos), donde hacía lo mismo Ángeles de Castro su novia, luego su mujer.

Se enamoró del paraje y lo convirtió en su lugar de refugio, descanso y veraneo. La casa de los Delibes está junto a la carretera, en el barrio de Valdemoro. No debemos dejar de visitar el Centro de Interpretación del Valle de Sedano Miguel Delibes.

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