Un hogar para la Copa del Mundo

Para que te hagas a la idea, hablamos de más de un total de 3.000 metros cuadrados de exposición y objetos que abarcan desde las primeras competiciones hasta la actualidad. La joya de la corona entre sus vitrinas: la Copa del Mundo original. Acompañan a esta estrella de estrellas, otros trofeos y copas centenarias que tampoco se tienen por modestas.

Obviamente, Zúrich cuenta con mucho más que ver y recorrer, pero como estas líneas van dedicadas a futboleros y futboleras, a hinchas casi profesionales, mencionaremos la seguridad (no pisibilidad) de encontrar allí viejas actas de partidos históricos, tarjetas de árbitros utilizadas en competiciones oficiales (de esas que no gustan nada cuando las sacan), balones con los que se jugaron finales del Mundial y camisetas que vistieron Maradona o Zidane.

Para entender la evolución de este deporte, el archivo de imágenes espera nutrido por más de 1.400 instantáneas únicas del siglo pasado. Además, una parte del espacio homenaje a la historia del fútbol femenino, ya era hora de reconocerlas también.

El museo abre de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Cuesta algo más de 25 euros, unos 15 para niños de 7 a 15 años, y los más pequeños entran gratis. Para llegar sube a las líneas de autobús 12 y 15 o las de tranvía 5, 6 y 7. Cuenta, asimismo, con un enorme pinball en el que medir tus habilidades. Y por si te entre sed, hay bar deportivo desde el que disfrutar partidos en directo. Y restaurante. Y cafetería...