El refugio de Ekainberri

El caballo es la figura más representada y el conjunto ecuestre, uno de los más bellos y ricos del arte franco-cántabro, está considerado como el mejor lienzo de pared en su categoría. Entre las figuras de Ekain hallamos ciervos, cápridos… También constatan la presencia de animales cuya existencia en la zona hoy nos sorprende, como los osos. Ekain, conocida por sus pinturas rupestres en excepcional estado de conservación, se divide en diferentes galerías que han sido nombradas en función de las figuras que albergan: Erdibide, Auntzei, Erdialde, Artzei, Zaldei y Azkenzaldei.

La cueva salió a la luz a finales de la década de los 60, cuando miembros de la Asociación Cultural Antxieta se encontraron con la gran joya de Urola Kosta mientras buscaban enclaves de ocupación prehistórica en los montes del macizo de Izarraitz. El ama de casa del caserío Sastarrain les condujo a un refugio en el que, a unos 60 metros de la entrada, se encontraron frente al Gran Panel de Caballos. Los investigadores dieron aviso a José Miguel Barandiaran y a Jesús Altuna, que llegaron al día siguiente a la cueva denominada Ekain 1. Tras estudiar sus obras de arte rupestre de sus paredes, certificaron su datación: unos 13.000-14.000 años, a finales del Paleolítico Superior, en el período llamado Magdaleniense Superior.

Aquel gran tesoro descubierto hace tan solo cinco décadas en Ekain hizo que las autoridades decidieran cerrarla aquel mismo año y se pusiera en marcha la iniciativa para la protección de la cueva y sus pinturas. Pero la belleza de su interior, que permaneció oculto durante miles de años, debía ser mostrada y así surgió el proyecto de la réplica de Ekainberri. El museo construido en 2008 acoge la réplica de la galería de Zestoa, declarada por la Unesco patrimonio de la Humanidad, junto con las de Altxerri y Santimamiñe. En el interior de esta 'cueva moderna' se puede conocer el patrimonio cultural en un espacio lo más parecido posible al entorno original, puesto que además de las pinturas se ha reconstruido de la manera más fiel posible el ambiente de la cueva a través de la temperatura, la iluminación, los sonidos...

Ekainberri es un precioso destino para grandes y pequeños, que pueden descubrir un mundo lleno de incógnitas que te hacen plantearte muchas preguntas de aquellos nómadas que llegaban cada año a la costa: cómo cazaban, cómo vivían... La entidad propone visitas guiadas de unos 30 minutos en grupos de 20 personas. A continuación, los visitantes accederán a la sala de exposición de Arte Rupestre del País Vasco donde, entre otras piezas, destacan los restos de las tres especies de plantígrados que habitaron los valles y montes de nuestro entorno desde la prehistoria hasta su desaparición: el oso cavernario, el de Deninger y el pardo.

Junto a los dos cráneos se muestran dos colmillos y dos fémures localizados durante las excavaciones, réplicas de pequeñas representaciones de osos talladas en piedra arenisca recuperadas en la cueva de Isturitz (Iparralde), así como una copia de la conocida pintura rupestre de Ekain que representa a una hembra de oso pardo en compañía de su osezno. La visita se completa con paseos hasta la boca de la cueva original de Ekain, el valle de Sastarrain y el yacimiento arqueológico de Irikaitz. Una oportunidad para conocer la historia de nuestros antepasados en un entorno precioso.