Dejar atrás la luz y adentrarse en la oscuridad es lo que hacían cada jornada los mineros del complejo de Puras de Villafranca, cerca de Belorado (Burgos) para ganarse el jornal. Ahora, el turista puede sentir la sensación de aquellos trabajadores de mediados ... del XIX que avanzaban a través de la boca del lobo con sus herramientas –también podrás verlas– en busca de manganeso. Serán unas dos horas de paseo guiado a las instalaciones y a las minas Pura y El Comienzo en la que se incluye también demostración didáctica de experimentos químicos.
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La industria necesitaba de ese elemento para las aleaciones de acero, ya que lograba endurecerlo sin reducir su flexibilidad. «Curiosamente, se ha encontrado manganeso en las minas de hierro utilizadas por los espartanos y se piensa que tal vez por eso sus aceros eran especialmente duros. También lo usaron romanos y griegos para colorear vidrios y hacerlos más transparentes. Y antes, en la prehistoria, tuvo su papel en las pinturas rupestres», comentan desde el centro.
El objetivo de la visita a este complejo ubicado en un valle entre Ezquerra y San Miguel de Pedroso, en el borde nororiental de la Sierra de la Demanda, es que los participantes vivan en primera persona una experiencia minera, que salgan de allí conociendo, además, los procesos industriales y usos que se daba al mineral. Para ello se accede al emplazamiento real, no a reproducciones, y se observan las infraestructuras asociadas: los lavaderos de mineral, la turbina de electricidad y las oficinas, entre otros espacios. Resumiendo, que disfruten de un viaje al pasado dentro de la mina de manganeso más antigua de España.
El tesoro que todos buscaban poblaba el subsuelo de la localidad era de extrema calidad. En 1799, tras compararlo con el localizado en ciudades como Toledo u otros países como Alemania, Suecia y Francia, el mineral fue catalogado como la muestra más pura. Sobresaliente, por tanto, para el yacimiento castellano. Más tarde, en el año 1841, el mineralogista Felipe Naranjo y Garza mencionó el manganeso negro y oxidado de la localidad. La mirada de muchos autores se dirigió entonces hacia este lugar, en el que la actividad comenzó en 1862.
Anita, el nombre que pusieron a la primera mina, «disponía de una potencia de un pie, la anchura de la veta sería de unos 30 centímetros», especifican. Sobre 1922 la explotación se detuvo y el espacio pasó a convertirse en almacén, aunque en 1945 existen noticias acerca de la extracción de 200 toneladas de manganeso en La Parra y Victoria. «La concesión minera ocupó una superficie de 70 hectáreas y tras su abandono, en 1965, quedaron un buen número de instalaciones industriales, así como las propias minas», aclaran. Para que tú y otros las vean.
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El paseo por el complejo, declarado Bien de Interés Cultural, arranca en el centro de recepción de visitantes de Puras de Villafranca. Recuerda, además, que ya que te has acercado, es recomendable añadir a la cita alguna excursión por la Sierra de la Demanda. Te encuentras en un precioso paraje repleto de bosques, lagunas de origen glaciar, necrópolis, pórticos románicos, así como yacimientos de huellas de dinosaurios y árboles fósiles. «Sumérgete en un mundo subterráneo, vive las sensaciones en las entrañas de la tierra y siéntete minero», animan desde el complejo. Desde estas líneas también lo hacemos.
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