Vista aérea del seminario de Derio. Javier Ibarguen Baena
Comarca de Txorierri

A vista de pájaro por el valle del Txorierri

El seminario más grande de Euskadi, molinos, retablos, templos y caseríos jalonan el recorrido por la comarca vizcaína

iratxe lópez

Jueves, 19 de diciembre 2019, 01:37

Detalles, eso buscamos. Minucias apenas distinguibles. O singularidades mayores, por su aspecto e historia. Partes de un todo en las que fijar la vista. Datos y objetos peculiares que sin aviso pasarían inadvertidos. Chascarrillos legados por el tiempo, adornados con su transcurrir, pues aquello que ' ... fue' imprime cierto peso en el 'es', como si el pasado otorgara prestigio a un presente que aún debe ganarse menciones propias. En tierras del Txorierri, el valle vecino a Bilbao, donde los siglos marcaron extravagancias dispuestas ahora al descubrimiento. ¡Allá vamos! ¡Ojo avizor!

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Txorierri (Bizkaia)

El humilladero de Lezama

Turismo de Euskadi

Momento de buscar corazones, dos. En el barroco humilladero del Santo Cristo, dentro del barrio de Aretxalde, frente a la carretera Asua-Erletxe. Para encontrarlos ofrecemos una pista: revisa el pórtico cubierto a tres aguas, encima de un trío de columnas toscanas sobre zócalo de piedra. Tendrás que bajar la vista… dónde humillar mejor tu mirada que aquí. ¿Ves a la pareja? Mientras lo haces, recuerda que antiguamente arrodillarse ante la cruz representaba la condición de cristiano de quien lo hacía, diferenciándose así de moros y judíos. También refería de ese modo el postrado su intención de paz. Por eso este tipo de ermitas solían levantarse a la entrada de los pueblos, con la fachada muy abierta, para permitir la contemplación del calvario en su interior. Sabido esto deberás emplearte en un nuevo hallazgo: una virgen en el exterior. ¿La ves? No es muy grande. Si pones atención al enrejado superarás la prueba. El edificio vigilaba el que fue antiguo Camino Real de Bilbao a Gernika por Larrabetzu y Morga. La noticia más antigua sobre su existencia data de mediados del XVI.

El retablo de Larrabetzu

Museo de Arte Sacro

Busca las figuras de la casilla central, bajo la Virgen y el niño Jesús. Son los Santos Emeterio y Celedonio, eje del retablo situado en la iglesia de mismo nombre. Se encuentra en el barrio de Goikolexea, también en una orilla del Camino Real antes citado. La obra en su conjunto destaca como una de las representaciones hispano-flamencas de este tipo más notable en Bizkaia, por detrás de la que deslumbra en la basílica Santa María de Lekeitio. Qué decir sobre la historia de los dos soldados romanos decapitados por negarse a abandonar su fe cristiana. Cuentan que servían en la legión acuartelada de Calahorra a finales del siglo III y que tras un juicio fueron conducidos al río Cidacos para separar sus cabezas del cuerpo. Con ellas aún sobre los hombros aparecen en el templo del barrio Goikolexea, aunque la macabra escena también está esculpida. Añadimos otra curiosidad: trabajos de restauración descubrieron en 1991 pinturas murales del gótico tardío en el templo, las primeras ilustraciones similares aparecidas en Bizkaia, aunque solo se conservan fragmentos. Si puedes, no dejes de visitar el cementerio anejo, una de las más delicadas muestras de la arquitectura funeraria en Euskadi. Ya que has llegado hasta Larrabetzu, da una vuelta por su casco histórico, declarado Conjunto Monumental.

Caserío Bengoetxe de Loiu

Maite Bartolomé

Aquí no hace falta dejarse los ojos buscando. Plántate frente a la fachada del caserío Bengoetxe, es suficiente para entender qué llamará tu atención. Madera sobre piedra. Recuerdos de un ayer, del segundo cuarto del siglo XVI. La misión: descubrir el enclave exacto de los motivos geométricos y de cordoncillo. En la puerta… frío, frío. Junto a la preciosa galería de seis ventanas recortadas con arco rebajado… caliente, caliente. En la viga… ¡te quemas! Admira los cerramientos de tabla machihembrada. El magnífico esqueleto de tablones. La casona, reformada hace no demasiado tiempo, constituye el último superviviente de esa tipología en la comarca. Anímate a descubrirlo por dentro, acoge las instalaciones del restaurante Aspaldiko, un lugar de cuento donde disfrutarás de la buena cocina y la historia. www.aspaldiko.com

El molino sin aspas de Sondika

Turismo de Uribe

Por mucho que te empeñes no encontrarás los brazos giratorios del molino de viento de Artxanda. Mencionado queda, por si te empeñas. El desafío consiste, precisamente, en distinguir qué inmueble cumplió esta función allá por el siglo XVIII. Tampoco es muy complicado, seamos realistas, pero debes prestar atención, y de eso va este reportaje. Manuel de Bildosola, su principal dueño, y Juan de Herrero, que poseía un tercio de la propiedad, mandaron construirlo en 1725, convirtiéndolo en pionero de este tipo de molinos en una Bizkaia acostumbrada a machacar el grano con el empuje del agua. La ausencia de arroyos en la zona de Artxanda motivó su nacimiento. Un periodo de sequía azotaba estas tierras, pero la falta de lluvias no duraría demasiado. Su vida fue efímera, repetidas las tormentas llegó el abandono, mudando el espacio hacia labores como granero o vivienda. Sobrevivieron muy pocos molinos de viento, aquellos que como éste supieron adaptarse a la nueva vida.

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La torre y la escalera de Zamudio

Pedro Urresti

A todo el mundo le suenan los Butrón, aquel linaje familiar amigo de sus castillos y enemigo de las fortalezas ajenas. Donde ahora se levanta la Torre de Zamudio existía antiguamente un elemento defensivo destruido por el clan a mediados del siglo XV. Además de un cruce de caminos que unía Bilbao con Bermeo. Después llegarían, en el XVIII, los Malpica, confirmando su dominio. Incluso acabaría utilizándose como casa de labranza, cuando nuevos aires doblegaron antiguas realidades. Espera en el barrio Elexalde, cerca de sus hermanos de viejos menesteres, la iglesia parroquial, el solar de cadalso y el ayuntamiento. ¿Serás capaz de encontrar la escalinata exterior? ¿No? ¡Rodea sus formas! ¡No dejes una pared sin rastrear! Dicen que constituye uno de sus elementos más característicos. La trampa está en que el acceso se encuentra cerrado, pegadito al edificio, con almenas incluidas y bocas de artillería. ¡Cómo para atinar! Aumentan el aire belgerante de nuestro protagonista los garitones en cada esquina, aunque el uso actual de la construcción ha dulcificado el aspecto guerrero. Acoge exposiciones de arte y filas de libros en la biblioteca.

La iglesia del seminario de Derio

Manu Cecilio

Localizar un antiguo templo es tu misión en el antiguo seminario de Derio. El lugar ha cumplido tantas funciones desde su impulso en 1932 que tal vez incluso te resulte complicado. Por entonces iba a distinguirse como uno de los grupos edificatorios más grandes de Bizkaia, un gran complejo asistencial psiquiátrico. El vizcaíno Diego Basterra dibujó sus planos. Pero los bombardeos durante la guerra y la posterior decadencia post-bélica dejaron su desarrollo a medias. Desestimada la primera intención, desempeñaría labores de fábrica de armas, almacén, vaquería… incluso se abrió allí un taller de bicicletas. El año 1950 retoma las obras con intención de dedicarlo a Seminario Diocesano. En ese momento nace la iglesia. Si en tu batida observas solo la fachada, la dificultad del cometido aumenta. Mejor muévete entre edificios, aprovecha la visión global. Ayudará. ¿Te rindes? ¿Tan pronto? Se trata de la edificación del centro, entre los dos pabellones delanteros, antaño Seminario Menor y Mayor. En la torre de 53 metros de altura. En serio. Durante unos veinte años la institución destacó por el nivel académico, su debate ideológico y la formación filosófica, teológica y humana. Pero el empuje de una sociedad de cosmovisiones y diversidad cultural provocaría que en 1974 el Seminario Mayor abandonara el lugar, reduciéndolo a la rama educativa con escuela de Magisterio, Colegio Seminario y Formación Profesional. Hoy día empresas, espacios deportivos y hoteles ocupan el edificio.

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