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Inevitable, cuando piensas en Aranda de Duero aparece en la mente un lechazo asado en su cazuelita de barro, cocinado sin prisa en horno de leña y regado con el mejor vino de Ribera del Duero. Siete kilómetros de galerías excavadas entre los siglos XII ... y XVIII, un total de 135 bodegas, enseñan allí cultura vinícola, por eso muchos acuden llamados por la promesa de las copas y de los platos, de los caldo y las carnes.
Por supuesto, animamos a hacer parada con el noble objetivo de disfrutar ambas delicias, pero recuerda que la población cuenta con otras propuestas que la hacen muy atractiva. Como, por ejemplo, la gótica iglesia de Santa María la Real, levantada durante los siglos XV y XVI sobre los cimientos de una iglesia románica. «El legado urbano y arquitectónico de Aranda de Duero se puede resumir en este magnífico templo», aseguran quienes entienden de esto. Se trata de un símbolo del esplendor para una ciudad estratégica que era la consentida de la Corona de Castilla,
Cuándo Todo el año
Información www.arandadeduero.es
Un imponente pórtico, presidido por la Virgen amamantando a su hijo, recibe al turista amante de la arquitectura. Podrá distinguir también en la obra otros momentos claves del cristianismo. Ya en el interior, asombra la imponente altura, los trabajados detalles en capillas, escalinatas y púlpito, la rica imaginería arquetípica de Castilla y León.
Parte de un casco histórico que invita a callejear abandonado al placer de caminar sin prisa, sigue tu itinerario para observar aquí una fachada, allá un sorprendente ventanal. Accede a la Plaza Mayor, llena siempre hasta los topes, habitada por vecinos y bullicio, hoy y ayer, repleta en el presente y en el pasado. Sigue hasta el Rollo jurisdiccional y Palacio de los Berdugo, seña del renacimiento castellano. Hasta la pequeñísima, pero perfecta, Plaza del Trigo, mientras descubres los ecos del Medievo que pueblan la zona centro.
Si te gusta la naturaleza, si adoras el piar de pájaros, el fluir de agua que nunca cesa, habrá que caminar por la orilla del Duero. El río tiene mucho que ver con la prosperidad del municipio, con la excelencia de sus caldos. La humedad repartida ha convertido esas tierras en fértiles parajes, suelos de producto abundante. Siempre ha trabajado con la colaboración de sus afluentes, el Arandilla y el Bañuelos. Apuntan los vecinos que junto a él los atardeceres son de postal, más sobre el Puente Mayor que ha vivido y visto mucho.
«Salve Aranda, joyel de la Ribera / Jardín que el Duero baña legendario, / La Virgen de las Viñas, relicario, / Buscó de Costaján en la ladera; /Tus hijos en porfía jubilosa / Vides y espigas en unión lograda / Cantan tus glorias, Villa laureada», reza el himno local, mientras presenta algunas de sus bondades. Si te gusta caminar, apreciar esas vides y espigas, recuerda la existencia de varios itinerarios y naturaleza. Anímate y sube al Monte de la Calabaza o recorre parte de la Senda del Duero (GR-14), que conduce por las orillas del río para deleitarse con el ecosistema de la ribera. Y conectar con la vida.
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