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iratxe lópez
Jueves, 30 de enero 2020, 00:51
Asturias y minas no solo riman en asonante, además se hermanan. Las vetas de mineral marcaron el ayer de sus gentes, trabajadores rudos acostumbrados a sufrir bajo tierra, protagonistas de himnos y canciones inolvidables como las entonadas por uno de sus hijos pródigos, Víctor Manuel. ... Él pudo y supo cantarla, homenajeó a sus mineros a través de su abuelo, quien «por no irse al patrón», dejó llorando en el suelo «al más fiero», conciliando una vez más los versos. Acariciando con el brillo de música y palabras una existencia oscura, tintada en negro. De máquinas y lucha obrera. De abusos y puño en alto. De instalaciones que el pasado adelgazó hasta convertirlas en reseñas del tiempo y museos. Para aplaudir a aquellos que no lo tuvieron fácil, sospechar por unos minutos la dureza de sus vidas.
Se agradece aprender sobre minas, pero el aplauso mayor llega al entrar en una de ellas por el camino que seguían los trabajadores. Descender a las entrañas de la tierra en la Mina San Vicente, superados 600 metros con el casco puesto y la lámpara encendida, sintiendo el frío y la humedad corroer los huesos dentro del pozo hullero mientras se escuchan las explosiones de barrenos abriendo nuevas galerías, el chocar de vagonetas, las rozadoras extrayendo carbón, el martilleo de los picadores. Gracias a efectos especiales, para conectar ficción y realidad. En este museo podrás conocer antiguos sistemas de explotación, instrumentos científicos o el funcionamiento de la máquina de vapor, desencadenante de la Revolución Industrial. La casa del explosivo, donde es posible comprender la importancia de ese componente desde la fundación de la Sociedad Anónima Española de la Pólvora Dinamita por Alfred Nobel, en 1872. Sin olvidar explicaciones sobre la enfermería, en funcionamiento hasta la década de 1950. La Casa de Baños, donde los trabajadores se cambiaban al entrar o salir del trabajo. El laboratorio con materiales de 1880 a 1950. Todo ello, sobre y bajo terrenos de la escombrera de la emblemática mina de San Vicente, a la que llega el tren minero dentro de la zona denominada El Trabanquín, corazón de la cuenca carbonífera del Nalón.
Información San Vicente (El Entrego). www.mumi.es
Desde Cadavíu parte un tren minero que recorre el antiguo camino del carbón, recupera el universo material de una mina de comienzos del siglo XX. El viaje tiene lugar en vagones que mantienen el aspecto de los que aún se utilizan para transportar a los mineros, a través de escombreras y labores, durante dos kilómetros hasta la plaza del pozo San Luis. El camino subterráneo contrasta con el castillete. Con la casa de máquinas que alberga el compresor, donde se generaba el aire para el accionamiento neumático de las herramientas de interior y el motor Siemens que hacía bajar la jaula hasta el fondo. En su diseño modernista invirtió la empresa minera Carbones de La Nueva sus energías, convirtiéndolo en uno de los máximos exponentes de la arquitectura industrial asturiana. El turista entrará en la lampistería, la casa de aseos, la fragua, la carpintería, el botiquín, el chigre (la sidrería tradicional)… En pleno corazón de la cuenca hullera central, donde el fluir del río Samuño modeló un estrecho valle durante su recorrido de ocho kilómetros, desde su nacimiento hasta la desembocadura en el Nalón.
Información El Cadavíu, s/n (Ciañu, Langreo). www.ecomuseominero.es
El carbón fue su impulso hasta cerrar en 2014. Primera mina del mundo accesible en Google Street View, permite realizar labores de minero. Una jornada, un pozo a más de medio kilómetro de profundidad. Si no apetece existen visitas guiadas exteriores. El centro de Experiencias y Memoria de la Minería muestra la historia de la actividad en Asturias de forma didáctica: el parque exterior donde aguardan la maquinaria y el memorial que recuerda a los mineros que perdieron su vida trabajando. Castilletes mineros diseñados por el entonces desconocido ingeniero Gustave Eiffel, la caña del pozo por la que bajaban al interior de la mina 1.500 trabajadores montados en jaulas todavía activas. Sistema pionero de selección de mineral en altura, RETER, precursor de las montañas rusas gracias al que vagones cargados salían del interior de la mina y circulaban de manera automatizada hasta su descarga, aprovechando la gravedad para volver al interior. El carbón almacenado en este lugar fue descubierto en 1792, año en el que Carlos IV envió al ingeniero de la armada Fernando Casado Torres a buscarlo. Pero no fue hasta mediados del siglo XIX cuando el inglés Guillermo Partington, cofundador de la primera compañía de gas de Madrid, decidiría explotar varias de las minas de Santa Ana, más tarde denominadas Grupo Sotón.
Información Sotón (San Martín del Rey Aurelio). www.visitapozosoton.es
Bustiello es luz, nada de sombras como podría parecer lógico en un poblado minero. Diseñado y ejecutado entre 1890 y 1925, ocupó un asentamiento promovido por la Sociedad Hullera Española, empresa perteneciente al marqués de Comillas. Allí se edificaron, además de casas para los trabajadores, un casino, escuelas, sanatorio, farmacia y capilla. El Centro de Interpretación, localizado en una de las viviendas, instruye sobre la distribución de espacios y aspectos históricos. Ayuda a comprender todo la visita guiada, que brilla especialmente en la capilla del Sagrado Corazón y el monumento dedicado a Claudio López Bru, el marqués. Pionero en la época, el complejo ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural. Por entonces, la costumbre era acoger a los emigrantes a cuencas mineras en nuevos barrios preindustriales. Sin embargo, la colonia nació en una vega deshabitada y se dotó de equipamientos básicos que permitían no trasladarse a otros núcleos. Calles perpendiculares, viviendas ajardinadas, cuarteles y edificios dividían en tres los niveles: el inferior para la mayoría de viviendas de obreros, el intermedio que acoge los chalés 'Moreno' y 'Don Isidro' para los ingenieros y el elevado, con escuela, iglesia y casino.
Información Bustiello, s/n (Mieres). 985422185. Abierto desde el 16 febrero. territoriomuseo.com
Nos vamos a la costa, a la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más veterano de Asturias y la única mina submarina de Europa. Cerrada en 1915, sus galerías subterráneas suman unos 200 años en la costa del concejo de Castrillón, junto a la bonita playa de Arnao. Su historia más antigua emerge en el año 1591, cuando fray Agustín Montero descubre en los acantilados una piedra negra y se dirige a Felipe II para obtener el permiso de extracción. Nace así la primera mina de carbón mineral documentada en la península. Años más tarde, la mina de Arnao da origen a muchas de las formas de explotación empleadas después en la provincia, barrenado con pólvora, arranque sistemático del carbón, caminos de hierro… incluso al primer pozo vertical, el 'pozo abuelo' de la minería asturiana.
Información La Mina, 7 (Arnao, Castrillón). museominadearnao.es
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