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Iratxe López
Jueves, 27 de febrero 2020, 01:50
Fue un 4 de noviembre de 1922 cuando Howard Carter encontró en Egipto la tumba mejor conservada del Valle de los Reyes. Pertenecía a un faraón desconocido hasta entonces: Tutankhamón. Muchos habían sido los problemas hasta llegar a ese día, esperanzas y desengaños. Lord Carnarvon ... adquirió la licencia de excavaciones en 1914 y estaba a punto de darse por vencido cuando sucedió el milagro. El aristócrata inglés accedió a la sepultura acompañado de su hija, Lady Evelyn, y el arqueólogo. «Encontramos cosas maravillosas», afirmó este último. Casi 98 años más tarde, puedes sentir una emoción similar gracias a la muestra 'Tutankhamón: La tumba y sus tesoros', que aguarda en Madrid.
Dónde Espacio 5.1, IFEMA
Cuándo Hasta el 19 abril
Precios Adultos: 16,50/19,50 €. Niños de 4 a 12 años: 9,50/11,50
El planteamiento es original, aunque no contemplarás las maravillas de aquel sepulcro sino réplicas elaboradas al detalle por expertos artesanos. La primera sala descubre la historia de esta aventura reforzada por un vídeo con sus protagonistas. Así sabrás todo acerca de la maldición que, dicen, persigue a quienes profanaron el lugar. Lord Carnarvon murió a las pocas semanas de pisarlo. Le sucedieron su hermano Audrye Herbert, presente en la apertura de la cámara real; Arthur Mace, que dio el último golpe al muro de ese espacio; Sir Douglas Reid, radiógrafo de la momia, y Richard Bethel, secretario de Carter. Por eso muchos en tierras inglesas temieron malos presagios, entre ellos el escritor Arthur Conan Doyle. La leyenda estaba forjada.
Carter jamás creyó en supersticiones, aunque los diez años de iluminación artificial y aire viciado de la tumba perjudicaron seriamente su salud. Elaboró miles de fichas con detalles de cada objeto. El visitante descubrirá un millar de piezas a medida que las cámaras aparezcan ante tus ojos. Entre sombras primero, iluminadas más tarde, para mostrar lo que hasta entonces permanecía velado: una profusión de oro, piedras preciosas y artículos de lujo que aseguraban al faraón prolongar su cómoda vida. Jamás se habían hallado piezas tan especiales: barcas, ídolos, armas, carros de guerra, muebles, zapatos, envases de alabastro... Incluso estatuillas de sirvientes para que, en el Reino de los Muertos, donde incluso los soberanos debían trabajar, estos 'ushebtis' (los que responden) realizaran por ellos las labores ingratas.
El excelente estado de conservación de la tumba supuso un salto de gigante en los conocimientos sobre Egipto. Podrás admirar de cerca pinturas y jeroglíficos. Reconocer los sarcófagos, unos dentro de otros como en un juego de matrioshkas. Los vasos canopos con las vísceras del mandatario en su interior... salvo el cerebro, pues por entonces pensaban que alma e inteligencia residían en el corazón.
Y, por supuesto, la momia. «El silencio era absoluto. Allí estábamos, reverentes, casi sin aliento», comentó Carter quince meses después de su primera incursión, tras palidecer de asombro ante la máscara de once kilos de oro y valor incalculable que cubría el rostro de Tutankhamón. En ella se leía: «Salve, el rey de la faz hermosa».
En el Hotel Emperatriz Barceló te sentirás como un faraón. Desde él puedes tomar el metro hacia la muestra. Regresarás después a tu propio reino, que reinterpreta la estética palaciega del Madrid del siglo XIX inspirándose en la vida de Eugenia de Montijo. Instalado en el barrio de Salamanca, muy cerca de la Avenida América por si viajas a Madrid en autobús, sorprende la decoración vanguardista de sus habitaciones. El restaurante Mutis ofrece desayuno buffet y selecta carta con menú diario, para cuidarse con la alta cocina. (López de Hoyos, 4. 913422490. www.barcelo.com
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