Una familia observa el expositor de la pastelería Goya, uno de los establecimientos participantes en el programa de visitas. Igor Martín

Experiencias para los cinco sentidos

Actividades destinadas a despertar nuestras emociones a través del tacto, el gusto, el olfato, el oído y la vista. Caballos, vinos y dulces ayudan a sumergirse en mundos nuevos

Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:24

Te sugerimos emplear los cinco sentidos, para algo los tienes. Vista, gusto, olfato, oído y tacto. Nosotros mostramos las opciones, tú eliges el orden. En cada una primará una sensación, el mundo se asienta sobre ellas. Abre bien los ojos, no camines ciego por la ... vida. Saborea la dulzura de tu realidad. Olfatea el rastro embriagador. Escucha el rumor del mundo. ¡Toca!, tal vez ahora no puedas abrazar a otras personas, pero siempre puedes sentir. Disfrutar cada aventura con plenitud está en tu mano, y en tu mirada, tu paladar…

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Vitoria

El gusto

Un momento de la visita teatralizada.

El paladar entra en juego en la ruta más dulce. Cristina Martínez actúa de cicerone mientras Esther Villar sorprende a los asistentes vestida de aldeana. Necesita un fuelle para hinchar buñuelos. El grupo la ayudará en su búsqueda, topándose por el camino con golosos rincones. La idea es conocer la Vitoria neoclásica, en la que una burguesía en expansión demandaba lugares de compra y encuentro. «Ciudad de curas y militares, asombra descubrir cómo junto a cada templo había una pastelería», comenta Cristina. Tres son las citas estrella del recorrido: Sosoaga, Goya y las Clarisas. «En Sosoaga innovan bastante; tienen un turrón que recuerda a la infancia, el de Peta Zeta. Juegan con kikos y sal de Añana. Y el público reclama sus txapelas», añade. Goya impresiona primero por su arquitectura, con una entrada casi monumental. «Son conocidos sus vasquitos y neskitas y las famosísimas trufas».

Allí escuchará el visitante una anécdota sobre envoltorios que no podemos contar para no desvelar una sorpresa con gracia. Tercera parada en las Clarisas. «Antiguamente trabajaban de forma más caprichosa, agasajaban a personajes», explica la guía. Ella confirmará el cambiado de tradiciones mientras desgrana la historia de una ciudad salpicada por cacao, milhojas y goxuas. «Quienes acudan, conocerán por qué el goxua es típico, cómo el azúcar se heredó de los árabes…». La peculiar aldeana transmite la importancia de la miel en la cocina vasca. «Hablaremos de los hormigos, nacidos durante la crisis del XIX, por las guerras coloniales». ¿Por qué comemos los helados en cucurucho? ¿Dónde se elaboraba la leche merengada? Estas preguntas tendrán respuesta en el encuentro lleno de exquisiteces a probar.

Información 6 euros. Máximo 4 personas. Reservas en la Oficina de Turismo (Plaza de España, 1. 945161598).

Bilbao

El olfato

Cata de vinos en el hostel Egun On. pankra nieto

Mueve suavemente el vino para después aspirar los matices a copa parada. En cualquier cata invitarán a hacerlo. Esta la proponen desde el hostel Egun On Bilbao, entre ambiente marinero y bohemio. Es época de brindis, choca el cristal y pide un año mejor. Absorbe los olores, que transcurran lentos por tu nariz, invadiendo el cuerpo. ¿Sientes el aroma floral, el especiado? ¿Distingues las frutas, el tipo de madera que acogió con mimo el caldo… roble francés o americano? No es un examen, solo un juego para pasar un rato distinto de la mano de un experto que guía tus pasos. «Generalmente catamos tres vinos, uno joven, un crianza y un reserva, pero se puede adaptar a los gustos de los participantes», comenta José Miguel Larrinaga.

Después, si aún tienes sed o te apetece disfrutar de la magnífica terraza, busca la fragancia del vermú especial. Reclínate, descansa plácidamente, hazte este regalo. «Ideó la mezcla un coctelero andaluz, Chicho Santamaría, con el objetivo de fundir Euskadi y Cádiz. Este tipo de bebida es muy de aquí, pero la que preparamos tiene ese toque de hermanamiento», especifica. La receta para conseguirlo aúna vermú con cítricos de Rota, vino oloroso de Jerez y canela, «para poner el toque de dulzura y de la risa gaditana, porque a veces necesitamos un poco de sur para perder el norte».

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Información Hernani, 17, Bilbao. 20 euros/persona. egun-on.com. 639137109.

Atxarre (Ibarrangelu)

La vista

Una cruz domina el alto de Atxarre, desde donde se divisan Mundaka, Bermeo y la desembocadura de la ría de Gernika.

Hay panorámicas que podrían detener el corazón… para bien. Paisajes ante los que los ojos ansían abarcarlo todo. Algunos se encuentran lejos, otros aquí al lado. Se puede acceder a ellos sin demasiado esfuerzo, para contemplar maravillosas vistas como las de Urdaibai desde San Pedro de Atxarre. ¿No lo crees? Pruébalo. Si eliges un día despejado no conseguirás una foto mejor en bastante tiempo. La opción más sencilla, de 1,5 kilómetros, sale de Akorda (Ibarrangelu) siguiendo la señal que indica 'Atxarre'. En el primer cruce, junto a una gran piedra, elige la derecha hasta Dantzaleku.

Cuentan viejas historias que allí danzaban las brujas durante sus akelarres. Para ahuyentar malos espíritus, el día de San Gregorio se esparcía sal en la zona. La realidad rodea al caminante con encinas hasta la ermita. Narra una leyenda que San Pedro dejó sus huellas por allí, una en Armendua y otra en Ibarranguelu. La única certeza es la sobrecogedora vista sobre la Reserva de la Biosfera. Busturia y Sukarrieta de frente. Cabo Matxitxako, Bermeo y Mundaka al oeste. La isla de Izaro, Ogoño e Ibarranguelua al este.

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Si te apetece andar más, puedes emplear 9,5 kilómetros desde la playa de Laida. Escoge la acera en dirección al camping. Frente a él, tras cruzar la carretera, hay una pista con marca de PR. Continúa hasta un primer desvío y ve a la izquierda, obedeciendo las señales. Descenderás al caserío Bixine. Más tarde llega un desvío, a la izquierda, hacia la ermita de San Martín. Junto a una casa, busca la señal de 'Atxarre', a la derecha. Arriba, disfrutado el enclave, completa el recorrido circular a Akorda, baja escalones para dejar el bosque atrás. Atraviesa el barrio y sigue recto hasta una fuente. Después a Gametxo, donde arranca el descenso a la playa.

Web www.ibarrangelu.eus

Baldatikaerreka (Forua)

El oído

Sendero de la cascada de Baldatikaerreka. ur agentzia

Quienes saben de ambientación construyen fuentes y canales por los que fluye el agua. Su sonido relaja. En busca de ese rumor vamos, por una excursión sencilla de 1,5 kilómetros hacia la cascada de Baldatikaerreka. Accede desde Gernika, siguiendo la BI-2235 hasta Forua, y parte a pie del aparcamiento junto a la ermita de San Cristóbal. Toma la calle de Armotxerri y 400 metros más adelante gira a la derecha. Sigue la señal de la PR-BI-181 dirección Goikoerrota, dejarás a la izquierda el caserío Urratxua para continuar por pista de 850 metros hasta un sendero a la derecha.

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El Baldatikaerreka es peculiar, está excavado en ofitas volcánicas. Sus piedras surgieron del fondo del mar hace 90 millones de años. Baja al cauce y hallarás una captación para abastecimiento, después restos de una minicentral hidroeléctrica. ¿Escuchas la cascada? Sigue unos 60 metros para contemplarla desde arriba. Es la mejor opción en invierno, cuando las aguas crecidas impiden vadear el cauce y acercarse hasta la caída. No destaca por su verticalidad, más bien parece esperar recostada.

El recorrido da a conocer un tramo fluvial declarado de interés natural, bosque de ribera con alisos, fresnos y sauces, castaños y avellanos. Sobrevuelan el cauce verdecillos, verderones y camachuelos. Escúchalos, su canto también forma parte de esta experiencia acústica.

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Web uragentzia.euskadi.eus

Butrón (Gatika)

El tacto

Los jinetes enfilan hacia el castillo de Butrón.

Dicen que los caballos tienen una sensibilidad especial al tacto, que cuando los tocas saben el tipo de persona que eres, por lo que conviene conectar con ellos antes de montarlos. Podrás hacerlo gracias a una excursión, pasear a lomos de un precioso equino, pocos ganan en elegancia a este animal. De la mano del Club de Hípica Butrón, para recorrer paisajes cercanos a este castillo que recuerda cuentos leídos de niños, repletos de príncipes, princesa y ranas, de malvadas brujas y encantamientos. Encantado estarás tras el recorrido.

«El paseo con monitor se realiza por uno de los rincones más bellos de Bizkaia», comenta Iurgi Bravo. No importa que jamás hayas cabalgado, los caballos respetan a jinetes noveles. «La aventura comienza con un curso de diez minutos de nociones básicas de equitación para vivir la experiencia relajado y seguro. La ruta es sencilla, con animales nobles y tranquilos que seguirán al monitor», agrega. A partir de ahí, solo hace falta comandar la montura con cariño.

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Imagina el lugar, testigo de guerras banderizas y rodeado de un bosque centenario. 300 años vivió la fortaleza cruentas luchas, desde el siglo XVI. Intuirás el enorme poder de los señores de Butrón. Después llegaría el abandono del edificio, hasta que a finales del XIX Francisco de Cubas lo restauró a imagen de castillos europeos. Acabarás la jornada con una foto de recuerdo.

Información 25 euros. Web hipicabutron.es. 653736383.

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