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E. C.
Paseos a la orilla del mar

Paseos a la orilla del mar

Un tramo del litoral vizcaíno repleto de historias, tesoros de la naturaleza y el mejor castillo romántico de Euskadi

iratxe lópez

Miércoles, 25 de diciembre 2019

Conocer, ésa es la clave de todo avance. Saber. Destapar. Accionar el instinto, colocar al cerebro ante el pistoletazo para salir pitando hacia la meta. Rumbo a lugares que descubrir, viejos conocidos o revelaciones. Que ayuden a averiguar más sobre nuestro entorno, ese sitio del que tantas veces nos olvidamos. Hoy toca ver y tocar lo que nos perdemos cerca. En una zona concreta: Uribe Kosta Butroi, donde aguardan castillos, tesoros geológicos, antiguos templos, caminos del pasado… incluso retos tecnológicos. Te divertirás.

Uribe Kosta (Bizkaia)

Las dunas petrificadas de Gorliz

Amaia González

No todos las conocen, aunque hayan resistido impertérritas el paso del tiempo en la bahía de Astondo. Como sacadas de una película del oeste, entre bandoleros, indios y vaqueros. Seis mil años de antigüedad dibujaron sus formas, ondas que muestran dunas petrificadas, las únicas acumulaciones arenosas de su tipo en la costa vasca. Azote de vientos y mar Cantábrico modelaron esas curvas. Cuesta imaginar la arena trepando insistentemente por la ladera de la peña, creando montículos irregulares que ahora nos parecen decorados ficticios de película. Sus tonos amarillentos y anaranjados compiten en brillo con el verde del arbolado y el azul del mar. Su rareza se ha ganado la protección europea de Red Natura 2000. Aunque por estos lares muchos no sepan ni que existen o, si lo saben, no tengan clara su importancia.

Castillo de Butrón

Pedro Urresti

El linaje de los Butrón, adalid del bando oñacino, levantó su torre junto a la ría de idéntico nombre durante la Edad Media. Allí tenían molino y ferrería y una ermita dedicada a la Magdalena. El edificio defensivo era cuadrado y estaba protegido por una muralla con cubos esquinados. Provocó admiración entre las gentes de lugar al convertirse, probablemente, en una de las mayores fortalezas del Señorío. El año 1879, cuando era ya una ruina, cambió su aspecto por decisión del Marqués de Torrecilla y, según cuenta la leyenda, por amor. El arquitecto Marqués de Cubas acudió a su llamada levantando el ecléctico edificio que podemos observar en la actualidad con toques neogóticos, neoárabes y románticos. Como en un cuento infantil o en una película de Disney, rodeado de especies exóticas y autóctonas, de un jardín peculiar en Bizkaia, el único que contiene dos árboles singulares protegidos: el cedro japonés y el pino de Monterrey. Un sendero arranca junto al castillo y permite recorrer varios kilómetros en paralelo al cauce.

Ermita de Santa Marina

Una empinada escalera conduce hasta la ermita y la cima de Santa Marina. Amaia González

Momento de subida, hacia la curiosa ermita de Santa Marina, abrigada entre rocas, inmensas piedras que protegen sus muros, junto a una cueva. De estilo gótico y tosco, aparejada en sillarejo, con una sola nave y planta irregular. El camino de ascenso es hermoso y peliagudo, surge entre robles y encinas, salpicado en ocasiones por saúcos y eucaliptos. Sin perder de vista las peñas de Urduliz, cicatriz del paisaje que, aunque suenen a enormes, no los son tanto. Culminar este sendero tiene premio, pues las vistas sobre el litoral vizcaíno son espléndidas. Muchos escaladores y senderistas buscan las bondades del entorno, rutas que llegan hasta el castillo de Butrón o al molino Errotatxu, uno de los más antiguos de la comarca. La romería del 20 de julio reúne a los vecinos de Urduliz y Sopela en sus respectivas laderas, con misa a horarios diferentes y, sin embargo, mucha confraternización.

Camino de Santiago

Un crucero delimita un tramo del Camino. Ángel Víctor Gabiña Aurrecoechea

Se trata una de las rutas de peregrinación a Compostela más antiguas. Pertenecer a la Xacobea marcó la existencia del municipio, una de las veinte villas medievales censadas en Bizkaia. Construida alrededor de la calle principal, del propio Camino de Santiago, funcionó como alternativa al Camino del Interior, amenazado en la parte navarra por las luchas contra los musulmanes. Era utilizado por aquellos que cruzaban desde Francia a través de Irun y por quienes llegaban por barco a la península. Algo más de diez kilómetros pueden completarse desde Larrabetzu hasta Bilbao. Parten desde la iglesia juradera de San Emeterio y San Celedonio, protectora de uno de los retablos hispano-flamencos más importantes de la provincia, para pasar por Lezama y Zamudio antes de adentrarse en la Bizkaia industrial. Ya en la capital habrá que descender por Begoña hasta su basílica, bajar las Calzadas de Mallona hacia el Casco Viejo y acceder a la catedral de Santiago, Patrimonio de la Humanidad dentro de los Caminos de Santiago según la UNESCO. Si prefieres el verde, también puedes plantear el camino alternativo de Larrabetzu a Gernika por Morga.

La rasa mareal de Barrika

La cala de Meñakoz.

Antes de que los buscadores de localizaciones de 'Juego de Tronos' la encumbraran al Olimpo de los paisajes, la rasa mareal de Barrika ya era famosa. Joya natural, muchos encuentran cobijo entre sus pliegues, animales y plantas alojadas en las plataformas de abrasión. Trajín de olas y viento fueron puliéndolas durante siglos. Todo comenzó hace millones de años, en un fondo oceánico de sedimentos acumulados. Sumas de capas crearon el Flysch que, debido a movimientos tectónicos, acabó elevándose y plegándose hasta dar forma a los acantilados actuales. Cubetas y charcas resultan fáciles de ver durante la bajamar, refugios para organismos capaces de superar situaciones extremas. Las calas de Meñakoz y de Barrika, a los pies del aparcamiento (no confundir con la de Muriola o la cantera), son los mejores ejemplos de estas playas plagadas de anémonas, erizos, estrellas de mar, lombrices marinas, mejillones…

Molino Garaizar

Caserío Garaizar

Hubo un tiempo en el que los molinos dominaron el territorio. Diez complejos harineros se erigieron en la zona para atender a una población que había nacido probablemente en el emplazamiento de la actual iglesia parroquial, entre la foresta de las laderas del Jata y la llanura baja. Después, con el tiempo, llegaron las pequeñas barriadas rurales de caseríos a la vega, además de ferrerías. Pasados los años, las grandes fábricas de harina situadas en los alrededores de Bilbao aceleraron el declive de aquellos primeros ingenios de molienda. Algunos, como el antiguo molino Garaizar han sobrevivido transformados. Espera en el barrio Kurtzegana, adornado por los contornos de preciosos paisajes, los de Garaizarre. Para visitarlo hay que reservar plaza en el teléfono 946741424.

Tiempo de juegos

La plaza del Astillero es el punto de encuentro para cualquier actividad en Plentzia. Amaia González

Toca jugar, conocer los hermosos municipios de Plentzia y Gorliz de la mano de una ginkana especial, guiada por un Ipad. El reto es para grupos, cuadrillas, despedidas... Diez personas mínimo. ¿Por qué tantas? Hace falta hacer equipos para interactuar, disfrutar juntos, perderse entre risas. Emular a la típica cuadrilla vasca. Por eso cada equipo llevará pañuelo y txapela. También cesta con utensilios. Durante dos horas. Superando retos relacionados con fotos y vídeos en los que puntúan la creatividad, la interacción con los vecinos, las preguntas de ingenio y la habilidad. Para unir la diversión con un poco de cultura y turismo. Vigilados de cerca por el personal que dirige esta actividad, para que no haya fallos. El precio, desde 37,40 euros por persona… cuantos más seáis, más barato. www.troka.com

San Salvador de Fruiz

Turismo de Euskadi

Dicen que es uno de los mejores elementos del patrimonio monumental de Uribe pues cuenta con vestigios románicos, algo difícil de ver en este territorio. El estilo de una de sus portadas atrae a expertos de toda Bizkaia y conforma su mayor mérito artístico. Hablamos de la meridional, así que pon toda tu atención en ella. Datada hacia el año 1200, con cierto paralelismo demostrable en San Miguel de Zumetxaga de Mungia y Andra Mari de Galdakao. De fundación románica, decíamos, tanto la nave de tres tramos como la torre de los pies fueron, no obstante, trabajos relacionados con el siglo XVI. El ábside recto resultó parcialmente envuelto por la sacristía en la segunda mitad del XVIII. De la misma época proviene la cubrición de la nave con bóvedas.

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