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Aunque finalmente ganó Trujillo, el pueblo cántabro de Comillas quedó entre los cinco finalistas al título de 'Pueblos más bonitos de España', de National Geographic. Destacado por la misma publicación como «una de las metamorfosis más espectaculares y sorprendentes del país», anima a visitarlo en agosto por ser el más 'bonito' ese mes.
Desde estas líneas añadimos los demás; las sorpresas que aguardan lucen orgullosas en cualquier época del año. Eso sí, nos sumamos a la revista cuando marca como comienzo del cambio en el municipio una fecha concreta: 26 de agosto de 1881. Ese día, Alfonso XII decidió bañarse en la playa de Comillas. Llevaba en la villa desde el 6. Repitió en julio de 1882 y, ya sabe, donde va el rey, le sigue la corte, la que le acompaña y la de adinerados admiradores que esperan mojarse en las mismas aguas y empaparse de sus influencias y contactos.
Cuándo Todo el año
Información www.turismocomillas.com
Dinero llama a dinero, a grandes arquitectos, genios que levantaron edificios emblemáticos del imaginario modernista, como el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y El Capricho de Gaudí. Declarada Conjunto Histórico Artístico, Comillas es conocida como la 'Villa de los Arzobispos', ya que en los siglos XVII y XVIII nacieron allí cinco prelados que ocuparon importantes diócesis.
Merecen también atención la iglesia parroquial de San Cristóbal (XVII) y el ayuntamiento. La Plaza de los Tres Caños, donde se ubican una casa blasonada, torres y la fuente de idéntico nombre. Y el precioso cementerio, presidido por las ruinas de la iglesia gótica y guardado por el ángel exterminador esculpido por Joseph Llimona, imagen que, espada en mano, mira al mar.
Pero volvamos a las bondades máximas, al Palacio de Sobrellano, levantado por Joan Martorell por encargo del primer marqués de Comillas, Antonio López y López. Una visita muestra parte de su interior, que protege muebles diseñados por Antonio Gaudí y pinturas de Eduardo Llorens. Junto a él, la Capilla-panteón de los Marqueses de Comillas alberga atractivos mausoleos de mármol.
Sorprende, sin duda, el maravilloso Capricho de Gaudí, residencia de verano para Máximo Díaz de Quijano. Cerámicas, curiosas columnas y motivos musicales adornan este mágico inmueble de estilo arabesco que parece sacado de un cuento, declarado además Monumento histórico-artístico.
La historia se detuvo en la Universidad Pontificia, cuyos detalles ornamentales y portada de acceso son obra de otro catalán, Lluis Domènech i Montaner. Antaño ejerció como seminario católico, hoy recibe visitas desde su promontorio, para que quienes se acerquen puedan admirar su preciosa puerta de ladrillo, cerámica con reflejos metálicos y piedras labradas en el escudo, emblema que muestra la tiara y las llaves pontificias junto al anagrama JHS (Jesús de los hombres salvador).
Sobre una colina se erige, asimismo, el Monumento al Marqués de Comillas obra de Doménech. Desde ese punto vigila el pueblo y saluda al mar.
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