Caballos y bisontes observan con curiosidad el paso de uno de los todoterrenos en los que se lleva a cabo la visita.
Safari por el Pleistoceno en Burgos
Paleolítico vivo. Salguero de Juarros (Burgos) ·
Científicos y naturalistas participan en un proyecto que ayuda a conocer la fauna que poblaba Europa hace decenas de miles de años en Salguero de Juarros, un entorno casi virgen cercano a Atapuerca
iratxe lópez
Jueves, 3 de mayo 2018, 17:56
Ponte el gorro de explorador porque hoy nos vamos de safari. Nada de recorrer la sabana en África, ni de perdernos dentro de una selva tropical. ¡Mucho más complicado! Regresamos a la tierra de nuestros ancestros, ¡al Paleolítico! Viajamos al único parque de Europa con animales vivos de una era que comienza hace 2,6 millones de años y finaliza en el 10.000 antes de Cristo. ¡Ahí es nada! Solo hace falta dar un pequeño salto hasta la provincia de Burgos y un túnel del tiempo te instalará en aquel mundo repleto de extraños animales, de hombres que empezaban a serlo y continentes en plena evolución.
La cita es en Paleolítico Vivo, reserva ubicada en la montaña. Allí se han reunido naturalistas y científicos con la idea de conservar especies amenazadas, de estudiar la relación entre naturaleza y hombre, armonizar nuestros entornos. La propuesta que ofrecen es ambiciosa, inmersión total en la Prehistoria, en sus paisajes y animales que poblaron el planeta hace 10.000 años.
Para hacerlo tendrás que subirte a un jeep, arrancar motores en Salguero de Juarros, a solo nueve kilómetros del yacimiento de Atapuerca. El entorno es salvaje, casi virgen. Cada expedición, formada por dos todoterrenos de trece plazas, recorrerá diversos recintos y el campamento. Imagina la escena, tú montado en el vehículo abierto. El sol del atardecer sobre tu cabeza. La vegetación tendida ante tus ojos como un manto de tierra y arbolado. El conductor explicando las maravillas que se clavan en tu retina y en tu memoria…
Una manada de tarpanes pasta en la reserva, chozas típicas de los pobladores ancestrales en el bosque y un caballo de Przewalski.
La voz acompaña el descubrimiento de animales. Narra su historia. Describe el ecosistema prehistórico. Presenta el proyecto gracias al que puedes vivir esta experiencia. Te acerca y aleja de tus antepasados. Cuatro especies distintas se cruzarán en tu camino. Bisonte europeo y caballo de Przewalski, ambas en peligro de extinción. Más la recreación de dos ya extintas, uro y caballo tarpán. Podrás observarlas de cerca pues el vehículo se aproxima lo más posible. Sacar fotografías y caminar un rato por la reserva. Incluso visitar el campamento y la zona habilitada para mostrar tu lado más creativo pintando.
Las bestias viven tranquilas en la reserva, dentro de cerramientos amplios donde desarrollan su ciclo biológico sin modificar la conducta que les hace tan especiales. Su rusticidad apenas reclama cuidado, se valen por sí mismos. Los expertos controlan su población y sueñan con otra idea, completar más adelante su compañía con antiguos colegas, especies existentes también en la Prehistoria como el buey almizclero y el reno.
Datos prácticos
Horario:
Verano: 10.00, 12.30. 16.00 y 18.30 horas. Invierno: 10.00, 12.30, 15.00 y 15.45 horas
Duración:
2 horas y media.
Precio:
En jeep: adultos 15 €, niños de 4 a 12 años 12 €, menores de 3 años gratis. A pie: adultos 12 €, niños de 4 a 12 años 10 €, menores de 3 años gratis.
Recomendaciones:
Ropa de abrigo en épocas frías y visera o gorra en verano, calzado cerrado (bota o deportiva), prismáticos y cámara.
Reservas:
947421714/635733178.
Web:
www.paleoliticovivo.org.
Resturante Los claveles:
Tres generaciones fusionan cocina tradicional y contemporánea, sin olvidar la identidad culinaria de su tierra, la gastronomía castellana. Sus clientes califican de «espectacular» la olla podrida con sacramentos. También recomiendan la morcilla de Burgos, croquetas caseras de boletus edulis y foie, capricho de lechazo tostado o cuarto de lechal asado por encargo. (Ctra. Logroño, 31. Ibeas de Juarros, Burgos. )947421073.
Si prefieres mover las piernas tienes la opción de apuntarte a una visita a pie. Guiado por un monitor, conocerás los secretos de la reserva, profundizarás en la visión del entorno y descubrirás localizaciones más amplias imposibles de acceder durante la visita del jeep. El cicerone abordará la importancia del agua, los recursos del hombre, la caza, botánica, geología… Serán 2,8 kilómetros, dos horas y media andando sin dificultad, partiendo del río para ascender al abrigo rocoso de las pinturas.
Desde allí, completadas varias demostraciones sobre arte paleolítico, accederás al campamento para aprender nuevas técnicas primitivas. Y bajarás después a los pastizales de uros, a través de una vaguada repleta de robles centenarios. Libre, como los animales que esperas contemplar, deambularás por el bosque, rectificando la dirección en función de sus antojos. Siempre en silencio, respetando su calma, pues la fauna salvaje huye del excesivo bullicio humano.
Los animales
Bisonte europeo.
El Bison bonasus se enorgullece de saberse el mamífero de mayor tamaño en Europa. Por desgracia es también uno de los más amenazados. Similar al americano, más ligero, se impone como un ejemplar macizo de cabeza grande y cruz marcada. Pardo, con mucho pelo en la cabeza, hombros y cuello, muestra una pequeña barba y cuernos cortos pero gruesos hacia arriba, de unos cincuenta centímetros
Caballo de Przewalski.
También llamado caballo salvaje mongol o takhi (Equus ferus przewalskii), se distingue como la única subespecie salvaje de caballo no asilvestrada a partir de animales domésticos viva hoy en día. Quedan muy pocas manadas, su población mundial es solo de mil ejemplares. Musa del arte paleolítico, encontramos representaciones suyas en cuevas, abrigos y al aire libre.
Tarpán.
El equus ferus ferus o caballo salvaje euroasiático, considerado el antepasado de los caballos domésticos, se extinguió. Habitó Europa y Asia hasta la muerte del último ejemplar en el zoológico de Moscú en 1875. Desde 1930, gracias a la cría selectiva, se han hecho intentos para desarrollar razas de caballos parecidos. Una de ellas es la konik, variedad presente en la reserva, caracterizada por su longevidad y resistencia
Uro euroasiático.
El bos primigenius primigenius o Bos taurus primigenius, también extinto, es un gran bovino desaparecido debido a la caza, el retroceso de los bosques y la domesticación. Se cree que el último murió en el antiguo bosque polaco de Jaktorów en 1627. En 1920, los hermanos alemanes Lutz y Heinz Heck se propusieron recrearlo mediante cruces de distintas razas de ganado vacuno. Apareció así el bovino de Heck, grande y robusto, con largos cuernos y pelo negro o pardo.
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