Rocas fantasmagóricas, hayedos y monumentos del Gorbea

La idea es facilitar la visita a todo tipo de público, vamos, que no hace falta ser un experto montañero ni un historiador consumado para apuntarse. Advertido esto, queda claro que puedes acudir en familia. Además, incluyen premio final: cuando regreses de la caminata podrás saciar tu hambre de comida (la de conocimiento estará ya cubierta) con un capricho gastronómico. El ticket de la visita es canjeable por pintxo pote. ¿Dónde? Dependiendo de a cuál te hayas apuntado: en el Itxina (Orozko), Danoena (Otxandio), Txoko Sagarna (Zeanuri), Taberna Zaharra (Zeberio) o The Quiet Corner (Areatza).

Hazte un regalo y escoge un buen hotel o agroturismo en la zona, hay mucho donde elegir. ¡Para alojados en Gorbeia los recorridos son gratis! Puedes consultar el listado de espacios donde pernoctar en la web, que incluye el teléfono de las oficinas de turismo para apuntarte a estas excursiones. Comprobarás que no hace falta recorrer miles de kilómetros ni gastar una millonada para aprovechar las vacaciones.

De esto hablábamos en la introducción, de acudir al monte sin riesgo de extravío. Un guía acompañará a los apuntados desde Altzakorta (Orozko) para conducirlos a través de sendas al famosísimo Atxulo. Después, el regreso se completará pasando por Pagomakurre mientras vacas y caballos contemplan tu descenso, rumiando la hierba que crece fresca en estos prados.

El ojo de roca abre vistas a otro mundo, igual que lo hace una puerta. A la dimensión de Itzina, magnífico ejemplo de formaciones kársticas. Enseña una meseta rocosa con los bordes en cresta, un paraje inhóspito de casi 600 hectáreas protegidas, donde descansan hayas centenarias y más de 175 especies de musgos y plantas hepáticas catalogadas.

Lo esencial en este caso es conocer in situ la importancia del bosque en el paisaje de Gorbeia mientras transitas por pequeños hayedos y plantaciones de coníferas que regalarán belleza al camino. El punto de encuentro se ha concretado en la Oficina de Turismo de Orozko, en el barrio de Zubiaur. Desde allí partirás, en coche hasta Altzakorta. Por supuesto, has de ponerte calzado y ropa adecuada, te espera una jornada montañera.

Visitas 1 agosto, 5 septiembre y 17 octubre.

Si te gustan combinar arquitectura y árboles, esta es tu cita. Cubrirás una ruta circular de 4,5 kilómetros por la villa, un paseo, algo cuesta arriba al principio, nada insuperable. No vas a alejarte demasiado del núcleo urbano, sí lo suficiente para admirar verde. El magnífico hayedo de Presazelai constituye uno de los tesoros del patrimonio naturalístico a conocer. Sus trasmochos, que parecen escapados de una paisaje de cuento y ensueños, beben de las aguas del río Urkiola. A esta belleza, en cuya creación colaboraron la Madre Tierra y los humanos, se suma el interés cultural del nevero de Astikurutz, uno de los pozos construidos antaño para conservar la nieve.

Terminada la visita, ya que te has desplazado hasta allí, mejor dedícate a pasar el día en Otxandio. El ambiente es inmejorable, las terrazas cómodas para la charla y tomar algo. «También se puede llevar bocadillo y consumirlo en alguna de las áreas recreativas del municipio», advierten los organizadores del paseo.

Visitas 24 julio, 22 agosto y 4 septiembre.

Esta ruta va de iglesias, de conocer los templos y las casas. Resumiendo, de la arquitectura de la zona, para entender mejor sus orígenes y ubicación. El paseo es muy breve, de un kilómetro. Solo cien metros acercan al patrimonio local. Tu cicerone espera en el pórtico de la iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta, que luce hermosa junto a un robledal. Resalta como uno de los ejemplos góticos más brillantes de la arquitectura vizcaína de finales del siglo XV, con espectacular pórtico y pavimento de encachado. Con planta rectangular de tres tramos, muestra bóvedas estrelladas y coro renacentista.

Gracias a este templo, Ermitabarri vivió años de bonanza como centro de poder político, social y económico desde la Baja Edad Media y durante toda la Edad Moderna. La educación que se transmitía por aquellos lares tenía muy claro su objetivo. El sistema se basó en la fuerza de la fe y la tradición.

Había que propagar el mensaje, concretarlo en la mente y corazones de quienes por allí pasaban. El patrimonio constructivo dejó de ser solo un conjunto de edificios para transformarse en instrumento de marketing. Quedará claro al recorrer el lugar, gracias a las explicaciones aportadas por el guía. Recuerda que Zeberio descansa en el valle de idéntico nombre, dentro de la comarca de Arratia. Fusiona guiños del pasado rural con un magnífico despliegue de naturaleza.

En este caso no hace falta llevar calzado ni ropa especiales, basta con ir cómodo. Además, habrá momento para el descanso y tomar un hamaiketako. No está incluido en la actividad, pero que puedes llevar por si aparecen las ganas de reponer fuerzas contemplando el paisaje.

Visitas 14 agosto, 12 septiembre y 3 octubre.

El título de la ruta explicita su intención. Bordearás el embalse localizado a los pies de Gorbeia. ¿Con qué fin? Conocer el patrimonio de los molinos y el uso de la propia balsa de agua. La guía esperará en la plaza de Zeanuri para comenzar el precioso recorrido de dificultad baja. Paso a paso irá narrando historias, salpicará el cuento de datos sobre la zona. La primera parada tiene lugar en el molino de Errotabarri, «que aún conserva su antiguo encanto», aseguran desde la organización.

«Daremos a conocer sus particularidades, su funcionamiento y la forma de trabajar y el negocio del molinero», agregan. Allí entenderás cómo el agua que corre por debajo logra mover las aspas que hacen girar la piedra de moler. El maíz o el trigo descienden desde las tolvas y se cuelan entre las piedras que los reducirán a grano. Cuanto más separados se encuentren, más gruesa será la harina.

La visita sorprende a grandes y pequeños. Entendida la explicación, el grupo continuará hacia la presa, donde conocer su historia y funcionamiento. Recorrido perfecto, pues, para acudir con toda la familia. Cubrirás en total 6,5 kilómetros, unas dos horas de paseo sin prisas.

Visitas 7 agosto, 18 septiembre y 24 octubre.

El conjunto de Areatza asombra gracias a sus notables palacios y casonas barrocas. Es hora de viajar en el tiempo, de dar cuerda atrás al reloj y saltar siglos a la inversa para revivir viejos tiempos. El balneario es el punto de inicio de la ruta; el puente de Karpo su final. Cómo y por qué se fundó Areatza es una de las preguntas a las que responderá este paseo. ¿Sabías que se trata de la única villa declarada en el valle de Arratia?

Podrás discurrir por sus callejas, hacer fotos a sus monumentos, contemplar palacios y casas que llevan afianzados años en el valle. Un buen ejemplo es el palacio Gortazar (XVI), ornado por pinturas alegóricas, frescos con arquitecturas barrocas que adornan el frontis y debieron realizarse hacia 1735. O el edificio consistorial, de estilo neoclásico, apaisado con amplia fachada hacia la plaza, cuya planta inferior se encuentra soportada por once arcos de medio punto.

Iglesias, el convento de Santa Isabel (XVI), situado en la margen derecha del río Arratia, y los molinos Bekorreta y Goikoerrota se sumarán a las paradas que faltan. El baño de cultura es perfecto, no ahoga, solo cala hondo. Si, acabado el plan, quieres cubrir espacio en la naturaleza por tu cuenta, desde allí parten numerosos senderos de montaña en este hermoso valle.

Visitas 28 agosto, 25 septiembre y 10 octubre.